Y la diva rein¨®
Grace Jones domina en la primera noche del S¨®nar
Las divas tienen muchas prerrogativas, y una de las m¨¢s socorridas consiste en hacerse esperar. El ¨²ltimo disco de Grace Jones ha tardado 15 a?os en editarse por lo que esperarse 45 minutos en el Sonarclub se antoj¨® incluso poca cosa. Al fin apareci¨® sobre un practicable que dominaba el escenario a varios metros de altura. Iba, como no, extravagante, con una m¨¢scara rematada por una pluma en un estilo propio de carnaval veneciano. Cant¨®, poderosa voz, Night clubbing, para luego descender y cambiar de tocado. Con uno que recordaba una cresta o un casco guerrero hel¨¦nico, l¨¦ase como se quiera, abord¨® This is a un volumen atronador. La diva comenzaba a reinar. My jamaican boy record¨® sus or¨ªgenes y ya rematada con otro sombrero, este blanco en punta y de bruja, recibi¨® el apoyo de la banda para afrontar otro tema marcado por unos bajos que remov¨ªan el p¨ªloro. Quedaban a¨²n una docena de temas por delante, entre ellos el celeb¨¦rrimo Slave to the rhythm que se esperaba para los bises. As¨ª comenz¨® la primera noche del S¨®nar, recuperando a una diva que dicen ha vuelto para reinar. Al menos en vestuario no parece haber ahorrado nada.
En la segunda jornada diurna del festival, repleta de p¨²blico, fue Omar Souleyman quien orquest¨® una verbena ¨¢rabe ante el solaz de un p¨²blico con el o¨ªdo poco acostumbrado a tales sonidos. Su concierto, una fiesta de ra¨ªz en toda la regla, fue uno de los momentos culminantes de la jornada.
Otros triunfadores son los grupos raritos perfil Micachu & The Shapes. Su sonido en el Hall record¨® a m¨²sica contracturada apta para un politono marciano. Todo es descacharrado, casual, y hasta precario, tal como la guitarra que tocaba Mica Levy, la l¨ªder del tr¨ªo con nombre de anime japon¨¦s.
Otra de las paradas obligadas de la tarde fue La Roux, artista de pr¨®ximo lanzamiento en Espa?a que ya cuenta con tres sencillos de ¨¦xito en Inglaterra. Esta joven lo tiene todo para triunfar: un peinado desaconsejable para pasar inadvertida, un vestuario hilarante, un sonido retro y ochenteno y el apoyo de una multinacional. Su actuaci¨®n puso a los ingleses en estado de euforia y ante la mirada un tanto at¨®nita del p¨²blico local cantaron todos y cada uno de sus hits. M¨¢s tarde, Bass Clef retuvo el ritmo de la tarde con su dubstep para tromb¨®n, algo que fren¨® un tanto la euforia de un p¨²blico que a esas alturas ya ten¨ªa dentro muchos de sus argumentos para la alegr¨ªa.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.