La divisi¨®n del voto cristiano liban¨¦s da el triunfo a los prooccidentales
Hasan Nasral¨¢, l¨ªder de Hezbol¨¢, acepta la derrota de su coalici¨®n
Sorpresa y vuelta a empezar. La coalici¨®n del 14 de Marzo, protegida de Estados Unidos y Francia, cosech¨® contra todo pron¨®stico, en las elecciones legislativas del domingo, 71 de los 128 esca?os, frente a 57 de la oposici¨®n prosiria liderada por Hezbol¨¢ y obediente a Ir¨¢n.
Los resultados oficiales de los comicios, anunciados ayer, deparan tres acontecimientos indiscutibles. Saad Hariri, hijo de Rafik, el magnate asesinado en febrero de 2005, renueva su poder¨ªo y se erige en figura clave del panorama pol¨ªtico liban¨¦s. El caudillo maronita Michel Aoun, aliado de Hezbol¨¢, se convierte en v¨ªctima de la divisi¨®n del voto cristiano y en el gran derrotado de los comicios. Y tercero, Hezbol¨¢, el partido-milicia chi¨ª, arrasa en sus bastiones del sur. Su l¨ªder, Hasan Nasral¨¢, apareci¨® anoche en televisi¨®n para anunciar la aceptaci¨®n de la derrota de su alianza.
El maronita Michel Aoun, aliado de la milicia chi¨ª, es el gran perdedor
Otra vez en la primera casilla. Sobre el tablero liban¨¦s perduran los escollos que condujeron al pa¨ªs al borde del abismo en mayo de 2008. La alianza del 14 de Marzo asegura que rechazar¨¢ conceder a Hezbol¨¢ derecho de veto en un eventual Gobierno de unidad, la f¨®rmula que permiti¨® salvar la crisis hace un a?o, cuando la milicia chi¨ª se apoder¨® de Beirut a ra¨ªz de una disputa por el control de un sistema de comunicaciones paralelo del que dispone Hezbol¨¢. Pero los pactos constitucionales exigen la presencia de todas las sectas en las instituciones, y la adopci¨®n de decisiones trascendentales por mayor¨ªa de dos tercios. Un boicoteo del movimiento chi¨ª podr¨ªa propiciar una nueva par¨¢lisis pol¨ªtica tras las elecciones que m¨¢s incertidumbre han provocado en d¨¦cadas.
El voto de los armenios cristianos, los ortodoxos y los maronitas -unido a la compra masiva de sufragios por ambos bandos- ha sido decisivo en dos circunscripciones en las que Aoun ha recibido un golpe demoledor: Zahle, en el centro del pa¨ªs, y el distrito maronita beirut¨ª de Ashrafieh. Ninguno de los 10 diputados cristianos en liza en estas circunscripciones cay¨® en el saco del Movimiento Patri¨®tico Libre, el partido del ex general. Los maronitas se decantaron por las derechistas Falanges -dirigidas por la estirpe Gemayel- y por las Fuerzas Libanesas, encabezadas por otro l¨ªder feudal y protagonista sanguinario de la guerra civil (1975- 1990), Samir Geagea.
No cabe duda de que Aoun -ex primer ministro y ex jefe del Ej¨¦rcito, y protagonista al final de la fratricida contienda civil, cuando se enfrent¨® a sangre y fuego a los soldados sirios- ha apostado fuerte en su alianza con Hezbol¨¢. Aduce el l¨ªder maronita, que emigr¨® 15 a?os al exilio parisiense por su enfrentamiento con el ex presidente sirio Hafez el Asad, que los soldados sirios ya abandonaron el pa¨ªs, y que a partir de ese momento ya no guarda animadversi¨®n contra el r¨¦gimen de Damasco.
Sin embargo, la ambici¨®n por alcanzar la presidencia tambi¨¦n figura entre los motivos de ese pacto con la potente organizaci¨®n chi¨ª. "Aoun se apoya en el bast¨®n de Hezbol¨¢, y eso le ha pasado factura entre los maronitas", asegura un analista pol¨ªtico. Las advertencias en v¨ªsperas de las elecciones del patriarca maronita y cardenal de la Iglesia cat¨®lica, Nasral¨¢ Sfeir, tambi¨¦n pusieron su granito de arena. "Debemos trabajar duro", afirm¨® Sfeir, "para abortar todos los planes, que, si tienen ¨¦xito, podr¨ªan cambiar la cara de L¨ªbano". A buen entendedor sobran palabras.
Occidente respir¨® ayer aliviado, mientras Siria alegaba que el descomunal fraude ha "falseado las elecciones". El Gobierno franc¨¦s y la Casa Blanca -"Es nuestra esperanza que el pr¨®ximo Ejecutivo contin¨²e el camino para construir un L¨ªbano soberano independiente y estable", declar¨® Barack Obama- dieron la bienvenida a los resultados y al triunfo de sus peones libaneses. Alud¨ªa Obama a la influencia siria sobre L¨ªbano. El mismo argumento que tambi¨¦n emplean Hezbol¨¢ y sus sat¨¦lites, que acusan a Washington, Par¨ªs y Arabia Saud¨ª de injerencias en los asuntos internos del pa¨ªs. Nadie duda en L¨ªbano de que ambos bandos tienen raz¨®n: Siria e Ir¨¢n, por un lado, y Estados Unidos y Francia, por otro, no pierden ocasi¨®n de meter las manos en L¨ªbano.
Ya ayer reaparecieron problemas esenciales debatidos en los ¨²ltimos a?os. Diputados prooccidentales exigieron a Hezbol¨¢ -que hace de la resistencia contra Israel una de sus razones de ser- que entregue sus armas. "Ese asunto ni se plantea para su discusi¨®n", asegur¨® Mohamed Raad, diputado de Hezbol¨¢.
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