Karine Ruby, la primera reina del 'snowboard'
Subi¨® 122 veces al podio por todas las pistas del mundo
Los esquiadores cl¨¢sicos desprecian el snowboard, la tabla de nieve, porque dicen que es una mistificaci¨®n. En realidad, critican todo. El patinaje les parece cursi y los saltos acrob¨¢ticos, un circo. Por ellos, no habr¨ªa m¨¢s que pruebas con las dos tablas en los Juegos Ol¨ªmpicos. Pero, aunque algunas modalidades invernales (como veraniegas) sean discutibles, los tiempos cambian y las atracciones tambi¨¦n. El snowboard entr¨® en el programa ol¨ªmpico en los Juegos de Nagano 98 y la francesa Karine Ruby, gran favorita, fue una de las pioneras ganadoras en el eslalon gigante. As¨ª pasar¨¢ a la historia.
Karine muri¨® el 29 de mayo, a los 31 a?os, en un glaciar del macizo del Mont Blanc mientras se entrenaba para ser gu¨ªa de monta?a. En la ca¨ªda colectiva muri¨® un compa?ero de cordada y otro result¨® gravemente herido.
La primera reina del snowboard apostaba con valent¨ªa y el riesgo siempre tiene dos caras. En Nagano tuvo el temple de mantener los nervios antes de alcanzar la gloria ol¨ªmpica. Los Juegos de la ciudad japonesa fueron trastocados por una meteorolog¨ªa muy desfavorable y la prueba inaugural del snowboard tuvo que ser aplazada un d¨ªa por el mal tiempo. Pero Ruby, ganadora de siete de las ocho pruebas previas del circuito de la Copa del Mundo, se mostr¨® intratable. Super¨® por casi dos segundos a sus mejores rivales y apenas perdi¨® unas cent¨¦simas en la segunda. Entr¨® en el libro de oro ol¨ªmpico.
Logr¨® la medalla de plata en los siguientes Juegos de Salt Lake City 2002 en el eslalon gigante paralelo. Pero, tras ser eliminada en los cuartos de final del cross en los de Tur¨ªn 2006, decidi¨® retirarse. Ya hab¨ªa ganado bastante. Adem¨¢s de sus dos medallas ol¨ªmpicas sumaba seis t¨ªtulos mundiales, 67 victorias en pruebas de la Copa, y 122 podios por todas las pistas del mundo.
Naci¨® el 4 de enero de 1978 en Bonneville, un pueblecito a medio camino de Ginebra y Chamonix, en la falda del Mont Blanc, donde se fue. Su otra vida fue muy corta, apenas tres a?os. Pero siempre entre la nieve y el hielo, su gran pasi¨®n.
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