Nace un nuevo club
Uno de los cambios m¨¢s destacados en el planeta de la primera d¨¦cada del siglo es el desplazamiento del poder hacia las nuevas realidades emergentes. Hay un reequilibrio del dominio de EE UU, tan hegem¨®nico en la anterior centuria. Por ejemplo, ante los da?os de la crisis econ¨®mica ya se acepta com¨²nmente que la salida de la misma no podr¨¢ hacerse sin EE UU, pero que los norteamericanos tampoco lo conseguir¨¢n solos. La semana pasada ha nacido otro club que ayudar¨¢ a completar esta nueva realidad: los pa¨ªses BRIC (acr¨®nimo de Brasil, Rusia, India y China, extendido por los analistas de Goldman Sachs ya hace a?os) se han reunido en Rusia y han decidido constituirse como otra organizaci¨®n m¨¢s, inorg¨¢nica, informal, sin estructura burocr¨¢tica, del tipo de las formaciones G (G-2, G-8, G-20) que alojan desde hace alg¨²n tiempo los debates sobre lo que ocurre.
Los pa¨ªses emergentes disputan la hegemon¨ªa econ¨®mica de EE UU en la nueva composici¨®n del poder mundial
Los BRIC, que ya se hab¨ªan juntado como tales alguna vez, pusieron en Ekaterimburgo su poder sobre la mesa: representan casi a la mitad de la poblaci¨®n mundial, un cuarto del PIB mundial, el 40% de toda la superficie y el 65% de todo el crecimiento econ¨®mico de los ¨²ltimos a?os. Y anunciaron que, pese a algunas contradicciones entre sus miembros, actuar¨¢n como un lobby en defensa de sus intereses, en el marco de referencia de la globalizaci¨®n. No en vano se considera que son los mayores beneficiarios de esta etapa de globalizaci¨®n realmente existente y que, m¨¢s temprano que tarde, ocupar¨¢n la mitad de la econom¨ªa mundial, disputando el terreno a EE UU, Jap¨®n y la vieja Europa.
Por ejemplo, actuar¨¢n con una sola voz en la pr¨®xima reuni¨®n del G-20; demandar¨¢n un papel superior en los organismos multilaterales de Bretton Woods, exigiendo que el nombramiento de sus directivos no se atenga ya al reparto impl¨ªcito de siempre (un europeo al frente del FMI, un estadounidense en el Banco Mundial) y el fin de su marginaci¨®n; pelear¨¢n para cambiar el funcionamiento de las Naciones Unidas y su Consejo de Seguridad, etc¨¦tera.
En el terreno m¨¢s econ¨®mico, las reflexiones de los BRIC podr¨ªan conducir a un espectacular cambio en el terreno monetario: quieren paliar la hegemon¨ªa del d¨®lar (cuyo valor depende de la pol¨ªtica del Tesoro americano, que afecta a otros muchos pa¨ªses) por una cesta de monedas de reserva, aparte del d¨®lar y del euro. Esta idea, que ya fue planteada por China antes de la ¨²ltima reuni¨®n del G-20 en Londres, ha sido ahora asumida con m¨¢s centralidad por todos los miembros del nuevo club.
La presencia estructural de los BRIC se ve facilitada ahora por la coyuntura econ¨®mica: China puede ser el primer pa¨ªs en salir de la gran recesi¨®n a trav¨¦s de su imponente plan de est¨ªmulo p¨²blico a la demanda, y los mercados burs¨¢tiles de esos pa¨ªses viven una primavera en la que s¨ª son tangibles los brotes verdes.
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