Carrera de obst¨¢culos
Para atraer al elector ya no basta con apelar al miedo; hay que demostrar eficacia contra la crisis
El sector m¨¢s impaciente del PP ya ha pedido un adelanto electoral, y el menos ha emplazado a Zapatero a plantear la cuesti¨®n de confianza. A medio camino, el portavoz parlamentario de CiU anima a Rajoy a presentar una moci¨®n de censura contra el presidente. No habr¨¢ nada de eso, al menos mientras no se modifique la situaci¨®n que ha fotografiado el resultado electoral: serio aviso a Zapatero, pero a casi tres a?os de las legislativas y con m¨¢s del 50% de abstenci¨®n, lo que deja abierta la posibilidad de recuperaci¨®n.
No es probable que haya moci¨®n de censura porque el PP qued¨® vacunado con la que present¨® Hern¨¢ndez Mancha contra Felipe Gonz¨¢lez y que acab¨® con la carrera de ese aspirante a sucesor de Fraga. Y porque la moci¨®n de censura es en Espa?a constructiva, es decir, que s¨®lo prospera si hay un candidato alternativo que obtiene la mayor¨ªa absoluta. Pero el propio Duran ha adelantado que CiU no avalar¨ªa una candidatura de Rajoy. Y la cuesti¨®n de confianza presentada por el presidente s¨®lo tiene sentido en situaciones de crisis pol¨ªtica grave: para ganar tiempo antes de adelantar las elecciones.
Adem¨¢s, el avance de Rajoy se ha producido por el ra¨ªl de la irritaci¨®n que suscitan los efectos de la crisis econ¨®mica, pero sin que el PP haya sido capaz de otra respuesta que el discurso exclamativo (?cuatro millones de parados!). Rajoy parece estar a la espera de que el paro acabe con Zapatero, pero ¨¦ste cuenta con que para cuando lleguen las elecciones se haya iniciado la reactivaci¨®n.
Toda esa esgrima poselectoral tiene que ver con la siguiente prueba de la carrera de obst¨¢culos a la que se enfrenta el Gobierno: la de los Presupuestos de 2010, para cuya aprobaci¨®n, en v¨ªsperas de la presidencia espa?ola de la UE, Zapatero necesita apoyos que s¨®lo pueden venir de los nacionalistas, adem¨¢s de IU.
La apuesta de Zapatero por apoyos variables pareci¨® justificada en su momento, para librarse de su dependencia de partidos como ERC, que tan cara le hab¨ªa salido. Pero la opci¨®n de gobernar sin el PNV en el Pa¨ªs Vasco, tras las elecciones del 1 de marzo, le ha dejado sin un respaldo garantizado. Hay una cierta incoherencia en quienes apoyan esa opci¨®n y le reprochan su aislamiento parlamentario. Los resultados de las europeas en Euskadi avalan la apuesta: el PSE, que en marzo estaba a ocho puntos del PNV, queda ahora a menos de uno, lo que indica que el intento de deslegitimaci¨®n del Gobierno de Patxi L¨®pez no ha tenido seguimiento. Tal vez ese fracaso haga reconsiderar su pol¨ªtica a Urkullu, pero no es probable que ello implique volver a los acuerdos con el PSOE en el Congreso.
Zapatero tendr¨¢ que negociar con los nacionalistas catalanes, y seguramente no es casual que haya anunciado un acuerdo sobre financiaci¨®n auton¨®mica para julio, cuando tambi¨¦n se espera la resoluci¨®n del Constitucional sobre el Estatuto. Lo necesita para eliminar obst¨¢culos a un acuerdo con CiU; pero tambi¨¦n, seg¨²n el PSC, para recuperar la movilizaci¨®n socialista en Catalu?a despu¨¦s del preocupante dato de una abstenci¨®n ins¨®lita. El PP ha ganado por 600.000 votos en toda Espa?a, y el PSC ha tenido un mill¨®n menos que en las generales de 2008. Las encuestas siguen dando que el electorado catal¨¢n prefiere a Zapatero antes que a Rajoy en La Moncloa, pero los partidos nacionalistas no desde?an votar con el PP en las Cortes para evidenciar su desconfianza.
Es por tanto la hora de la pol¨ªtica. La denuncia de la corrupci¨®n es imprescindible, pero no puede sustituir a las pol¨ªticas eficaces contra la crisis. Y ya no basta con satanizar al rival con v¨ªdeos maniqueos para atraer a las urnas a votantes cabreados. Apelar al miedo atrae el peligro, m¨¢s que conjurarlo.
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