Eficacia sin brillo

Cuentan las cr¨®nicas que antes de su prematura muerte, Stieg Larsson, el novelista sueco creador de la triunfadora saga Millennium, siempre estuvo convencido de que sus obras ser¨ªan un ¨¦xito. Por distintas razones, Niels Arden Oplev, el director encargado de llevar a la pantalla la trilog¨ªa de Larsson, tambi¨¦n debe estar seguro de su triunfo. Los millones de lectores del mayor fen¨®meno editorial de los ¨²ltimos a?os van a pasar por taquilla s¨ª o s¨ª. Y, en general, no se van a sentir defraudados con Millennium I: Los hombres que no amaban a las mujeres. El trabajo de Arden y el de sus guionistas es eficaz; aunque, eso s¨ª, tampoco es brillante. Vamos por partes.

De prosa convencional y trascendencia ¨ªnfima, el primer tomo de la saga Millennium contiene, en cambio, un excelente manejo de multitud de hilos argumentales que se van mezclando con naturalidad, una gran capacidad para presentar sucesivos personajes de inter¨¦s (ya sea por lo ins¨®lito, ya sea por lo reconocible) y una inteligente exposici¨®n de enigmas que van introduciendo al lector (interesado en este tipo de productos) en una acumulaci¨®n de progresivos alicientes. Sin embargo, traducir a dos horas y media de pel¨ªcula un libro de 665 p¨¢ginas con decenas de tramas obliga a dos tareas. La primera, esquematizar un tanto los hilos argumentales m¨¢s b¨¢sicos. La segunda, reducir el n¨²mero de asuntos a tratar. As¨ª, entre otros, han desaparecido la relaci¨®n sentimental entre el periodista y la miembro de la familia Vanger, y de aqu¨¦l con su compa?era de la revista; el pacto de ayuda del patriarca de la familia y el periodista, referente al corrupto empresario que los une; el papel del jefe de la agencia de la esp¨ªa en su resocializaci¨®n, la presencia del p¨¢rroco en la investigaci¨®n de los asesinatos... Nada que objetar, a pesar de que todo ello provoca que, en beneficio de la s¨ªntesis, se pierda buena parte de las virtudes de la novela, caso de la gran cantidad de tramas de inter¨¦s y el buen manejo del aplazamiento de decisiones y enigmas. De modo que la mezcla de intriga empresarial, period¨ªstica, pol¨ªtica, familiar y criminal que conten¨ªa el libro pasa a reducirse a una intriga casi puramente criminal, donde pierden presencia justo las tramas que, quiz¨¢, le daban m¨¢s trascendencia a la novela: las luchas de poder en la familia y las corrupciones pol¨ªticas. Mientras, el discurso moral que da t¨ªtulo a esta primera entrega (la violencia de g¨¦nero) resulta tan insustancial en la pel¨ªcula como en el libro.

Como contrapartida, el manejo cinematogr¨¢fico de los misterios por parte de Niels Arden es en¨¦rgico, el uso de la luz, el m¨¢s adecuado, y el ritmo secuencial, constante. Tanto que sus dos horas y media se ven tan f¨¢cilmente como se lee el libro. Y se olvidan...