Un Berlusconi con la oposici¨®n fracturada se libra del desgaste
La izquierda pierde apoyo en favor de la Italia de los Valores del juez Di Pietro
Con una participaci¨®n del 67%, una de las m¨¢s altas de Europa pero siete puntos menor que la de hace cinco a?os, 50 millones de italianos eligieron entre el s¨¢bado y ayer a sus 72 eurodiputados. La cita coincid¨ªa con las elecciones municipales en 30 capitales y 4.281 ayuntamientos, y con las provinciales en 64 territorios del pa¨ªs.
Las proyecciones para las europeas indican que Silvio Berlusconi sigue siendo la opci¨®n preferida: el Pueblo de la Libertad obtendr¨ªa el 35% de los votos. Pero el resultado es peor del que anunciaron las encuestas y los sondeos a pie de urna, y se sit¨²a cinco puntos por debajo del pron¨®stico que hizo el primer ministro.
Se trata de una victoria p¨ªrrica de Il Cavaliere. Se dir¨ªa que Berlusconi gana porque no tiene adversario enfrente. Vence porque no tiene m¨¢s remedio. Lo hace perdiendo entre uno y dos puntos, y dej¨¢ndose muchos miles de votos, respecto a las generales de hace un a?o, cuando obtuvo el 37%, y respecto a las ¨²ltimas europeas, en las que la coalici¨®n de derecha sum¨® el 44% sin contar los sufragios de la Liga.
Un colegio fue cerrado para que votase la amiga del primer ministro
Un primer an¨¢lisis sugiere que muchos votantes de la Alianza Nacional de Gianfranco Fini han desertado de las urnas tras la fusi¨®n del partido con Forza Italia. Mientras, el crecimiento de la xen¨®foba Liga Norte (que rozar¨ªa el 10% frente al 5% de 2004) indica que el ¨®rdago plebiscitario lanzado por Berlusconi no tiene apenas eco en el cat¨®lico y pr¨®spero nordeste del pa¨ªs.
El Partido Democr¨¢tico es, como se esperaba, el m¨¢s golpeado de la jornada. No s¨®lo no aprovecha el castigo a Berlusconi sino que apenas evita el flagelo anunciado. Seg¨²n las proyecciones, obtendr¨ªa el 26,5% de los votos, casi siete puntos menos de lo que logr¨® Walter Veltroni al frente de la campa?a del "si pu¨° fare" en 2008 (33%).
El dividido grupo reformista, conducido por el ex democristiano Dario Franceschini, paga su indefinici¨®n y su falta de liderazgo. Pero sobre todo paga su suavidad, su decisi¨®n de no atacar a Berlusconi frontalmente, como demuestra el espectacular ascenso de Italia de los Valores, del ex juez Antonio di Pietro, que seg¨²n las proyecciones casi dobla su resultado de 2008: del 4,3% al 8%.
La ca¨ªda de la participaci¨®n -tambi¨¦n se registr¨® en las elecciones locales pero en menor medida- parece revelar un cansancio de los electores ante el deplorable espect¨¢culo pol¨ªtico que ha dado Italia en los ¨²ltimos tiempos. El pa¨ªs sigue votando pero emite se?ales de rechazo a las fuerzas te¨®ricamente moderadas. Quiz¨¢ porque ha vivido un mes plagado de esc¨¢ndalos: desde las velinas [azafatas televisivas] precandidatas, al Noemigate y las fiestas de Villa Certosa, pasando por la sentencia del caso Mills (el abogado brit¨¢nico condenado por testificar en falso a favor de Berlusconi en dos procesos) y la investigaci¨®n sobre el presunto abuso de poder en el uso de los vuelos de Estado.
Comparando los resultados con los de 2004, la decadencia del centro izquierda es alarmante. La coalici¨®n de ocho partidos reunida en torno al Olivo de Romano Prodi consigui¨® entonces el triunfo con el 46% de los votos, frente al 44% del centro derecha, y 37 esca?os contra los 36 de Berlusconi.
En este tiempo, el nacimiento del PD y la fusi¨®n de Forza Italia y Alianza Nacional parec¨ªan inclinar el sistema hacia el bipartidismo. Pero no. Los dos grandes partidos suman el 62%, y los extremismos populistas de ambos lados, el de la Liga por la derecha y el justicialista de Italia de los Valores por la izquierda, con la democristiana UDC en medio (que roza el 6,3%), se resisten a desaparecer del mapa. Entre los tres suman el 25%.
Berlusconi vot¨® sobre las siete de la tarde en Mil¨¢n. A sus simpatizantes les dijo que el fichaje de Kak¨¢ por el Real Madrid no estaba hecho. A esa hora, el jugador pasaba el reconocimiento m¨¦dico en Brasil.
El incidente del d¨ªa lo protagoniz¨® la amiga napolitana del primer ministro, Noemi Letizia, de 18 a?os, que lleg¨® a votar subida en un Mercedes al colegio de Portici. El presidente del colegio cerr¨® la puerta para que la joven votara tranquila con sus padres, entre las protestas de periodistas y ciudadanos. A la salida, fue escoltada por la polic¨ªa entre gritos de "verg¨¹enza" y "privilegiada".
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