Ficci¨®n
Dec¨ªa el otro d¨ªa Imanol Arias, en el Festival de Islantilla, que tal vez convendr¨ªa acortar los pr¨®ximos cap¨ªtulos de Cu¨¦ntame. El actor reflexionaba sobre los problemas presupuestarios de todas las televisiones y los que, en concreto, podr¨ªan afectar a TVE en cuanto se aplicara el nuevo modelo sin publicidad. Propon¨ªa, en resumen, ofrecer menos cantidad para no tener que rebajar la calidad.
La idea de Arias no carece de fundamento. La ficci¨®n es el plato m¨¢s caro del men¨² televisivo, y por cada serie que funciona hay bastantes que no. V¨¦ase la no continuidad de la hipertensa La chica de ayer y la suspensi¨®n de Unidad Central Operativa tras tres cap¨ªtulos, al precio, dicen, de casi un mill¨®n de euros la unidad. Con esa suma se pueden fabricar toneladas de tomate o casquer¨ªa. Bastan 100.000 euros para pagar a cuatro personas conocidas (conocidas fundamentalmente por salir en la pantalla como caras conocidas), dispuestas a tirarse de los pelos en plat¨® hasta que el regidor diga basta. Y la audiencia responde.
Aparecer¨¢n, supongo, microformatos m¨¢s llevaderos, y la programaci¨®n desbordar¨¢ de manera creciente la pantalla convencional para extenderse al ordenador y al m¨®vil. Sin entrar en cuestiones cualitativas, la ficci¨®n cl¨¢sica de producci¨®n espa?ola, con actores m¨¢s o menos acreditados y con un mont¨®n de episodios de hasta hora y media, se perfila como la principal v¨ªctima del apret¨®n econ¨®mico. Acaso resistan con menor dificultad las series de p¨²blico adolescente.
?Recibir¨¢ un nuevo impulso lo que llamamos telebasura? No ser¨ªa extra?o. Al fin y al cabo, refleja (o hereda) pulsiones b¨¢sicas de la sociedad espa?ola. Los dos grandes partidos, PSOE y PP, llevan mucho tiempo practicando el g¨¦nero con ¨¦xito. Les benefician, parece, la erosi¨®n de las instituciones judiciales por la bronca partitocr¨¢tica, las agresiones injustificables (como el bloqueo del esca?o de Leire Paj¨ªn por el PP valenciano), la penosa publicidad-d¨®berman del PSOE, la transformaci¨®n del escenario pol¨ªtico en un plat¨® lleno de insultos y descalificaciones. Ser¨¢ que nos gusta. Ser¨¢ que nos lo merecemos.
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