Intoxicados hasta los huesos
Un informe mide por primera vez los niveles de contaminantes en la poblaci¨®n - Todas las personas tienen al menos restos de tres compuestos
La contaminaci¨®n industrial tambi¨¦n nos intoxica por dentro. De las 100.000 sustancias qu¨ªmicas puestas en circulaci¨®n por el hombre, muchas han sido beneficiosas, como los medicamentos; pero entre las t¨®xicas hay un grupo que es especialmente preocupante porque se acumula en el organismo, se transmite de madres a hijos y afecta a la salud. Estos compuestos org¨¢nicos persistentes (COP) llevan d¨¦cadas dando quebraderos de cabeza a los expertos en salud p¨²blica que tratan de acotar el problema.
?Qui¨¦n no ha o¨ªdo hablar del DDT o de las dioxinas? Se sospecha que casi todas las personas en el mundo est¨¢n contaminadas por estos compuestos persistentes y vol¨¢tiles, pero muy pocos pa¨ªses disponen de datos para valorar su influencia en la salud. En Espa?a faltaban, pero desde hoy se dispone de una primera imagen del nivel de contaminaci¨®n interna en la poblaci¨®n.
Las sustancias se acumulan en la grasa. Por eso los obesos tienen m¨¢s
Insecticidas o residuos qu¨ªmicos se transmiten de madres a hijos
Esta foto es un informe del Departamento de Salud de la Generalitat de Catalu?a sobre los niveles de COP en sangre en una muestra de 919 personas. ?Y qu¨¦ muestra? De entrada, que todas las personas est¨¢n contaminadas por al menos tres de los 19 compuestos analizados.
El informe confirma que "los niveles de COP aumentan con los a?os", destaca Miquel Porta, catedr¨¢tico de Salud P¨²blica en la Universidad Aut¨®noma de Barcelona y director del informe. Para este investigador, los COP representan "un riesgo real para la salud humana". Aunque es complejo demostrarlo, "contribuyen a causar una parte importante de las patolog¨ªas que m¨¢s afectan a las personas mayores, desde la diabetes a ciertos tipos de c¨¢ncer".
Otro dato relevante del informe es que las personas con sobrepeso tienen mayores niveles de estos compuestos que las de peso normal. Esto se explica, seg¨²n Porta, porque los COP tienen afinidad por la grasa y se almacenan en el tejido adiposo.
Los 19 compuestos analizados se han seleccionado por sus usos hist¨®ricos en la agricultura y la industria. Entre ellos se encuentran el plaguicida DDT y su compuesto de degradaci¨®n DDE; el pesticida HCB o hexaclorobenceno y cuatro policlorobifenilos (PCB 118, 138, 153 y 180), unas sustancias usadas como aislantes el¨¦ctricos. El DDE y el PCB 180 est¨¢n en todas las muestras de sangre analizadas, y ocho compuestos se han detectado en el 85%.
Hay tambi¨¦n diferencias por clases sociales y niveles de estudios, pero su interpretaci¨®n tendr¨¢ que esperar. En cualquier caso, esta foto de la contaminaci¨®n interna refleja la exposici¨®n de la poblaci¨®n hace d¨¦cadas. Muchos de estos compuestos se usaron masivamente desde mediados del siglo XX hasta su prohibici¨®n en la d¨¦cada de los ochenta, pero siguen detect¨¢ndose en reci¨¦n nacidos porque se transmiten de madre a hijo. "El trabajo de Catalu?a es un magn¨ªfico ejemplo de vigilancia y de toma de conciencia", destaca Nicol¨¢s Olea, jefe de Radiolog¨ªa del hospital San Cecilio de Granada y experto en COP.
Hasta ahora s¨®lo se dispon¨ªa en Espa?a de estudios aislados. Hab¨ªan sido realizados en enfermos de c¨¢ncer de p¨¢ncreas o de mama, en embarazadas y en reci¨¦n nacidos. S¨®lo hab¨ªa un estudio sobre niveles de pesticidas en la poblaci¨®n general, realizado en Canarias, por lo que "ser¨¢ muy interesante comparar ambos estudios", apunta Ferran Ballester, investigador del Centro Superior de Investigaci¨®n en Salud P¨²blica de la Generalitat Valenciana.
"Los datos de Catalu?a son globalmente comparables a los encontrados en Alemania", resume Antoni Plasencia, director general de Salud P¨²blica de la Generalitat, que presenta hoy el informe. "Su principal objetivo", a?ade, "es definir un punto cero para hacer un seguimiento de los niveles de estos compuestos y orientar las pol¨ªticas de vigilancia ambiental".
La situaci¨®n de Catalu?a "probablemente es muy similar a la del resto de Espa?a", afirma Olea, aunque no se descartan diferencias geogr¨¢ficas.
Para frenar esta contaminaci¨®n interna, en el marco de la ONU se aprob¨® en 2001 el Convenio de Estocolmo, que fue suscrito por la Uni¨®n Europea en 2005. Este convenio, equivalente al Protocolo de Kioto para el cambio clim¨¢tico, prev¨¦ la eliminaci¨®n o reducci¨®n de los compuestos m¨¢s peligrosos.
?Qu¨¦ podemos hacer los ciudadanos para protegernos? "Es dif¨ªcil protegerse de algo que es invisible y no conocemos bien", responde Ballester. "Por eso es importante hacer m¨¢s estudios para conocer la evoluci¨®n de los niveles". Porta a?ade que evitar la obesidad y el consumo desmedido de grasas son aconsejables, pero individualmente poco se puede hacer aparte de apoyar las pol¨ªticas de vigilancia y control de estos compuestos.
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