Decidir¨¢ un jurado

La divergencia de criterios entre tribunales es algo normal en el sistema judicial. Para unificarlos est¨¢ la v¨ªa de los recursos y, en ¨²ltimo t¨¦rmino, la jurisprudencia del Tribunal Supremo. Pero cuando esa divergencia se produce, aunque s¨®lo sea transitoriamente, sobre hechos delictivos de fuerte impacto social, como terrorismo, narcotr¨¢fico y actos de violencia sexual, el desconcierto, si no la inquietud, se apodera de la sociedad.

?se es el efecto que ha producido la anulaci¨®n por el Tribunal Supremo de la condena a 83 a?os de c¨¢rcel impuesta al asesino de dos mujeres polic¨ªas en pr¨¢cticas en L'Hospitalet tras violar a una de ellas. La decisi¨®n del Supremo se sustenta en una cuesti¨®n procesal: la condena fue impuesta por la Audiencia de Barcelona cuando el enjuiciamiento de la causa corresponde a un jurado popular, al ser de su competencia el delito m¨¢s grave de los atribuidos al acusado: el asesinato. Habr¨¢, pues, un nuevo juicio, por lo que no cabe hablar de impunidad. La hip¨®tesis penal de la condena por lo que el acusado hizo con las dos j¨®venes polic¨ªas se mantiene intacta. Seguir¨¢ tambi¨¦n entre rejas cumpliendo condenas anteriores por delitos sexuales y por robo.

Todo ello es cierto y, a pesar de todo, hay que preguntarse si era inevitable un desencuentro judicial tan acusado en un caso que tiene que ver con los m¨¢s graves delitos del C¨®digo Penal (asesinato, violaci¨®n, profanaci¨®n de cad¨¢ver, robo con violencia, allanamiento de morada e intento de atraco), generadores cada uno de ellos de alarma social. La Fiscal¨ªa y la Audiencia de Barcelona se han escudado en que la jurisprudencia del Supremo se mantiene dubitativa sobre los criterios a seguir cuando unos delitos competen al jurado popular y otros a la justicia profesional. El Supremo mantiene que su jurisprudencia es clara: quien tiene la competencia sobre el delito m¨¢s grave la tiene sobre la causa. Y como en el caso del asesino y violador de L'Hospitalet el delito m¨¢s grave, el de asesinato, corresponde juzgarlo al jurado popular, la competencia sobre la causa es suya.

Cabe plantear por qu¨¦, si todo es tan claro como dice el Supremo, la Fiscal¨ªa y la Audiencia de Barcelona se equivocaron. Quiz¨¢ sea porque hay resquicios para el error, pues no siempre la jurisprudencia del Supremo es tan firme y clara como ser¨ªa de desear. Si a partir de ahora lo es sobre el deslinde de atribuciones entre el jurado y la justicia profesional algo se habr¨¢ adelantado.