Los pecados de la Iglesia
Soledad Gallego-D¨ªaz, en su art¨ªculo Pecados de la Iglesia (EL PA?S, 7 de mayo), en relaci¨®n con las comparaciones de monse?or Ca?izares, arzobispo de Toledo, y su refrendo por Mayor Oreja, candidato del PP, recomienda "acudir a los textos originales" y, aparte de remitir al relato de lo ocurrido en Irlanda, pone un ejemplo del Viejo Testamento, G¨¦nesis 19, donde se cuenta el incesto de las hijas de Lot, para no dejar a su padre sin descendencia. Gallego-D¨ªaz quiere seguramente mostrar con ello lo que la Iglesia ha tolerado en sus propias Escrituras.
Recogiendo su intenci¨®n, me parece igualmente apropiado recordarle a monse?or Ca?izares lo que Jes¨²s no ha tolerado, y se lo pondr¨¦ en lat¨ªn para que mejor lo entienda: "Utilius est illi, si lapis molaris imponatur circa collum eius et proiciatur in mare, quam ut scandalizet unum de pusillis istis" (Lucas, 17, 2, Vulgata); lo que, para no poner en apuros al se?or Mayor Oreja, traduzco al castellano: "M¨¢s le valdr¨ªa que se le atase al cuello una piedra de molino y fuese arrojado al mar al que escandalizase a uno de estos peque?os".
Los otros sin¨®pticos escribieron lo mismo con peque?as variantes; cito s¨®lo a Mateo (18, 6): "Y cualquiera que escandalizare a uno de estos peque?os que creen en m¨ª, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le anegase en el profundo de la mar" (Traducci¨®n Reina-Valera). Y el propio Mateo a?ade, cuatro vers¨ªculos m¨¢s abajo, c¨®mo cada ni?o est¨¢ protegido por un ¨¢ngel (de donde puede haber surgido la figura del "¨¢ngel de la guarda"): "Mirad no teng¨¢is en poco a alguno de estos peque?os, porque os digo que sus (cursiva m¨ªa) ¨¢ngeles en los cielos ven siempre la faz de mi Padre que est¨¢ en los cielos".
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