Eclipse total
?Por qu¨¦ Europa gira a la derecha en el momento en que EE UU gira a la izquierda? Porque all¨ª la revoluci¨®n conservadora hizo estragos y aqu¨ª, a pesar de los denodados intentos de Aznar y de algunos de sus colegas del Este, hizo da?o y cre¨® precariedad, pero no lleg¨® a deteriorar la totalidad del entramado institucional. Dicho de otro modo, la derecha europea tuvo la prudencia de no desmantelar el Estado del bienestar (se content¨® con desprestigiarlo) y ahora cobra los frutos de aquella decisi¨®n. La distancia entre el discurso de la liberalizaci¨®n y la desregulaci¨®n de la econom¨ªa y la puesta en pr¨¢ctica de tanta reforma anunciada ha sido bastante grande. Con lo cual, cuando se ha desencadenado el vendaval de la crisis, los mecanismos para atemperar sus efectos en el terreno social han funcionado razonablemente. Y, ahora que la ciudadan¨ªa europea parece paralizada, la derecha ha capitalizado lo que fue el patrimonio de la izquierda.
La derecha ha capitalizado lo que fue el patrimonio de la izquierda
El caso de Nicolas Sarkozy, el hiperactivo presidente franc¨¦s, es emblem¨¢tico. No ha estado quieto un minuto desde que lleg¨® al poder. Prometi¨® mil reformas y no ha llevado ninguna a cabo: o se han estrellado por el camino, ante la resistencia de las denostadas estructuras sociales francesas, o ni siquiera ha osado pasar de las palabras a los hechos. Con lo cual Francia ha aguantado mejor, una vez m¨¢s, la crisis que el resto. Y, Sarkozy, hundido en los ¨ªndices de popularidad, ha ganado las elecciones europeas ante una izquierda invisible e inaudible.
Evidentemente, cada pa¨ªs tiene sus circunstancias particulares y los resultados son dif¨ªciles de extrapolar. Pero, ante un retroceso tan generalizado de la izquierda europea, hay razones para pensar que este eclipse general no es la simple suma de eclipses parciales. Ciertamente, como es propio de un momento de crisis, en muchos pa¨ªses el electorado se ha agarrado al que gobierna. Y casi con toda seguridad si el PSOE, aun descendiendo sensiblemente, ha conseguido el mejor resultado de la izquierda europea ha sido porque est¨¢ en el poder. De estar fuera, probablemente hubiera formado parte de este magma de socialistas silenciosos sin atributos precisos que es hoy el mapa de la izquierda europea.
Pero m¨¢s all¨¢ del im¨¢n del poder y de la capitalizaci¨®n por la derecha del Estado del bienestar, la impotencia de la izquierda ante la crisis tiene causas s¨®lo imputables a los socialistas. La primera, y principal, haber practicado el seguidismo m¨¢s absoluto respecto a las pol¨ªticas de la derecha. La tercera v¨ªa de Tony Blair que simboliza por encima de todo este per¨ªodo de sumisi¨®n a la ideolog¨ªa conservadora, se va ahora por el desag¨¹e, habiendo completado la destrucci¨®n del tejido industrial ingl¨¦s que inici¨® Margaret Thatcher, y dejando un clima de descomposici¨®n pol¨ªtica que ha permitido el resurgimiento de un impropio nacionalismo brit¨¢nico.
De modo que en el momento en que el capitalismo vive uno de sus grandes desajustes, una crisis de adaptaci¨®n, la izquierda no tiene nada diferente que ofrecer. Los ciudadanos la consideran, con raz¨®n, tan responsable de la crisis como a la derecha, porque donde gobernaron no hicieron nada para frenar los delirios de los a?os de la impunidad -?qu¨¦ hizo Zapatero contra la burbuja inmobiliaria o contra la explosi¨®n del cr¨¦dito?- y no ven en ella ninguna alternativa real que garantice una salida mejor. No s¨®lo en econom¨ªa, durante estos a?os tambi¨¦n en pol¨ªtica la izquierda no ha hecho sino rivalizar con la derecha en su mismo terreno. El mimetismo en la construcci¨®n de liderazgos carism¨¢ticos ha sido evidente. Segol¨¨ne Royal, por ejemplo, se hundi¨® en una relaci¨®n especular con Sarkozy. Y la derecha ha ganado en este terreno por mayor descaro. Tampoco la izquierda ha sabido responder a la privatizaci¨®n de lo p¨²blico y la publicitaci¨®n de lo privado que est¨¢ amenazando una separaci¨®n sagrada de la pol¨ªtica democr¨¢tica.
En algunos pa¨ªses los r¨¦ditos de poder que el mimetismo de la derecha le ha dado han impedido ver la urgencia de la renovaci¨®n. En otros, la falta de ideas ha dejado a la izquierda a merced de las querellas de familia. Llega la crisis y todo est¨¢ por hacer. Sin embargo, nos jugamos que la salida de la crisis sea el cambio o la regresi¨®n. Porque cuando se habla de m¨¢s Estado o de m¨¢s mercado, en el fondo se est¨¢ escamoteando una cuesti¨®n mucho m¨¢s concreta: ?se seguir¨¢n repartiendo los excedentes del capitalismo a capricho y beneficio de unos pocos, como en estos ¨²ltimos a?os, o habr¨¢ una redistribuci¨®n con mayor control social, m¨¢s conforme a los intereses de todos?
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