Las elecciones de Papi & c¨ªa
De un tiempo a esta parte, la pregunta m¨¢s repetida en tertulias y concili¨¢bulos es ?qu¨¦ carajo hacen los italianos votando a Berlusconi! Il Cavaliere, Papi, operator, volvi¨® a ganar las elecciones europeas y la pregunta se multiplic¨® por millones despu¨¦s del esc¨¢ndalo moral de sus fotograf¨ªas, de la utilizaci¨®n de fondos p¨²blicos para fines privados, de su pretensi¨®n de presentar top models para que ense?aran las tetas en la campa?a, la presunta presencia de menores en las fiestuquis del se?orito y del dedo acusador del ex primer ministro checo Mirek Topolanek.
Una y otra pregunta se suceden como en aquellos tiempos en que Vizcaya se preguntaba qu¨¦ le pasaba a Julen Guerrero. Habr¨¢ miles de opiniones, muchas de ellas documentadas, pero hay una que yo repudio de salida y que ahora se repite mucho: los italianos tienen lo que se merecen. Ning¨²n pueblo se merece a un dictador, sea de guante blanco, sanguinario, informe. Los italianos no se merecen a Berlusconi. Dicho lo cual, se puede decir que quiz¨¢s tienen lo que est¨¢n buscando. Cada cual lleva en sus l¨¢grimas los clavos de su cruz. La peor consecuencia de las elecciones europeas no es si ha ganado la derecha o ha perdido la izquierda (que las dos cosas han pasado), sino que las conductas morales, salvando todas las distancias, afectan muy poco a la voluntad del voto. Hay quien piensa que incluso una mala fama respecto a la corrupci¨®n, al caudillismo, a las posturas antidemocr¨¢ticas, a los excesos verbales o morales puede ser rentable. A largo plazo, no, pero de forma inmediata, que es la aut¨¦ntica preocupaci¨®n de algunos pol¨ªticos, s¨ª.
Me hizo gracia -a fuer de sincero, dir¨¦ que me desternill¨¦- cuando Mar¨ªa Dolores de Cospedal justificaba el ¨¦xito electoral del PP en Valencia en que la gente hab¨ªa reaccionado al acoso sufrido por Camps, obviando que tal acoso se med¨ªa en imputaci¨®n judicial, que es algo m¨¢s que una salida de tono en un mitin. Y se qued¨® tan ancha.
La derecha, defensora de los valores fundamentales de no s¨¦ qu¨¦, resulta que pone a la judicatura, a los indicios justificados, a los casos de prevaricaci¨®n, a la alteraci¨®n de las leyes en beneficio propio (v¨ªa Berlusconi) en un segundo lugar. Lo que impera es Gran Hermano, ese sarc¨®fago de momias vac¨ªas, donde el ¨²nico objetivo es ganar a costa de lo que sea.
Pues s¨ª, gan¨® Berlusconi, y gan¨® Camps, y Fabra y Sarkozy (perd¨®n por el desorden sint¨¢ctico) y todos esos partiditos europeos fachas y xen¨®fobos que a¨²n son pocos, pero acojonan. ?Y la izquierda? No sabe, no contesta. En las dos ¨²ltimas d¨¦cadas no ha habido ni un solo l¨ªder de la izquierda capaz de entusiasmar a la grada en toda Europa. Casi todos han muerto pol¨ªticamente (Blair, Brown, Francia no existe, Schroeder dijo adi¨®s desde el and¨¦n). Hasta los pa¨ªses n¨®rdicos son de derechas. Y, ya s¨¦ que tampoco hay grandes l¨ªderes en la derecha con aportaciones interesantes para el mundo. Pero nadie le pidi¨® jam¨¢s a la derecha que pensara. Eso es cosa de rojos.
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