Poco consuelo para un campe¨®n de Europa
Espa?a logra el tercer puesto tras un mal encuentro contra Sur¨¢frica y dos goles afortunados en un delirante final con pr¨®rroga
![Jos¨¦ S¨¢mano](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F65950e2d-87d8-4b87-87d2-e499999b380a.jpg?auth=00cf6232e7a3a64d1deda6c0f646ae477c05fa68bfa4e35ece63fdb41e1e9601&width=100&height=100&smart=true)
Un disparatado tramo final tras un duelo ulceroso permiti¨® a Espa?a aliviar su tr¨¢nsito en un torneo al que lleg¨® en plenitud y del que acab¨® recogiendo la calderilla. La selecci¨®n cerr¨® su primera Copa Confederaciones con una victoria un tanto azarosa con dos goles de ruleta, uno de G¨¹iza que a punto estuvo de evitar la pr¨®rroga y otro de Xabi Alonso que, al menos, le evit¨® los penaltis. El equipo de Del Bosque no hizo m¨¦ritos para m¨¢s. Jug¨® un partido empachoso y con una sobrecarga de desprop¨®sitos. Fue evidente que a Espa?a el choque le result¨® un suplicio, como una de esas faenas fuera de cartel y a destiempo.
El encuentro fue deprimente y el grupo espa?ol alarg¨® su penitencia hasta la pr¨®rroga por su desapego al partido desde el calentamiento. En realidad, desde su desatino contra Estados Unidos. Con el ch¨¢rter rumbo a las vacaciones a la espera en Johanesburgo, la selecci¨®n se vio obligada a cumplir su condena a las tres de la tarde, en un estadio en medio de un secarral en la casi invisible Rustenburgo. Y con una multitud esquel¨¦tica hasta un suspiro antes del inicio, cuando qui¨¦n sabe si alguien quit¨® la llave para que Joseph Blatter, el presidente de la FIFA, no se sintiera a la intemperie. Una disputa por el tercer puesto no es m¨¢s que un peaje televisivo y a la organizaci¨®n. Pero a Espa?a no le cab¨ªa otro remedio que asumir el d¨ªa laboral. Su federaci¨®n, como la de su rival, se jugaba un bingo de 300.000 euros: el premio de la FIFA para el tercero era de 1,9 millones y de 1,6 para el cuarto.
SUR?FRICA 2 - ESPA?A 3
Sur¨¢frica: Khune; Gaxa, Booth, Mokoena, Masilela; Sibaya, Pienaar (Mphela, m. 64), Dikgacoi, Tshabalala (Mhlongo, m. 83), Modise (Van Heerden, m. 69); y Parker. No utilizados: Rowen Fern¨¢ndez, Baloyi; Mdledle, Moon, Khumalo, Mashego, Gould, Davids y Fanteni.
Espa?a: Iker Casillas; Arbeloa, Albiol, Piqu¨¦, Capdevila; Cazorla, Xabi Alonso, Busquets (F. Llorente, m. 81), Riera; Villa (Silva, m. 57) y Torres (G¨¹iza, m. 57). No utilizados: Reina, Diego L¨®pez; Marchena, Puyol, Sergio Ramos, Pablo, Xavi, Cesc y Mata.
Goles: 1-0. M. 73. Tshabalala centra y remata Mphela dentro del ¨¢rea chica. 1-1. M. 87. G¨¹iza, tras centro de Cazorla. 1-2. M. 89. G¨¹iza, de disparo ajustado a la escuadra. 2-2. M. 93. Mphela, de falta directa. 2-3. M. 107. Xabi Alonso, de falta directa.
?rbitro: Matthew Breeze (Australia). Amonest¨® a Busquets, Peinar, Piqu¨¦, Mphela, Albiol, Masilela y Llorente.
40.000 espectadores en el Royal Bafokeng.
La puesta en escena fue desoladora: un equipo poco aplicado y sin tacto con la pelota
Despu¨¦s, aunque de forma ag¨®nica, maquill¨® su indigesto partido con el bronce
Para maquillar el aire telonero, Del Bosque perpetu¨® al equipo que se estrell¨® en las semifinales, salvo Xavi, con alergia; Cesc, Puyol y Ramos. El t¨¦cnico envid¨® con Alonso en el papel de Xavi y Busquets de escolta. La f¨®rmula no funcion¨®, con ambos pivotes demasiado fijos en la misma baldosa. La puesta en escena fue desoladora. Espa?a fue un equipo distendido, largo, poco aplicado, sin tacto con la pelota. S¨®lo Villa, a la caza del pichichi, hizo cosquillas al anfitri¨®n con un remate enroscado que desvi¨® Khune con un ¨¢gil vuelo. Los de Del Bosque no daban una puntada al juego, con Alonso sorprendentemente err¨¢tico, con Riera hecho un nudo, con Cazorla sin peso en el juego, con los laterales sin remo... Puro barbecho. Enfrente, Sur¨¢frica, m¨¢s contenida que ante Brasil, se abanicaba sin un rasgu?o. Encantada con el toque dislocado del encuentro, con la pelota sin rumbo, como si se deslizara por los baches de un paisaje lunar. Como r¨¦plica al tiro de Villa, Pienaar despert¨® a Casillas con un remate seco que desvi¨® el capit¨¢n. El resto, tedioso por completo.
El encuentro necesitaba alg¨²n gui?o chisposo. Poco despu¨¦s de que el calamitoso ¨¢rbitro, el australiano Breeze, internacional desde que debutara en 2000 en un Fiyi-Vanuatua, fuera despistado por un asistente y anulara un gol legal a Busquets, que se hizo con el rechace del meta tras el segundo disparo de Villa. De inmediato, G¨¹iza y Silva relevaron a los dos arietes titulares, Villa y Torres. Con el gaditano, Espa?a encontr¨® m¨¢s movilidad en el ataque y el canario subray¨® que ha estado fuera de onda todo el torneo a causa de sus molestias f¨ªsicas, lo que, junto a las bajas de Senna e Iniesta, tanto ha repercutido en el equipo, que ha perdido ¨¢ngel.
Al menos, antes del delirante final, el conjunto espa?ol teji¨® el juego con mayor velocidad de pase, con Cazorla algo m¨¢s centrado, Silva entre l¨ªneas y G¨¹iza arrastrando a los centrales. Nada sobresaliente, pero Espa?a tuvo mayor empe?o y su f¨²tbol se volvi¨® algo m¨¢s geom¨¦trico. Sur¨¢frica hab¨ªa reculado y no hab¨ªa noticias de Casillas. Hasta que lleg¨® el momento Mphela, un chico del Mamelodi Sundowns, de la Liga surafricana, principal vivero de la selecci¨®n del brasile?o Joel Santana. Como muestra sintom¨¢tica de su falta de tensi¨®n, toda la defensa colabor¨® a favor del tanto del surafricano, que recibi¨® un centro lateral de Tshabalala ante la mirada complaciente de Arbeloa. Mphela, sin huellas de los centrales y con Capdevila despistado, vio cumplido el sue?o de su vida. En una Copa Confederaciones, en su pa¨ªs y frente el campe¨®n de Europa, pudo recibir la pelota en el ¨¢rea peque?a ante las pesta?as de Casillas, echarla al suelo, mirar a la porter¨ªa y marcar.
Con Espa?a al borde del precipicio y con Llorente como una estalactita en el ¨¢rea de Khune, el ¨²ltimo recurso de Del Bosque, irrumpi¨® G¨¹iza a falta de tres minutos. Primero acun¨® el bal¨®n con el pecho en una asistencia de Cazorla y, tras amortiguarlo, lo dej¨® en la red con un tiro cruzado, inalcanzable para Khune. Sur¨¢frica se sinti¨® tan desamparada como ante Brasil, cuando fue derrotada tambi¨¦n en el ¨²ltimo instante. Esta vez, el embrujo pudo ser peor. G¨¹iza ech¨® los dados y, unos segundos despu¨¦s, lo que era un centro lateral termin¨® embocado en la red. La gran chiripa. Pero Mphela estaba tan iluminado como el delantero andaluz y de un zapatazo soberbio prolong¨® la jornada hasta la pr¨®rroga.
La selecci¨®n visitante no pudo ni sacar del centro del campo. Un castigo merecido para Espa?a, que poco hizo por despegarse antes de Sur¨¢frica. M¨¢s habr¨ªa tardado a¨²n si Alonso, en otra carambola, no hubiera evitado los penaltis. Antes, Casillas tambi¨¦n hab¨ªa contribuido lo suyo con dos intervenciones muy eficaces en el primer tramo del tiempo extra, se?al del desgobierno del cuadro espa?ol. Y tambi¨¦n hab¨ªa dejado su sello el colegiado, que se hizo el longuis ante un manotazo de Mhlongo.
De forma ag¨®nica, pero Espa?a maquill¨® su indigesto partido con un puesto de bronce. Un mal menor. En Sur¨¢frica no acentu¨® su etiqueta de campe¨®n de Europa. En un a?o regresar¨¢ con la misma graduaci¨®n. Entonces, para disputar un Mundial. Cosa seria, nada de rivales confederados.
![G¨¹iza festeja uno de sus goles.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/P4C66KY5E52SV3R6GGRDA2S6YI.jpg?auth=2578bfcfa2d3f20c2659c34861bad25c884d6326ed9ff29a4ebf30222ca4f808&width=414)
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