?Otro 'plan Zapatero'?
Todo parece apuntar a que los carteles del Plan E que pueblan los m¨¢s insospechados rincones de las ciudades y pueblos catalanes no van a dejar de acompa?arnos el pr¨®ximo a?o. Los 8.000 millones de euros del fondo (1.276 para municipios catalanes) han constituido una bocanada de dinero fresco para unos ayuntamientos que, a mitad de legislatura, no pod¨ªan dedicar recursos a inversi¨®n, asfixiados como estaban y est¨¢n por el gasto corriente. En pocos d¨ªas, (re)aparecieron proyectos y planes que se hab¨ªan descartado por falta de recursos. La prioridad del Gobierno espa?ol por responder al paro creciente y la menesterosidad municipal convirti¨® el improvisado plan zapateril en un man¨¢ inesperado.
En algunos casos el impacto social de las medidas del Plan E es ciertamemte discutible o como m¨ªnimo no es directo
Un a?o despu¨¦s, y con tiempo para dejar de improvisar, los 5.000 millones reincidentes que se anuncian deber¨ªan requerir un poco m¨¢s de reflexi¨®n. Hablando de la ciudad de Barcelona y de los 282 millones de euros adjudicados, si de lo que se trata es de crear o conservar empleos, puede no parecerme mal que se inviertan, como se ha hecho, muchos miles de euros en urbanizaci¨®n de calles, en impermeabilizar 24 fuentes ornamentales, en arreglar la caseta del guarda del pantano de Vallvidrera o en colocar seis sem¨¢foros nuevos en Les Corts aprovechando la oportunidad inversora que proporciona el plan. Pero convendr¨¢n conmigo que parecen mucho mejor empleados los recursos en instalar, como tambi¨¦n se ha hecho, nuevas escaleras mec¨¢nicas en Canyelles, Sant Josep de la Muntanya o Vall d'Hebron, en arreglar escuelas p¨²blicas o acelerar la construcci¨®n de escuelas infantiles (v¨¦ase el detalle de los 303 proyectos financiados en la ciudad en http://www.bcn.cat/plan _e_inversio/es/welcome.html).
Todo genera empleo y evita peores impactos de la crisis, pero en algunos casos el impacto social de las medidas es ciertamemte discutible o como m¨ªnimo no es directo, y en otros casos, en cambio, impacta directamente en la calidad de vida de los ciudadanos.
En esta nueva fase que se anuncia, se han concretado un poco m¨¢s las acciones potencialmente susceptibles de ser financiadas por el nuevo plan del Gobierno espa?ol. As¨ª, se habla de inversi¨®n en equipamientos sociales, en proyectos de eficiencia ambiental o en mejora tecnol¨®gica. Entiendo que en esta ocasi¨®n, sin las excusas de las prisas y con m¨¢s tiempo por delante, los municipios podr¨ªan tratar de canalizar mejores demandas y proyectos. Y las diputaciones o las asociaciones municipalistas deber¨ªan asimismo colaborar con aquellos ayuntamientos, que en Catalu?a son muchos, que no cuentan con las capacidades t¨¦cnicas para poder presentar en poco tiempo propuestas bien fundamentadas y con capacidad de impacto social.
Tampoco deber¨ªan las asociaciones de vecinos, o las entidades del tercer sector de acci¨®n social, dejar pasar la ocasi¨®n para tratar de establecer sus prioridades y hacerlas llegar con toda la fuerza necesaria a los gobiernos locales, que en ¨²ltima instancia son los que deber¨¢n presentar la documentaci¨®n pertinente. No deber¨ªan descartarse proyectos como los que ya se realizaron en Ciudad de M¨¦xico, con fuerte impacto social, como fueron los que apuntaban a la mejora de las condiciones de habitabilidad de las personas con menores niveles de renta, incorporando alternativas de mayor eficiencia energ¨¦tica en sus instalaciones b¨¢sicas. Ello podr¨ªa ir acompa?ado de informes t¨¦cnicos de j¨®venes arquitectos o aparejadores, e implicar a la industria local especializada en la cuesti¨®n.
Lo mismo podr¨ªa pensarse para aumentar los incentivos ya existentes para la instalaci¨®n de ascensores en barrios con altos ¨ªndices de envejecimiento, lo que aumenta enormemente la autonom¨ªa de las personas y genera efectos evidentes en industrias y servicios. Frente al necesario nuevo plan de inversi¨®n estatal que han de canalizar los municipios, estamos a tiempo de poder combinar mejor que hasta ahora la cobertura de necesidades sociales, la participaci¨®n social y los necesarios impactos positivos en el empleo.
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