Un sacerdote rechaza dar la comuni¨®n a una ni?a con s¨ªndrome de Down
Tei¨¤, una poblaci¨®n de unos 5.000 habitantes al norte de Barcelona, es estos d¨ªas el escenario de un conflicto religioso. La familia de Carla, una ni?a con s¨ªndrome de Down, ha tenido que buscar una iglesia fuera de la localidad para que su hija reciba la comuni¨®n. El p¨¢rroco de Tei¨¤, Josep Llu¨ªs Moles, se ha negado a permitir que la ni?a participe en la eucarist¨ªa, aduciendo que no est¨¢ en condiciones.
La historia es diferente seg¨²n qui¨¦n la cuente. La familia sostiene que intent¨® inscribir a la ni?a y a su hermano gemelo en la catequesis previa a la primera comuni¨®n, pero el sacerdote no lo vio claro y adujo entonces que Carla no ten¨ªa la madurez suficiente. Un a?o m¨¢s tarde, siempre seg¨²n la madre de la ni?a, argument¨® que las reacciones de Carla eran imprevisibles y que, dado que "era un ¨¢ngel de Dios" que no pecaba, no necesitaba purificarse y, por tanto, era mejor que no acudiera a comulgar.
El car¨¢cter de este sacramento cat¨®lico est¨¢ en discusi¨®n desde el Concilio Vaticano II. Los cat¨®licos tradicionales sostienen que se trata de la participaci¨®n en el cuerpo de Cristo, ya que en la misa se produce la transustanciaci¨®n, de modo que el pan de la hostia se convierte verdaderamente en la carne del hijo de Dios. Un sector m¨¢s progresista dentro de la Iglesia cat¨®lica, sin negar la transustanciaci¨®n, sostiene que el car¨¢cter del sacramento es, sobre todo, simb¨®lico: rememoraci¨®n de la ¨²ltima cena de Cristo con sus ap¨®stoles y, en ese sentido, gesto de hermandad eclesial. En ning¨²n caso se trata de un sacramento purificador, ya que la purificaci¨®n de los cat¨®licos se produce por el bautismo, que borra todos los pecados anteriores, o por la confesi¨®n.
El p¨¢rroco aduce, precisamente, que la ni?a carece de malicia, por lo que no ha podido pecar desde que recibi¨® el bautismo y, por tanto, no necesita el sacramento de la comuni¨®n.
La familia, en cambio, asegura que cuando le comunicaron su voluntad de buscar otra iglesia, les asegur¨® que presionar¨ªa a sus compa?eros para que no admitieran a la ni?a.
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