En la lista de los peor vendidos
La tribu de los 'worst sellers' defiende el romanticismo del fracaso literario
Los libros pueden durar los d¨ªas que vive una mosca. Nacen, se imprimen, se colocan en la librer¨ªa y al cabo de una semana reciben la extremaunci¨®n. As¨ª que se les confina al infierno del ¨²ltimo estante. Siete d¨ªas de existencia. Es lo que ha sufrido en sus p¨¢ginas La mujer por la ventana, un libro de relatos de la escritora venezolana Silvia Cordiliani. Tal¨ªa Luis Casado, de la editorial Escalera, tuvo un flechazo con esos cuentos. Los busc¨® y los public¨®. Ilusi¨®n. Lo m¨¢s agrio lleg¨® en forma de cifras: menos de 200 ejemplares vendidos. A eso est¨¢n acostumbradas las editoriales peque?as mientras observan c¨®mo t¨®temes de las multinacionales les dan la espalda desde el escaparate. Representantes de los sellos Escalera, Salto de P¨¢gina, Baile del Sol y Errata Naturae se reunieron ayer en la feria del libro para reivindicar su condici¨®n de perdedores. Al menos, en ventas. Se dicen worst sellers y, con cierta iron¨ªa, se enorgullecen de serlo. Qu¨¦ remedio.
"Sacrificamos el dinero por sentirnos orgullosos de lo que editamos" (Casado)
Encender el ordenador. Caf¨¦. Ordenador. Comida y cena en el ordenador. Cuenta Tal¨ªa que no les queda otro remedio que estar 24 horas con el chip del trabajo. Estas editoriales tienen entre dos y cuatro trabajadores. "Con ese estr¨¦s no podemos tener tanto contacto con los libreros", se queja Irene Ant¨®n, de Errata Naturae. "Nos gustar¨ªa ser m¨¢s visibles". Pero no se achantan. Y quieren reivindicar cierto romanticismo.
"Soy una intrusa", concede Irene. Es Tal¨ªa quien muestra su car¨¢cter: "Sacrificamos el aspecto econ¨®mico por sentirnos orgullosos de lo que publicamos. No ofrecemos tanto libro-espect¨¢culo". S¨ª son conscientes de que se tienen que hacer fuertes en Internet, en foros y blogs. "Pecamos de reci¨¦n llegados. Es un territorio a explorar", medita Irene. Les da rabia que no puedan acceder a los suplementos culturales porque las editoriales multinacionales se los meriendan. Mar¨ªa Jos¨¦ de Acu?a, prudente y editora de Baile del Sol, tiene otro inconveniente: su empresa est¨¢ en Canarias. "Desde la periferia es m¨¢s dif¨ªcil mostrar tu cat¨¢logo y asistir a encuentros". Madrid y Barcelona pueden ser miopes.
A Carlos Jim¨¦nez Arribas se le escapa media sonrisa porque se lleva la palma. Ha publicado con Artemisa el volumen Viaje al ojo de un caballo, el libro menos vendido de la editorial (menos de 100 ejemplares) y, probablemente, el que menos se ha despachado en la feria. Es un worst seller. No se lo toma demasiado mal: "Trata de viajes, naturaleza y reflexi¨®n. Es un g¨¦nero raro. Por eso creo que no ha funcionado". He ah¨ª el riesgo.
La rareza, de vez en cuando, da el pelotazo. La an¨¦cdota la cuenta Pablo Mazo, de Salto de P¨¢gina: Candaya edit¨® en 2006 Nocilla dream, de Agust¨ªn Fern¨¢ndez Mallo. Era singular. Pues su autor fue venerado como dios posmoderno y consigui¨® que Alfaguara no pudiera resistirse a publicarle su siguiente t¨ªtulo. En Plop, del autor argentino ya fallecido Rafael Pinedo, Pablo ten¨ªa puesta sus esperanzas. Una historia descarnada y subversiva. Las pocas ventas le dan un bofet¨®n. Y as¨ª logran que la vida de un libro impreso se parezca a la de un insidioso insecto.
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