El canario que vino de Venus

Elio Quiroga (Las Palmas, 1975) es un bicho raro, un director at¨ªpico, uno de esos profesionales que abraza el t¨®pico "nadie es profeta en su tierra". Pero no s¨®lo eso: a este canario le representa la mastod¨®ntica William Morris (la misma agencia estadounidense que gestiona las carreras de realizadores como J. J. Abrams, Ridley Scott, Clint Eastwood o Tim Burton), se le venera en los c¨ªrculos cin¨¦filos m¨¢s radicales de Jap¨®n, Alemania o el Reino Unido, y su agenda incluye visitas a los grandes estudios de Los ?ngeles para hablar de futuros proyectos en la meca del cine, ya sea con los productores de Michael Bay o con el muy en boga Timur Bekmambetov (director de Wanted). As¨ª que, aunque pudiera parecerlo, Quiroga no es s¨®lo un hombre obsesionado con hacer su propio cine, m¨¢s all¨¢ de lo que marque la coyuntura, sino que ha conseguido poner un pie al otro lado del Atl¨¢ntico sin tener que recurrir a los juegos malabares o a los trucos de magia. Todo ello -faltar¨ªa m¨¢s- sin levantar ni un brizna de polvo en Espa?a, donde sigue siendo un desconocido.

El director salt¨® sin red con su primera pel¨ªcula, Fotos, que el realizador mexicano Guillermo del Toro calific¨® como "la mejor pel¨ªcula venusiana que he visto" y que Quentin Tarantino aplaudi¨® entusiasmado en su pase en el Festival de Sitges en 1996. Desde entonces ha tenido tiempo de pasarse al terror, de hacer un documental marciano sobre el pintor Uwe Grumann, o de articular un discurso poco convencional sobre el pesimismo en una pel¨ªcula min¨²scula como La hora fr¨ªa. A pesar de ello, y de su compromiso con una manera muy personal de entender el s¨¦ptimo arte, a Quiroga no se le ha hecho demasiado caso en nuestro pa¨ªs, donde las pel¨ªculas duran en cartelera el equivalente a un partido de f¨²tbol. "Ves c¨®mo la industria norteamericana, con todos sus problemas, se focaliza en el talento, las buenas ideas y en el trabajo bien hecho; aunque eso parezca lo m¨¢s elemental, lo que deber¨ªa pasar, no siempre es as¨ª. Al menos no en Espa?a, donde a veces los baremos y criterios de los productores son otros", afirma el realizador v¨ªa e-mail.

Quiroga ha estrenado No-Do, una pel¨ªcula "de terror parapsicol¨®gico". Seg¨²n confiesa el realizador, que hace suya "una definici¨®n de Iker Jim¨¦nez, que creo que es bastante acertada". No-Do empez¨® a gestarse en 2001 y en palabras del director "contiene muchos elementos del cine g¨®tico de terror, el cine de fantasmas. Lo cierto es que en Espa?a hay mucho inter¨¦s por este g¨¦nero como han demostrado producciones tipo El orfanato".

El canario, en la mejor tradici¨®n del maverick, no teme a la crisis y sigue empe?ado en ir a la suya: "en estos momentos la situaci¨®n de la producci¨®n audiovisual en Espa?a hace que sea dif¨ªcil hacerse un hueco para todos los directores, excepto aquellos que han conseguido con los a?os crearse un p¨²blico fijo y trabajar con una infraestructura de producci¨®n propia. En todos esos casos, esos directores, no hace falta citar nombres, no son directores al uso. As¨ª que los raros son, curiosamente, los que salen adelante".