Hay que salvar los chiringuitos

Hundida la industria de la construcci¨®n y del pelotazo del ladrillo facil¨®n, una de las pocas fuentes que nos va quedando de ingresos y generaci¨®n de puestos de trabajo es el turismo: turismo de sol y playa, que es el que m¨¢s peso tiene en Espa?a con diferencia sobre cualquier otro.

A pesar de todo esto, alguna mente preclara de nuestro Gobierno ha considerado que la medida m¨¢s progresista ahora es desmontar los chiringuitos playeros. Y que su eliminaci¨®n en nada afectar¨¢ al turismo, ya que, como es bien sabido, a lo que fundamentalmente vienen los turistas a nuestras costas es a visitar museos, pinacotecas, bibliotecas y, sobre todo -aunque esto nos lo oculten por pura modestia nuestras humildes autoridades p¨²blicas-, a admirar los alt¨ªsimos niveles de investigaci¨®n, industrializaci¨®n y desarrollo que se han ido consiguiendo.

?Lo pr¨®ximo ser¨¢ no poder tomar el sol en las playas?, ?calentarnos la cerveza?, ?prohibirnos dormir la siesta?, ?o exigir una autorizaci¨®n administrativa para ba?arnos?

Dadme un punto de apoyo y mover¨¦ el mundo, dec¨ªa Arqu¨ªmedes. Dadme a un pol¨ªtico iluminado y se cargar¨¢ todo lo que se ponga bajo su dominio, dice la experiencia.