Ensayo de Presupuestos
El escaso margen del Gobierno otorga a partidos menores una influencia desproporcionada
El Gobierno logr¨® pasar ayer el ensayo del debate presupuestario del pr¨®ximo oto?o, en el que tanto se juega. Gracias a la abstenci¨®n de los nacionalistas (excepto ERC) y de la izquierda dispersa, y con el ¨²nico apoyo de Coalici¨®n Canaria (CC), consigui¨® que se aprobase su propuesta de techo de gasto p¨²blico, l¨ªmite en el que deber¨¢n encajar las cuentas del Estado para 2010. A ese desenlace se ha llegado por caminos bastante laber¨ªnticos.
Y confusos: el martes, los socialistas hab¨ªan apostado por un acuerdo con su izquierda (IU, ICV, ERC) para una reorientaci¨®n de la pol¨ªtica fiscal en el sentido de aumentar su progresividad en relaci¨®n con deducciones y prestaciones. Eran medidas adaptadas a la situaci¨®n de fuerte crecimiento del d¨¦ficit p¨²blico. Pero que penalizaban a las rentas altas (o no tan altas), a lo que se opone CiU, contraria a cualquier aumento de impuestos.
La discusi¨®n econ¨®mica desemboc¨® por esa v¨ªa en la pol¨ªtica: la abstenci¨®n de los 10 diputados de CiU bastaba para que el Gobierno superase la votaci¨®n de ayer (por mayor¨ªa simple), mientras que el respaldo de las tres formaciones de izquierda (cinco esca?os) resultaba insuficiente. Con el a?adido de que esos partidos ni siquiera se compromet¨ªan a votar a favor, s¨®lo a abstenerse. Por esa doble raz¨®n, los socialistas dieron marcha atr¨¢s y recuperaron el acuerdo abstencionista de CiU.
Aparte de la confusi¨®n, el episodio ha revelado las contradicciones en que se mueve la pol¨ªtica de alianzas del Gobierno. La inercia le lleva a buscar acuerdos con la izquierda, pero es un apoyo inseguro y escaso (necesita siete votos externos para alcanzar la mayor¨ªa absoluta). Y el nacionalismo catal¨¢n mide al mil¨ªmetro su disponibilidad. El PP ha visto en esa debilidad del Gobierno la posibilidad de llevar al PSOE a la derrota en la votaci¨®n presupuestaria de oto?o, y en unas condiciones en las que la pr¨®rroga de unos Presupuestos que ya estaban desfasados cuando se aprobaron, resulta inimaginable. Lo que hace veros¨ªmil a ojos del PP la hip¨®tesis de una disoluci¨®n anticipada y elecciones antes de que la reactivaci¨®n econ¨®mica permita remontar al PSOE.
Es un c¨¢lculo racional pero perverso, pues la debilidad parlamentaria es consecuencia de la retirada de apoyo del PNV a causa del pacto de los socialistas vascos con el PP en Euskadi. Pero el PSOE no acaba de definir una pol¨ªtica de alianzas alternativa y tampoco los candidatos a aliados se lo ponen f¨¢cil. La argumentaci¨®n de IU e ICV de que no ten¨ªan "margen" para pasar del no al s¨ª es insostenible: si la reforma era tan importante, por supuesto que pod¨ªan votar a favor de la propuesta del Gobierno. Lo que no tiene sentido es pretender que un partido con 169 esca?os tenga que aceptar el programa fiscal ¨ªntegro de otro que tiene dos.
Pero CiU, la otra posibilidad, aunque no presenta tantas incertidumbres (siempre es m¨¢s f¨¢cil el acuerdo con un solo partido que con cuatro o cinco a la vez), tampoco es sencilla. Con elecciones catalanas en 2010, los de Artur Mas tienen como prioridad derrotar al PSC. En tiempos de Pujol, CiU consideraba que la pol¨ªtica de su partido ten¨ªa una dimensi¨®n espa?ola (influir en la pol¨ªtica general) que tambi¨¦n le daba votos; pero ahora esa dimensi¨®n cuenta bastante menos.
Con independencia del resultado de la votaci¨®n de los Presupuestos, el deterioro de la imagen del Gobierno en estas escaramuzas comienza a afectar a la credibilidad del sistema. En Italia, el descr¨¦dito de la pol¨ªtica se inici¨® con el poder excesivo que adquirieron partidos menores por su capacidad para condicionar decisiones de la mayor¨ªa. Un acuerdo entre los dos grandes partidos sobre los ejes de las grandes reformas pendientes, empezando por la fiscal y la del mercado laboral, tal vez sirviera para acotar esos excesos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Votaci¨®n parlamentaria
- Opini¨®n
- Presupuestos Generales Estado
- Tramitaci¨®n parlamentaria
- IX Legislatura Espa?a
- Plenos parlamentarios
- Pol¨ªtica econ¨®mica
- Congreso Diputados
- Presidencia Gobierno
- Finanzas Estado
- Actividad legislativa
- Legislaturas pol¨ªticas
- Gobierno
- Parlamento
- Administraci¨®n Estado
- Finanzas p¨²blicas
- Finanzas
- Pol¨ªtica
- Econom¨ªa
- Administraci¨®n p¨²blica
- Espa?a