Viaje al pa¨ªs que no vota

Frente al Colegio Sant Gabriel, uno de los de m¨¢s renombre de Sant Adri¨¤ de Bes¨°s, Maria Teresa Delcl¨®s, de 41 a?os, conversa con otros padres tras la salida de sus dos hijos de clase. "Esta vez no fui a votar. Uno trabajaba, y el otro, de torneo con los ni?os". Y acto seguido, esta farmac¨¦utica desgrana las razones de su deserci¨®n: "Tenemos muchos problemas: ir a votar no comporta que te suban el sueldo o que baje el alquiler o la comida". Abrumada por los pagos, Delcl¨®s, de centro, es uno de los 16.717 electores de Sant Adri¨¤ que ignor¨® la cita europea, que registr¨® un 68,38% de abstenci¨®n. El municipio es uno de los m¨¢s pasivos ante las urnas junto a Salt (Giron¨¨s). La provincia Girona es, de hecho, la que menos ha visitado los colegios electorales (la participaci¨®n fue del 34,94%), s¨®lo superada por Ceuta (32,33%) y Melilla (34,83%)

"Ir a votar no supone que te suban el sueldo o baje el alquiler", dice una vecina

"La culpa es nuestra, no de la ciudadan¨ªa", afirma el alcalde de Sant Adri¨¤

Con un censo de 24.445 electores, en Sant Adri¨¤ solo vot¨® el 32%, por lo que la abstenci¨®n del 68,38% fue estratosf¨¦rica. Super¨® en seis puntos (62,46%) la de Catalu?a y no digamos la del conjunto de Espa?a (54%). No se quedaron atr¨¢s poblaciones como Ll¨ªvia o Puigcerd¨¤, pero en este caso la deserci¨®n se imputa a que muchos de sus residentes no son m¨¢s que turistas de fin de semana que se empadronan para desgravar la segunda residencia.

En la plaza de la Vila de Sant Adri¨¤, junto al Ayuntamiento, el colectivo La Hora organiz¨® el jueves una fiesta solidaria con Per¨². Ramon Mateu, uno de los portavoces, no cree que en esta cita electoral haya ocurrido nada extra?o: "Puede que la gente est¨¦ desencantada, pero la media la hace bajar el absentismo de La Mina, que es muy bestia".

Y recuerda que en noviembre se celebr¨® un refer¨¦ndum sobre las chimeneas de Fecsa y que la gente vot¨®. Y lo hizo a favor de conservar esa parte del paisaje sentimental de Sant Adri¨¤. Pero la realidad es que de 26.000 personas s¨®lo fueron a las urnas 2.130, el 9% de los convocados.

La herida no deja de sangrar, sobre todo en el distrito sexto. "Siempre nos ha pasado igual: La Mina no vota", se lamenta el alcalde Jes¨²s Canga. En el barrio la abstenci¨®n fue del 78%, 10 puntos m¨¢s que la media del municipio. El alcalde lamenta que las administraciones se vuelquen -este mes inauguran una flamante biblioteca y un polideportivo-, pero sin arrastrar a la ciudadan¨ªa. "Algo falla. No tenemos que decir que la culpa es de la ciudadan¨ªa, sino nuestra".

Gregorio Chamizo, dirigente local de Esquerra Unida i Alternativa, tiene en la sede, en la que no falta un retrato de Karl Marx, una pulcra libreta con los resultados por distritos. Tambi¨¦n tiene su teor¨ªa sobre la deserci¨®n de las urnas. Chamizo recuerda que la abstenci¨®n en La Mina es a veces del 85% y que el voto est¨¢ mediatizado por la Iglesia Evang¨¦lica, mayoritaria entre los gitanos.

Felipe Gabarr¨ª, de 57 a?os, se detiene y habla de las bondades de esa familia cristiana, junto a la biblioteca, ajeno a los ni?os que van en moto y al paso del tranv¨ªa. Anochece, pero La Mina es un bullicio de vida. No hay ni rastro, ni un cartel, que evoque las europeas. "Vendo ropa en el mercadillo y si antes ganaba 100, ahora, 20", cuenta Gabarr¨ª, que vot¨® en 2008 al PSC. "Ahora no. ?Todos los partidos son corruptos!".

En el otro extremo, Arcadi Aug¨¦, presidente del Ateneu Adrianenc, la ¨²nica entidad privada de Sant Adri¨¤, no quiere hablar de la abstenci¨®n, pero ense?a el hist¨®rico local de 1925 y su despacho empapelado con fotos de la larga lista de pol¨ªticos que han dado un mitin. Ning¨²n candidato visit¨® el local la pasada campa?a. "El Ayuntamiento hizo la reserva de la sala, pero aqu¨ª no ha venido nadie", dice Aug¨¦. ICV-EUiA es el ¨²nico que organiz¨® un acto al aire libre. Y perdi¨® casi cien votos.

"Yo este a?o no he ido a votar y siempre he votado en conciencia, pero el desencanto ha podido m¨¢s". As¨ª resume Gemma Serra, presidenta de una asociaci¨®n de vecinos de Salt (Giron¨¨s), su relaci¨®n con las urnas en los ¨²ltimos comicios del Parlamento Europeo. Un "desencanto" que parece haber cuajado en este municipio de 30.600 habitantes, donde la abstenci¨®n en las elecciones del domingo alcanz¨® el 67,70 %, dos puntos m¨¢s que en la cita electoral del 2004 y m¨¢s de cinco respecto a la media catalana. Serra atribuye la baja participaci¨®n a la "mala imagen" que ofrecen desde hace meses el equipo de gobierno municipal (PSC-ERC) y la oposici¨®n (CiU).

"Los plenos son un espect¨¢culo de insultos, reproches y trifulcas entre concejales. Los vecinos estamos hartos de pol¨ªticos que s¨®lo miran por ellos. Es decepcionante y piensas que no vale la pena ir a votar", a?ade. La crispaci¨®n se ha instalado en el Consistorio hasta tal punto que la alcaldesa, Iolanda Pineda (PSC), ha hecho un llamamiento a la calma para "reconducir la situaci¨®n y guardar las formas y el respeto". Uno de los plenos m¨¢s tensos se vivi¨® a finales de mayo, cuando el portavoz de CiU y ex alcalde de Salt Jaume Torramad¨¦ pidi¨® someterse a un control de alcoholemia despu¨¦s que un concejal de ERC insinuara que iba bebido.

El concejal de Participaci¨®n Ciudadana del Ayuntamiento de Salt, Domingo ?lvarez, considera que la baja participaci¨®n obedece a una "coyuntura general" o a una "democracia joven". "Salt no es m¨¢s abstencionista que otros municipios", a?ade. Tambi¨¦n recuerda que es una localidad con una fuerte cultura asociativa.

En el centro c¨ªvico Les Bernardes, un grupo de usuarios tambi¨¦n opinan sobre la abstenci¨®n. "No hubo m¨ªtines, por aqu¨ª no vino nadie", comentan. De hecho, la campa?a en Girona funcion¨® a medio gas y algunos candidatos ni llegaron a pisar el territorio.