En boca de todos
Guardiola, Messi, Iniesta y Piqu¨¦ son elegidos como mejor entrenador, mejor extranjero, mejor jugador y revelaci¨®n de la Liga - Cristiano Ronaldo, el favorito de los torneos extranjeros
T¨ªmido por naturaleza, Iniesta se solt¨® en la celebraci¨®n de la Copa de Europa. Envuelto en banderas y con una bufanda atada a la cabeza, el protagonismo del manchego compet¨ªa esc¨¦nicamente con el deambular de Messi, cara de contento y voz de cazalla -"?quer¨ªan copas?", pregunt¨® La Pulga; "aqu¨ª tienen las tres, y el a?o que viene lo ganaremos todo, todo"-, cuando el interior se encontr¨® con el micr¨®fono en la mano y le toc¨® saludar a la hinchada del Camp Nou: "Si quieren m¨¢s t¨ªtulos, que el m¨ªster siga m¨¢s a?os".
Ha sido el a?o de Iniesta, de Messi, de Piqu¨¦, sobre todo de Guardiola y, por extensi¨®n, del Bar?a, ganador de la mayor¨ªa de los trofeos, incluso del Premio al Juego Limpio. El entrenador ha logrado que cada futbolista se sintiera el mejor en su puesto y, en consecuencia, que el equipo saliera campe¨®n de la Copa, la Liga y la Champions. El juego ha sido tan coral y solidario, se ha repetido tantas veces la jugada en que diez futbolistas tocan la pelota en diez segundos, que la ¨²nica preocupaci¨®n sigue siendo Eto'o. El ariete se hace el ofendido, puede que por no sentirse querido, igual por haber perdido el Trofeo Pichichi ante Forl¨¢n o es hasta posible que crea que se le debe algo, vaya usted a saber, indescifrable como es, tan altruista en la cancha como presumido en la calle, siempre defendido por el plantel.
El t¨¦cnico azulgrana ha logrado que cada futbolista se sintiera el mejor en su puesto
No gan¨® Eto'o el t¨ªtulo de m¨¢ximo goleador ni el Bar?a bati¨® el r¨¦cord del Madrid de Toshack. Nada grave, si se entiende que el f¨²tbol es un juego colectivo y no un concurso individual. Los dem¨¢s registros cayeron de forma imparable despu¨¦s de que Guardiola generara las mejores condiciones para la expresividad de los futbolistas del equipo. Iniesta simboliza el triunfo del f¨²tbol en su sentido m¨¢s amplio y art¨ªstico. Nadie mejor que Messi para expresar que la causa personal triunfa siempre que est¨¢ al servicio global. Y Piqu¨¦ representa a la nueva generaci¨®n: atrevida, jovial, contagiosa y ganadora, viento fresco. Lejos de ser un trauma, su salida del Bar?a para jugar en Manchester y Zaragoza ha sido el mejor m¨¢ster para tomar distanciamiento y ganar conocimiento.
A Guardiola le ha pasado una cosa parecida. Jugar en el calcio, Qatar y M¨¦xico le ha enriquecido y servido para tener una mirada menos contaminada y m¨¢s ecu¨¢nime sobre el Bar?a. Si el f¨²tbol se mira con los ojos de Cruyff, como dijo Romario, se explica por boca de Guardiola. El t¨¦cnico no ha necesitado m¨¢s que la palabra y el bal¨®n para seducir al jugador y el aficionado. Tiene credibilidad, es humilde y aprende a diario. Le avala su formaci¨®n human¨ªstica, respetuoso con la ¨¦tica del comportamiento -lo dice Valdano-, y tambi¨¦n la inteligencia. Y, aunque se le tiene por un personaje a imitar desde cualquier sector profesional, Guardiola ¨²nicamente pretende ser un entrenador en el sentido m¨¢s amplio de la palabra, un t¨¦cnico que no s¨®lo tiene una pelota en la cabeza, sino tambi¨¦n un campo, un adversario, un club y un equipo claros como el agua.
Pocas veces un t¨¦cnico azulgrana hab¨ªa tenido el sentido integrador de Guardiola, generoso y reivindicativo con la cultura cul¨¦. Asume la ideolog¨ªa de Cruyff, pero recuerda tambi¨¦n el sentido com¨²n de Rexach, y es tan respetuoso como magn¨¢nimo con la gente del club, personajes que est¨¢n por encima de los jugadores, de los entrenadores y de los presidentes, empleados de toda la vida como el delegado Carles Naval, el masajista ya jubilado ?ngel Mur o el preparador f¨ªsico Paco Seirul¡¤lo. No es de extra?ar, por tanto, que se rodeara de colaboradores de la casa, profesionales legales que se forjaron en el Miniestadi. Ni tampoco que, siendo un futbolista formado en los equipos inferiores, cediera el liderazgo a la cantera. Y mucho menos que mandara construir una ciudad deportiva como punto de encuentro de los trabajadores del Barcelona.
A Guardiola le estimula la proximidad, la identidad, el compromiso y la belleza de la sencillez. El periodista y escritor Antoni Puigverd asegura que el t¨¦cnico ha sabido articular el sudor y el talento, la creatividad y el estudio, desde la paciencia y la tenacidad, huyendo del ego¨ªsmo y remiti¨¦ndose a la calidad de sus futbolistas, haciendo sentir al contrario el miedo de ser atacado. As¨ª super¨® los momentos cr¨ªticos, como cuando temi¨® ser el colista en El Molin¨®n o el d¨ªa en que Pinto le par¨® un penalti al mallorquinista Mart¨ª en el Copa. Al equipo le cost¨® afrontar los partidos m¨¢s emotivos o a los rivales m¨¢s imprevisibles (el Atl¨¦tico, el Espanyol y hasta el Madrid en el estadio) y, a cambio, se sinti¨® fuerte en los retos ambiciosos: sum¨® 12 puntos ante Sevilla, Madrid, Valencia y Villarreal; sali¨® cantando del Villamar¨ªn y Mestalla con dos empates alcanzados en situaciones exigentes, y crey¨® que pod¨ªa conquistar el mundo desde que Xavi, Iniesta y Busquets mezclaron muy bien como medios en la Liga.
Repitieron los tres en Roma, el Bar?a conquist¨® la Champions e Iniesta se consagr¨® como el futbolista del a?o, punto de encuentro entre el barcelonismo m¨¢s catal¨¢n y los espa?oles m¨¢s barcelonistas. La diferencia, como en el Bernab¨¦u y en la Copa, la volvi¨® a marcar Messi con un segundo gol definitivo, tras el de Eto'o, figura para mal y para bien de un Bar?a cuyo m¨¦rito es el de jugar como un equipo. A gusto de Guardiola. Al igual que Iniesta, Laporta quiere que siga muchos a?os. Ocurre que el t¨¦cnico est¨¢ de vacaciones y, cuando los dem¨¢s hablan por ¨¦l, hay cosas que no tienen sentido en el Barcelona.
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