Alexandra, en un laberinto
Portugal se moviliza contra la entrega de una ni?a a su madre en Rusia - La mujer, alcoh¨®lica y 'sin papeles', fue expulsada
Alexandra naci¨® en Portugal hace seis a?os, hija de una pareja de inmigrantes indocumentados, ucranio y rusa. Ante las dificultades para el cuidado de la peque?a, la entregaron a los 17 meses a un matrimonio portugu¨¦s, Jo?o Pinheiro y Florinda Vieira, que se hizo cargo de la custodia. Seg¨²n consta en el expediente judicial, la ni?a estaba mal alimentada, mal tratada y con problemas de salud e higiene. Pasaron m¨¢s de cuatro a?os, hasta que el 24 de abril pasado un juez orden¨® la devoluci¨®n de la ni?a a su madre biol¨®gica. Una decisi¨®n pol¨¦mica que fue recibida con sonora indignaci¨®n, que arreci¨® cuando las autoridades migratorias portuguesas expulsaron del pa¨ªs a la madre y a su hija, despu¨¦s de que la polic¨ªa descubriera que no ten¨ªan papeles. Fueron repatriadas a Rusia hace dos semanas.
Se ha abierto una cuenta bancaria y se han recogido 20.000 firmas por la menor
Colegas de la escuela de Alexandra y amigos han convocado para ma?ana una vigilia de protesta en Braga. El fin de semana pasado hubo otra manifestaci¨®n que reuni¨® a portugueses, rusos y ucranios. Uno de ellos quem¨® ante las c¨¢maras su pasaporte ruso por sentirse avergonzado, seg¨²n dijo, de sus autoridades, a las que acusa de presiones para conseguir la repatriaci¨®n de Alexandra. La peque?a Xaninha, como la llaman en Portugal, pelo rubio, ojos grandes de color azul y mirada despierta, ha generado una ola de simpat¨ªa y solidaridad de un n¨²mero creciente de portugueses e inmigrantes rusos que reclaman el regreso de Alexandra como si fuera hija suya. En pocos d¨ªas se han recogido 20.000 firmas, han aparecido webs, blogs, y se ha abierto una cuenta bancaria "para defender ¨²nicamente los intereses de Alexandra".
Los impulsores de la campa?a en defensa de la peque?a niegan a la madre biol¨®gica, Nat¨¢lia Zaburina, la capacidad de cuidar de su hija, y aseguran que en Portugal nunca tuvo un empleo fijo (tampoco su marido) y que viv¨ªa atrapada por el alcohol.
El juez Gouveia de Barros, del Juzgado de Guimaraes, justific¨® la devoluci¨®n de la peque?a a la madre biol¨®gica porque, en su opini¨®n, el objetivo final de los padres que ten¨ªan la custodia era "la adopci¨®n de Alexandra". "Debe respetarse el principio de prevalencia de la familia", se?ala el fallo judicial, que se remite al "concepto de inter¨¦s superior del ni?o", establecido en la Convenci¨®n sobre Derechos Humanos, firmada en Nueva York en enero de 1990. El criterio del juez ha sido puesto en duda por algunas autoridades portuguesas. "Equivocarse es humano", dijo el ministro de Trabajo y Solidaridad Social, Jos¨¦ Vieira da Silva. M¨¢s contundente fue el alcalde de Oporto, Rui Rio, que afirm¨® que la decisi¨®n del juez de Guimaraes muestra "la incapacidad del sistema judicial portugu¨¦s".
En Mosc¨², Nikolai Svanidze, asesor del presidente ruso para derechos de los ciudadanos, ha sido m¨¢s contundente: "Si los padres de all¨¢ eran buenos y aqu¨ª las condiciones son terribles y la madre est¨¢ alcoholizada... hab¨ªa que suspender los derechos de maternidad y entregar la ni?a a los padres portugueses".
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