Cuando piensa el poema

Juan Jos¨¦ Saer (Serodino, Argentina, 1937-Par¨ªs, 2005) fue autor de tres o cuatro novelas excepcionales: Cicatrices, El limonero real, Glosa, La pesquisa. Su "tratado imaginario" El r¨ªo sin orillas, reescritura de la historia argentina sobre el mapa fluvial del pa¨ªs y r¨¦plica americana al c¨¦lebre Danubio de Magris es, a la vez, el ¨²ltimo eslab¨®n de la serie de libros agen¨¦ricos que definen la literatura rioplatense, como Facundo de Sarmiento y Radiograf¨ªa de la pampa de Mart¨ªnez Estrada. La novela p¨®stuma La Grande (RBA) tiene p¨¢ginas de una altura que muy pocos escritores en castellano han alcanzado en las ¨²ltimas d¨¦cadas. ?Por qu¨¦ entonces Saer no tiene todav¨ªa su lugar, por qu¨¦ escritores visiblemente menos dotados que ¨¦l son premiados, estudiados y reeditados con tanta mayor persistencia?

La edici¨®n espa?ola de El arte de narrar, t¨ªtulo ir¨®nico bajo el que reuni¨® su breve y contundente escritura po¨¦tica, actualiza esa dif¨ªcil pregunta y ofrece una nueva v¨ªa de acceso al mundo saeriano. V¨ªa directa al v¨®rtice de la espiral, pues Saer es un raro virtuoso de la inestabilidad sint¨¢ctica como territorio sincr¨®nico entre la literatura y el arte de su tiempo. Con el filo de la coma talla el periodo, escande la frase, modula el contrapunto de lo que cuenta, sugiere y contradice: "Relojes, de sol, o de arena, o los otros / arduos como un organismo, que no miden, / sin embargo, nada. Y no es, despu¨¦s de todo, / embarazoso, o melanc¨®lico, ni gris, tampoco (...)". El periodo es, en s¨ª mismo, una m¨¢quina pensante, plena de pregnancia y de duda. Sus bellos y agud¨ªsimos homenajes -Quevedo, Dante, Dar¨ªo, Coleridge-, siempre en el polo opuesto de cualquier forma de obviedad, es s¨®lo uno de los ejes de este libro cuya importancia es inversamente proporcional a su brevedad. Un pu?ado de poemas en el n¨²cleo magm¨¢tico de una obra de ficci¨®n cuyo verdadero alcance est¨¢ a¨²n por descubrir.