?Cangrejos?

No tengo intenci¨®n de hablar de pesca ni de zoolog¨ªa. Solamente he querido transmitir metaf¨®ricamente el sentimiento de frustraci¨®n que he tenido estos ¨²ltimos meses, y a¨²n m¨¢s estas ¨²ltimas semanas, con la lectura de dos informes recientes que quiero comentar.

Se trata en primer lugar del European Innovation Scoreboard, que elabora cada a?o la Universidad de Maastricht para la Comisi¨®n Europea. Tambi¨¦n del Global Information Technology Report, que asimismo anualmente publican el World Economic Forum y la Escuela INSEAD de Par¨ªs. El primero hace ya unos meses que est¨¢ disponible y el segundo fue presentado ayer en Barcelona por ESADE y la asociaci¨®n Cercle per al Coneixement.

El primero (EIS) analiza la evoluci¨®n, en la Uni¨®n Europea, de una serie de indicadores que permiten detectar el progreso de la actividad innovadora en cada pa¨ªs. Estos ¨ªndices recogen datos desde lo m¨¢s b¨¢sico del funcionamiento del sistema educativo, pasando por las actividades de investigaci¨®n y desarrollo tecnol¨®gico, hasta las repercusiones finales en el mercado en forma de nuevos productos, nuevas patentes o mayores exportaciones de productos y de tecnolog¨ªa. Los pa¨ªses con ¨ªndices m¨¢s elevados en todas estas ¨¢reas coinciden con los que tienen unas econom¨ªas m¨¢s fuertes y un mayor nivel de vida. El estudio elabora ¨ªndices de los 27 miembros de la UE y tambi¨¦n de sus regiones (Estados, l?nder alemanes, autonom¨ªas espa?olas...).

En innovaci¨®n, Catalu?a ha pasado de la segunda posici¨®n a la cuarta, detr¨¢s de Madrid, Euskadi y Navarra

El segundo (GIT) est¨¢ m¨¢s centrado en las infraestructuras tecnol¨®gicas, especialmente las que facilitan el movimiento y la difusi¨®n de los conocimientos y la conexi¨®n entre las personas. Es evidente que la conectividad, la mejora de las relaciones interpersonales, la difusi¨®n y el intercambio de informaciones y de conocimientos constituyen un elemento dinamizador de la econom¨ªa y se reflejan en los resultados de los pa¨ªses y en su competitividad. Este estudio se realiza a nivel global y este a?o abarca 134 pa¨ªses.

La frustraci¨®n a la que he hecho referencia surge de constatar la evoluci¨®n de las posiciones espa?olas - y tambi¨¦n catalanas- en los ¨²ltimos 10 a?os. Detallo algunos datos al respecto. En el EIS de 2001, la posici¨®n espa?ola en la UE, que entonces ten¨ªa 15 pa¨ªses, era el n¨²mero 12. Actualmente la UE tiene 27 miembros; pues bien, la posici¨®n espa?ola ha bajado al 17? lugar; es decir, cinco de los nuevos miembros, cuyas econom¨ªas se supon¨ªa que eran m¨¢s atrasadas, nos han pasado por delante. Por otra parte, al analizar las posiciones regionales, Catalu?a ha pasado de la segunda posici¨®n entre las comunidades espa?olas a la cuarta, detr¨¢s de Madrid, Euskadi y Navarra. Si analizo el GIT tambi¨¦n constato que Espa?a ha pasado de la posici¨®n 31 a la 34 y tiene por delante pa¨ªses como Estonia, Malta, Malasia o Eslovenia. Parece claro, para seguir con la met¨¢fora, que andamos hacia atr¨¢s, como los cangrejos.

Pero el aspecto que m¨¢s quiero destacar es que, al leer con detalle los datos que han permitido elaborar el ¨ªndice, se observa claramente que los puntos en los que la debilidad espa?ola es mayor son los relacionados con el sistema de educaci¨®n y de formaci¨®n, tanto elemental y profesional como universitaria. En algunos de estos aspectos, dentro del GIT Espa?a ocupa los puestos 38, 43, 52, 55 y 78, entre los 134 pa¨ªses examinados.

De la frustraci¨®n no se vive y, por tanto, a?ado dos reflexiones que nos permitan actuar y superarla. La primera, de enfoque. Aunque pueda parecer inconexo, la competitividad y la capacidad de innovaci¨®n de nuestras empresas se genera sobre todo en el sistema educativo y ¨¦ste no se ha modernizado suficientemente ni en sus contenidos ni en sus sistemas de gesti¨®n, cosa que supone un lastre para nuestra econom¨ªa. Si seguimos con las pautas actuales, seguiremos pareciendo cangrejos.

La segunda, de ritmo. Las actuaciones en el ¨¢rea educativa tienen efectos a medio plazo. Preparan el futuro, pero no cambian el presente. Por ello hay que darles una urgencia extraordinaria y una prioridad absoluta, ya que sus frutos tardar¨¢n en recogerse. Esto significa que no se rentabilizar¨¢n en las elecciones pr¨®ximas ni en otros cuatro a?os. Pero son actuaciones cuya ausencia compromete nuestro futuro.

Joan Maj¨® es ingeniero y ex ministro.