Como las pir¨¢mides de Egipto

La idea de construir otro puerto en A Coru?a naci¨® con el objetivo de librar a la ciudad de molestias y peligros. Los miles de vecinos que habitan en los barrios que rodean los muelles sufren a diario las descargas de crudo y carb¨®n, que ennegrecen calles y fachadas y castigan sus v¨ªas respiratorias. Bajo sus pies, un oleoducto de 6,4 kil¨®metros convierte A Coru?a en la ¨²nica urbe de Europa con m¨¢s de 50.000 habitantes que convive con una conducci¨®n tan larga de hidrocarburos en su subsuelo. A finales de los 90 se plantearon varias ubicaciones, entre ellas punta Langosteira, un enclave muy batido que fue rechazado porque el estado del mar en la zona hac¨ªa inviable la construcci¨®n de un puerto ¨²til para el tr¨¢fico de petroleros. S¨®lo el empe?o del ex alcalde de A Coru?a, el socialista Francisco V¨¢zquez, por liberar los muelles del centro consigui¨® convertir aquel emplazamiento imposible en "el mayor reto de la historia de la ingenier¨ªa civil espa?ola", como lo calific¨® el ex ministro de Fomento, Francisco ?lvarez Cascos, principal aliado del ahora embajador en el Vaticano para sacar adelante el proyecto. La Autoridad Portuaria decidi¨® incluso adjudicar la ejecuci¨®n de los trabajos a la constructora ACS antes de tener asegurados los 429 millones de presupuesto, que depend¨ªan de una ayuda europea que finalmente se concedi¨®. Aun con la subvenci¨®n, el Puerto ha puesto al l¨ªmite sus arcas para acometer una obra que el ex alcalde V¨¢zquez compar¨® con "las pir¨¢mides de Egipto".