Echad la m¨²sica al fuego
La pel¨ªcula ya la hab¨ªamos visto y por eso podemos apretar el bot¨®n de forward, pasarla a c¨¢mara r¨¢pida y entender lo que ocurre: un coche aparca a las puertas de un edificio emblem¨¢tico de la ciudad, se bajan de ¨¦l un pol¨ªtico y un banquero, uno con una lata de gasolina y otro con una cerilla en la mano; entran en una sala del Colegio Mayor San Juan Evangelista, le prenden fuego a los instrumentos de la orquesta y vuelven a casa para contar su dinero, mientras a sus espaldas arden la guitarra de Paco de Luc¨ªa, la trompeta de Dizzy Gillespie, el taburete en el que se sent¨® Camar¨®n de la Isla, el micr¨®fono de Astrud Gilberto de Enrique Morente de Joaqu¨ªn Sabina de Silvio Rodr¨ªguez; el xilof¨®n de Milt Jackson, la bater¨ªa de Art Blakey & The Jazz Messengers, el saxo de Dexter Gordon de Joe Henderson de Ornette Coleman...
Los del 'Johnny' van a coger su fusil, pero no deben de estar seguros de a qu¨¦ dianas disparar
Creo que con eso basta para que se vea lo que va a pasar con el San Juan Evangelista, el Johnny, que por otra parte es lo mismo que va a ocurrir con el teatro Alb¨¦niz y que antes ha ocurrido con tantos otros lugares de la cultura devorados por la barbarie, que los considera nidos de n¨²meros rojos, espacios que producen m¨¢s molestias que dividendos y que, llegado el caso, hasta pueden crearles problemas, porque su clientela est¨¢ formada por intelectuales, y esa gente tiene la mala costumbre de pensar y, en los casos m¨¢s graves, de defender sus ideas en p¨²blico. Intolerable.
Vivimos presos de lo que tenemos, es decir, de la propiedad privada, que lo justifica todo. Si la pagoda del arquitecto Fisac tiene due?o, ese due?o la puede tirar; si el teatro Alb¨¦niz tiene propietarios que pagaron por ¨¦l, qu¨¦ van a hacer las administraciones p¨²blicas para evitar que lo echen abajo; si Unicaza es la propietaria del San Juan Evangelista, c¨®mo evitar que lo cierren, qu¨¦ tienen que ver la Historia y la Cultura con la Econom¨ªa. Es cierto, no tienen nada que ver, porque unas creen en el valor de las cosas y la otra s¨®lo cree en su precio.
En el Johnny hubo toda esa m¨²sica que ha sonado al principio de este art¨ªculo, y mucha m¨¢s, y tambi¨¦n fue el centro de gravedad del teatro independiente en tiempos en los que la independencia era un delito, y por all¨ª asomaron Els Joglars, Esperpento, T¨¢bano, La Cuadra de Sevilla, Els Comediants... El Johnny es un lugar con tanta historia que a todo lo que se dice de ¨¦l hay que ponerle unos puntos suspensivos.
Los alumnos y antiguos alumnos del San Juan Evangelista ponen carteles en la Ciudad Universitaria y van a la Feria del Libro a buscar firmas que se sumen al coro que dice que el Johnny no se cierra, pero se cerrar¨¢, igual que el Alb¨¦niz. Y se cerrar¨¢ porque en nuestro pa¨ªs no hay nada que pueda oponerse a la propiedad privada, no se hacen leyes que defiendan nuestro patrimonio cultural, porque en la Comunidad de Madrid nunca se pone el sol y un mono podr¨ªa atravesarla saltando de Burger King en Burger King.
Desde que el Johnny abri¨® su Club de M¨²sica y Jazz en 1969, por ah¨ª ha pasado la crema de la intelectualidad de cada ¨¦poca, porque sus rectores siempre han entendido que de lo que se trata es de abrir el piano de Chick Corea y encontrar dentro el de Diana Krall, como me dijo ayer, con su cl¨¢sica manera de hablar, mi amigo Juan Urbano, que recuerda con nostalgia, y con un pesimismo por adelantado en los ojos, la vez que vio all¨ª a Chet Baker, entre otras.
Los del Johnny van a coger su fusil, pero no deben de estar muy seguros de a qu¨¦ dianas disparar. ?La culpa es de la Comunidad, del Ayuntamiento, de Unicaja..? Si me permiten un consejo, no se preocupen de qui¨¦n puede tirar el edificio, sino de qui¨¦nes pueden evitarlo, porque ¨¦sa es la clave. "Yo tambi¨¦n creo que al final har¨¢n lo que hacen siempre, que es carg¨¢rselo", me dice Juan Urbano al tel¨¦fono, mientras escribo esta columna, "pero ?y si no fuera as¨ª? ?Y si, por una vez, los oradores escucharan, y se diesen cuenta de que esto no puede ser, y terminaran por sacar una ley que obligase a quien compra un teatro a mantenerlo como un teatro, o a mantener la actividad cultural de una sala de conciertos?". Le respondo que es dif¨ªcil, porque no lo hacen ni con los hospitales, y ah¨ª tienes el Puerta de Hierro para demostrarlo, pero.... Ah, no, iba a escribir que la Esperanza es lo ¨²ltimo que se pierde, pero por ah¨ª no paso. De ninguna manera.
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