Promesas del Oeste
Galicia es un film que puede prometer y promete muchas sorpresas. El guionista teclea duro a la vuelta de cada esquina para sorprendernos con emoci¨®n, intriga, amor, surrealismo, ciencia ficci¨®n y, a veces, hasta cine gore. Es como si David Cronenberg trabajara a tiempo completo para nosotros: ?qu¨¦ m¨¢s podemos pedir? Con la irrupci¨®n del gallego como arma arrojadiza en las ¨²ltimas elecciones auton¨®micas, se riz¨® un poco el rizo, pero aquello parec¨ªa m¨¢s una Promesa del Oeste para que nadie pensara que los gallegos son menos que vascos y catalanes en lo que a luchas tontas se refiere. La promesa era electoral -lo que invariablemente quiere decir electoralista, venga de quien venga- y parec¨ªa algo que se podr¨ªa estudiar, llegado el caso, a medio o largo plazo, siempre que las cosas se pusieran as¨ª que tal y el tiempo no lo impidiera. En otras palabras: que nadie le corr¨ªa detr¨¢s al Gobierno salido de las urnas. Y nadie parece dudar (bueno, Paco V¨¢zquez quiz¨¢ s¨ª) de la necesidad de utilizar el gallego y el castellano en papeles y letreros oficiales; incluso a nadie le parece mal introducir el ingl¨¦s (desde luego, no a Paco V¨¢zquez) cuando se trata de comunicarnos con guiris. Esto ¨²ltimo nos lleva, en ocasiones, a escribir tres veces una palabra muy parecida: v¨¦ase la aliteraci¨®n de "aeroporto/aeropuerto/airport" que, en su versi¨®n catalana (sustituyendo aeroporto por aeroport), tanto sorprendi¨® al director Roger Corman cuando aterriz¨® en El Prat para asistir al festival de cine de Sitges.
La coexistencia de gallego y castellano siempre ha tenido un aire de tira y afloja entre clases sociales
Cuando todo lo anterior ya estaba m¨¢s o menos asumido, le llega el turno a los colegios, la ense?anza, la escolarizaci¨®n y dem¨¢s cafradas que les hacemos a los educandos. Estas son estructuras fr¨¢giles y delicadas como los zapatos de Cenicienta y muy susceptibles de ser utilizadas pol¨ªticamente, desde los tiempos de la Formaci¨®n del Esp¨ªritu Nacional obligatoria en vida de Franco, hasta la Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa, bestia negra en vida de Zapatero. Es as¨ª que la coexistencia de gallego y castellano siempre ha tenido un airecillo de tira y afloja entre clases sociales muy distinto al del catal¨¢n: si all¨ª era mayoritariamente la burgues¨ªa la defensora del catalanismo, aqu¨ª sol¨ªa ocurrir lo contrario. Quiz¨¢ aunque s¨®lo fuera por eso, el gallego requiere una defensa institucional. Y a pesar de una historia triste -y a veces tr¨¢gica- de desigualdad, la convivencia cotidiana de las dos lenguas era innegable. Y en esto lleg¨® Rosa D¨ªez...
El castellano no est¨¢ en peligro (?en qu¨¦ est¨¢ leyendo usted esto? ?en serbo-croata?); y si lo est¨¢, ser¨¢ por culpa del ingl¨¦s o de los mensajes SMS pero no por ense?ar en gallego en los colegios. Alguna asociaci¨®n de padres ha llegado a decir que est¨¢ bien que se ense?en algunas asignaturas en gallego, pero no todas porque muchos ni?os no lo entienden. ?En qu¨¦ quedamos? Si no lo entienden en absoluto, esas "algunas" asignaturas ser¨¢n incomprensibles para sus hijos y les condenar¨¢n al fracaso escolar, aparte de que jam¨¢s podr¨¢n optar a un puesto p¨²blico ya que la ley exige (o exig¨ªa hasta ahora) un uso m¨ªnimo de las dos lenguas. Es una lucha en la que nunca se hab¨ªa entrado: las conversaciones cruzadas en las que cada interlocutor habla un idioma -o incluso se intercambian- son cotidianas. Las Promesas del Oeste parecen ignorar esto y pintan un panorama de comunidades segregadas como el de Israel o Irlanda del Norte. ?Halaaa...!
Lo que no acaba de encajar son las prisas. Se acaba el curso y el verano apacigua muchos ¨¢nimos, ?a qu¨¦ viene realizar encuestas no vinculantes y algo sospechosas a estas alturas? Probablemente la presi¨®n del Este para que las Promesas del Oeste se cumplan sea grande. Pero somos gallegos, ?no? Podemos disimular, contestar con preguntas, quedarnos en el rellano de la escalera y organizar papatorias descomunales antes de entrar en materia. Menos los euskaldunes, todos los habitantes de la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica hablamos un lat¨ªn degenerado, pero el gallego lleg¨® primero y viene del oeste. Somos galego-romanos, castellano-romanos, luso-romanos o catalano-romanos: Renn¨¦ Goscinny se encuentra con Cronenberg en Galicia.
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