La crisis fuerza a Hu Jintao a abandonar la cumbre del G-8

El presidente chino dio ayer un paso que demuestra la profunda preocupaci¨®n del Gobierno ante los peores disturbios ¨¦tnicos que sufrido el pa¨ªs en mucho tiempo. Hu Jintao abandon¨® a toda prisa la cumbre del G-8 y regres¨® a Pek¨ªn para gestionar la crisis. "Dada la situaci¨®n actual en Xinjiang, el presidente ha vuelto a China a primera hora de la ma?ana", asegur¨® el Ministerio de Exteriores en un comunicado. Fue sustituido en la cumbre por el consejero de Estado, Dai Bingguo. Se trata de un paso sin precedentes, que ha sido visto por algunos analistas pol¨ªticos como un s¨ªntoma de nerviosismo y de la gravedad de la situaci¨®n.

La comunidad internacional manifest¨® ayer su inquietud por lo ocurrido. "Pido a los l¨ªderes civiles de las comunidades uigur y han, y a las autoridades chinas a todos los niveles, que muestren gran contenci¨®n para que no se propague la violencia y haya m¨¢s p¨¦rdidas de vidas", afirm¨® Navi Pillay, responsable de Derechos Humanos en Naciones Unidas, informa AFP. La Organizaci¨®n de la Conferencia Isl¨¢mica critic¨® "el uso desproporcionado de la fuerza" por parte de China.

Ahora la crisis est¨¢ en manos del presidente chino y pocos hombres en China conocen tan bien como Hu Jintao las explosiones de violencia ¨¦tnica que vive el pa¨ªs. Ya en diciembre de 1988, cuando Hu ni siquiera so?aba con que alg¨²n d¨ªa dirigir¨ªa el destino del Imperio del Centro, fue destinado a T¨ªbet como secretario del Partido Comunista Chino (PCCh).

Fue el primer civil que Pek¨ªn se atrevi¨® a poner al frente de T¨ªbet. Decret¨® la ley marcial, reprimi¨® cualquier conato de protesta y detuvo a los cabecillas de la revuelta en la que al menos 40 manifestantes murieron por disparos del Ej¨¦rcito. Su pu?o de acero no pas¨® inadvertido al liderazgo chino, que esa primavera tuvo que hacer frente al descontento popular que encabezaron miles de estudiantes en la plaza pequinesa de Tiananmen y que acab¨® en un terrible ba?o de sangre.