?Prohibir el biquini en la calle?
Comerciantes y trabajadores de las Ramblas y la Barceloneta, divididos sobre la necesidad de prohibir pasear sin camiseta.
?Prohibir pasear sin camiseta para evitar que Barcelona se degrade? Esta propuesta, lanzada ayer por Jordi Clos, presidente de los hoteleros de la ciudad, divide los ¨¢nimos de los comerciantes y los vendedores de Las Ramblas y la Barceloneta, dos de las principales zonas tur¨ªsticas de la capital catalana. Unos est¨¢n de acuerdo, otros no; pero en una cosa coinciden todos: No es ese el principal problema que sufren estas zonas. Y el Ayuntamiento no opina sobre la cuesti¨®n.
Ver a gente principalmente turistas j¨®venes- sin camiseta, a chicas en bikini y, principalmente, a chicos en bermudas, no es raro en la Barceloneta, un barrio portuario que concentra muchas de las playas de Barcelona. Tampoco sorprende ni indigna a los comerciantes de esa zona. "Prohibir no me gusta por principio, y es normal que si la gente viene de la playa y hace calor, quiera ir fresca", dice Simone, que regenta un puesto de comida r¨¢pida. "Otra cosa es que quieran estar en las terrazas o los restaurantes sin camiseta", a?ade. "Aqu¨ª les pedimos que se tapen, porque da prestigio al local", corrobora Xavi Aibar, encargado de La Gaviota, una de las muchas marisquer¨ªas que hay en la zona. Pero a?ade: "En la calle, que vayan como quieran".
M¨¢s raro es ver a gente sin camiseta en las Ramblas, pero la hay. "?Y eso es lo que preocupa?", se extra?a Javi, que regenta uno de los innumerables quioscos que pueblan la calle. Recuerda que en la Rambla no s¨®lo hay gente que va sin camiseta; tambi¨¦n hay un personaje que se pasea completamente en cueros, siguiendo la tradici¨®n de personajes exc¨¦ntricos que han animado esta arteria barcelonesa desde que existe. "Eso ya es m¨¢s problem¨¢tico", a?ade. Otros quiosqueros, pajareros y floristas -los establecimientos que confieren a esta calle su car¨¢cter peculiar- coinciden con ¨¦l en que hay problemas m¨¢s acuciantes: Prostitutas, camellos y carteristas son personajes habituales en esa calle, especialmente cuando se pone el sol.
Problema de noche
"El problema de la Rambla es la noche", resume Sergio L¨®pez, charcutero del mercado de la boquer¨ªa, que bromea: "Ya est¨¢ bien ver a chicas en bikini". Y a?ade que, si la Rambla se degrada, no es por culpa de los turistas sin camiseta, sino porque las franquicias y las tiendas de souvenirs sustituyen a los comercios de toda la vida. Sobre si hay que prohibir o no el bikini y el ba?ador en la ciudad, los ¨¢nimos est¨¢n m¨¢s divididos aqu¨ª que en la Barceloneta, m¨¢s acostumbrada a incluir en su paisaje estas prendas de vestir.
"Cuando muri¨® el carcamal no pod¨ªas salir a la calle sin ir arreglado", recuerda Juan Salmer¨®n, pajarero, y a su lado, Eva Salmer¨®n a?ade: "Esto es peor que un parque tem¨¢tico, porque en Port Aventura debes llevar camiseta". Karen Valderrama, en cambio, relativiza el problema y rompe una lanza por la libertad de ir como uno quiera: "Hay ya tantas prohibiciones, que tendr¨ªamos que pedir permiso hasta para respirar", dice esta argentina que se gana la vida como estatua callejera en las Ramblas desde hace 10 a?os.
El turismo, primera actividad de la ciudad
A vueltas con el turismo, mezclado con los comportamientos inc¨ªvicos. La primera actividad de la econom¨ªa de Barcelona genera toda clase de discusiones sobre la cantidad, el perfil y las actitudes de los turistas que visitan la ciudad y tambi¨¦n sobre las de los habitantes aut¨®ctonos que los acogen. No s¨®lo azuzan el debate los vecinos de las zonas con mayor densidad tur¨ªstica, sino tambi¨¦n destacados empresarios del sector, aunque por razones distintas. Ayer, Jordi Clos, presidente del Gremio de Hoteleros, reclam¨® abiertamente que "se proh¨ªba que la gente vaya en ba?ador por La Rambla", comportamiento que se da no s¨®lo, pero s¨ª mucho m¨¢s a menudo, entre los visitantes extranjeros, menos acostumbrados a los rigores del calor veraniego.
"No es represi¨®n. Es poner orden, porque en Londres o en Par¨ªs eso no se ve", a?adi¨® Clos, para quien im¨¢genes como la de la gente en ba?ador -si no llevan camiseta, precis¨®- no contribuyen a reforzar la buena imagen que Barcelona ha consolidado como marca. Algunas localidades de fuerte impronta tur¨ªstica, como Sitges (Garraf), prev¨¦n en sus ordenanzas de civismo multar a quienes no lleven camiseta "en espacios p¨²blicos". En la ordenanza de Barcelona no se toca el tema, pero la normativa de uso del espacio p¨²blico prev¨¦ sanciones para los ciudadanos que circulen desnudos por la calle. Sobre ir vestido a medias, en traje de ba?o o biquini y sin camiseta no dice nada. "El incivismo ha aumentado en la ciudad en los ¨²ltimos a?os", sentenci¨® el hotelero, tras insistir en su preocupaci¨®n por los robos a turistas o en el hecho de que no se ponga coto a las bandas que pinchan coches de visitantes en los hoteles de lujo.
Clos, que se dispone a abrir un hotel de su propia cadena en La Rambla, asegura que ha estado observando el ambiente de la zona a distintas horas del d¨ªa, para concluir: "ha sido invadida por gente en ba?ador, por lateros, por prostitutas"... en una imagen que "no era as¨ª hace cinco a?os". La inquietud empresarial se agudiza en el actual contexto de crisis, que los hoteleros est¨¢n encajando, como ocurre tambi¨¦n en las principales capitales tur¨ªsticas de Europa, con recortes de precios.
En el primer semestre de 2009, de media, una habitaci¨®n en Barcelona costaba el 16,3% menos que en los primeros seis meses de 2008. Este descenso coloca el precio medio en 105 euros la noche, 20 euros menos que un a?o atr¨¢s, aunque la proporci¨®n no es la misma seg¨²n las estrellas de los establecimientos: en los de cinco, la ca¨ªda es de 40 euros. El gremio cree que existe "algo de margen, pero no mucho m¨¢s" para que esta disminuci¨®n de los precios contin¨²e. Ve inviable que la media baje de los 100 euros la noche, porque la bajada de ocupaci¨®n podr¨ªa estar ya tocando fondo.
El retroceso ha sido hasta junio del 8,3%. Y habr¨ªa sido del 5,5% si no se hubieran incrementado las plazas hoteleras. La tendencia sigue. Este a?o, pese a la lentificaci¨®n de algunos proyectos, abrir¨¢n otros 10 establecimientos, que aportar¨¢n 1.777 nuevas habitaciones (en total, 35.000). Siete de los hoteles ser¨¢n de cuatro estrellas y dos, de cinco. En 2010, est¨¢n previstos otros 13 establecimientos con otras 2.487 habitaciones. ?Demasiadas? A la pregunta, Jordi Clos respondi¨®: "?Y qui¨¦n pone el tope?".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.