El Derby de los irlandeses
A Urban Sea le pas¨® lo que a muchas hembras de una especie que nos resulta m¨¢s familiar: su f¨ªsico vulgar y poco atractivo hizo que los superficiales no reconociesen su enorme val¨ªa. Tampoco tuvo suerte en sus salidas a la pista, en Francia, Inglaterra, Hong Kong, Jap¨®n o Canad¨¢: siempre algo se torc¨ªa en la carrera, la montaban mal o le cortaban el paso en el momento decisivo, cosas as¨ª. S¨®lo su preparador Jean Lesbordes mantuvo invariable su fe en ella, hasta que se vio recompensado por su gran victoria en el Arco de Triunfo de 1993, donde iba 37 a 1. La recuerdo bien aquella tarde de Longchamp, cuando por el interior de la pista resist¨ªa -rubia, menuda, tenaz- el ataque final de los mejores caballos de Europa. Ni siquiera ese triunfo logr¨® elevar su cotizaci¨®n y nadie se interesaba mucho por ella como yegua de cr¨ªa. Pero Lesbordes permaneci¨® fiel y los resultados fueron fabulosos: de sus 10 hijos, ocho ganaron carreras importantes y uno de ellos, Galileo, consigui¨® el Derby de Epsom y el King George de Ascot.
Lo poco que me gusta de Europa es lo que resiste de un pasado de ilustraci¨®n
El milagro ha concluido y 'Urban Sea' puede dormir satisfecha
Urban Sea muri¨® de parto el pasado marzo, a los 20 a?os. El padre de su ¨²ltimo hijo es Invencible Spirit, un nombre que le hubiera ido a ella como anillo al dedo. Seg¨²n cuenta su amigo Lesbordes, a pesar de la fatal hemorragia interna permaneci¨® en pie, lamiendo cuidadosamente al reci¨¦n nacido de largas patas temblorosas hasta dejarlo bien limpio. Luego se dej¨® caer para morir. "Hasta el final hizo todo como se deb¨ªa", coment¨® el preparador. Dos meses despu¨¦s otro hijo suyo, Sea The Stars, ganaba en Newmarket la primera prueba cl¨¢sica de 2009, las Dos Mil Guineas. Y se convert¨ªa en favorito para el Derby de Epsom: en caso de producirse esta victoria, lograr¨ªa un doblete que no se da desde hace 20 a?os. Pero Urban Sea conseguir¨ªa algo mucho m¨¢s raro, in¨¦dito en toda la historia del turf, ser madre de dos ganadores del Derby. Que yo sepa, ninguna yegua lo ha conseguido en m¨¢s de 200 a?os.
Aunque es propiedad de un joven chino de 27 a?os, due?o tambi¨¦n de locales nocturnos en Hong Kong e hijo de la que fue propietaria de Urban Sea, el ganador de las Guineas ha sido criado en Irlanda, lo prepara el irland¨¦s John Oxx y lo monta el muy irland¨¦s Mick Kinane, a punto de cumplir 50 a?os y a quien tengo por hermano mayor del Pat Kinane que protagoniza mi novela La hermandad de la buena suerte. No son los ¨²nicos irlandeses involucrados en el Derby ingl¨¦s de este a?o: de los 12 participantes que tomar¨¢n la salida, nada menos que ocho -los ocho favoritos, casualmente- vienen de Irlanda. Jim Bolger, que gan¨® la carrera el pasado a?o con unos de sus pupilos, entrena y adem¨¢s es due?o de Gan Amhras (por si ustedes flaquean en ga¨¦lico, como casi todos los irlandeses, sig-nifica Sin duda). Dice Bolger que si gana ser¨¢ la primera vez que consigue el Derby un caballo propiedad de un pobre... Y los seis irlandeses restantes pertenecen todos a Magnier & Tabor y a todos los entrena Aidan O'Brien, el modoso y ultraperfeccionista -algunos dicen "mani¨¢tico", ya saben c¨®mo son los maledicentes- eterno joven que ya cuenta con dos Derbys en su vitrina, uno de ellos el ganado por Galileo. Quien por cierto es padre de cuatro de su media docena de aspirantes al t¨ªtulo. De modo que el Derby 2009 parece un asunto de familia, a dirimir entre el hijo de Urban Sea y sus cuatro nietos...
Aidan O'Brien entrena a sus protegidos en el c¨¦lebre campo de Ballydoyle, que adquiri¨® a Vincent O'Brien (sin ning¨²n parentesco con ¨¦l, en Irlanda apellidarse O'Brien no es nada original) cuando ¨¦ste se jubil¨®. Vincent O'Brien ha sido la m¨¢s importante figura del turf europeo del siglo XX, tras Federico Tesio. Revolucion¨® los m¨¦todos de entrenamiento y as¨ª prepar¨® a ganadores de todo tipo de pruebas: dos del Grand National, seis del Derby ingl¨¦s, otros seis del Derby irland¨¦s, tres del Arco de Triunfo, etc. Acaba de morir a los 92 a?os, precisamente el lunes de esta semana, la del Derby al que estuvo unida gran parte de su gloria. Todos los jinetes de la carrera llevar¨¢n un brazalete negro en su memoria, quiz¨¢ tambi¨¦n en la de aquellos Derbys del pasado que yo tuve la suerte de llegar a conocer. Uno de los contendientes de hoy se llama Rip Van Winkle, pero a m¨ª no me gustar¨ªa quedarme dormido como el personaje de Washington Irving y despertarme dentro de 20 a?os: primero, porque me perder¨ªa muchas buenas carreras y, adem¨¢s, porque estoy convencido de que ese feliz mundo futuro iba a gustarme m¨¢s bien poco.
Por ejemplo, la Europa que sale de las elecciones del d¨ªa despu¨¦s del Derby. Ultraconservadora, ineficaz por el rechazo del Tratado de Lisboa por los lerdos de izquierdas y derechas, dominada por el nacionalismo timorato de los Estados y, a¨²n peor, por el separatista de los supuestos "pueblos" que tratan de fraccionarla a¨²n m¨¢s en beneficio de quienes tratan de sustituir la identidad de la pol¨ªtica por la pol¨ªtica de la identidad. Lo poco que me gusta de ella es lo que resiste de un pasado de ilustraci¨®n, como la entra?able y valerosa Ethical Society de la placita londinense de Red Lion Square, bajo el busto tutelar de Bertrand Russell. Vuelvo como siempre a visitarla y encuentro una modesta exposici¨®n sobre Darwin y contra los manipuladores absurdos creacionistas. Hacerse socio de ella (www.ethicalsoc.org.uk) s¨®lo cuesta 18 libras anuales, pero est¨¢n ustedes dispensados de pagarlas si tienen m¨¢s de 65 a?os, est¨¢n en paro o se dedican a la educaci¨®n.
La tarde en Epsom es gris, fr¨ªa y lluviosa, una de las jugarretas del verano ingl¨¦s. A pesar del clima adverso, muchos de los participantes equinos sudan copiosamente, quiz¨¢ por la tensi¨®n del ambiente o porque notan el nerviosismo de sus jinetes. No as¨ª el majestuoso Sea The Stars, que va tan fresco e imperturbable como si paseara por su cuadra. Tampoco el veterano Kinane parece de los que tiemblan en las grandes ocasiones. Al verlo pasar, recuerdo los versos dedicados a la estatua ecuestre por Jorge Guill¨¦n: "?Y a fuerza de cu¨¢nta calma / tengo en bronce toda el alma, / clara en el cielo del fr¨ªo!". Dicen los entendidos que es demasiado grandull¨®n para el sinuoso trazado de Epsom, pero a¨²n m¨¢s alzada ten¨ªa Nijinsky y eso no le impidi¨® triunfar... Sin embargo, yo soy menos ecu¨¢nime ante una mala noticia que me llega por el m¨®vil: ha muerto mi querido Alejandro Rossi, un esp¨ªritu realmente sutil, culto, cosmopolita y lleno del m¨¢s noble humor. ?Cu¨¢nto voy a echar de menos nuestras charlas en su casa de M¨¦xico D. F. y su generosa visi¨®n sin prejuicios de casi todo lo que importa de veras!
Ahora va a darse la salida para la gran carrera. En cada latitud, el locutor que narra la prueba tiene una expresi¨®n para se?alarla: aqu¨ª ser¨¢ "and they're off!", como en Longchamp es "c'est parti!", en la Capanelle "partiti!" o en Palermo y San Isidro "?largaron!". Y, en efecto, ya est¨¢n corriendo. Los de O'Brien tratan de controlar la carrera y marcar el paso, pero Sea The Stars galopa a su aire sin perder contacto en el tercer o cuarto puesto. En cuanto media la recta final, Kinane utiliza un par de veces la fusta y se acaba su indolencia. Se va a ganar con feliz comodidad, mientras tras de ¨¦l cuatro de los O'Brien -Fame and Glory, Masterofthehorse, Rip Van Winkle y Golden Sword- tratan de alcanzarle y se disputan las colocaciones.
El milagro ha concluido y Urban Sea puede dormir satisfecha. Llueve ahora ligeramente sobre Epsom, sobre los caballos magn¨ªficos, sobre los boletos rotos y las ilusiones perdidas, sobre el recuerdo de Vincent O'Brien y Alejandro Rossi, sobre nuestra Europa desconcertada que vota escasamente y espera la voz que la convoque al futuro: ?largaron!
Fernando Savater es catedr¨¢tico de Filosof¨ªa de la Universidad Complutense.
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