Los herejes imprescindibles
En los primeros tiempos del cristianismo, cuando la ortodoxia a¨²n no estaba definitivamente establecida -si es que lo ha estado alguna vez- y abundaban las vehementes discrepancias, algunos padres de la Iglesia m¨¢s imaginativos sol¨ªan asegurar: "oportet et ha¨¦reses esse" (o sea, que conviene que haya herej¨ªas). Ellos lo dec¨ªan suponiendo que refuerzan la fe, pero tambi¨¦n podr¨ªamos afirmarlo si creemos que los herejes sirven para espabilar a los creyentes y hacerlos m¨¢s reflexivos, menos simplistas en sus dogmas. A quien le incomodan las perplejidades porque turban su placidez sectaria, los herejes s¨®lo le despiertan ansias inquisitoriales y exterminadoras; pero a los capaces de pensar por s¨ª mismos, aunque guarden fidelidad a su familia ideol¨®gica, los herejes les ayudan a conocer mejor las razones, los l¨ªmites y sobre todo las posibles alternativas razonables de su compromiso.
La desenfadada herej¨ªa de UPyD es la clave de su notable ¨¦xito y la causa de incomprensiones
Algunos residuos quedan del franquismo en la pol¨ªtica espa?ola y el peor de todos es la tendencia a la "adhesi¨®n inquebrantable": los m¨ªos son los m¨ªos, con raz¨®n o sin ella. Se elige un campo y se adopta una ceguera voluntaria contra cuanto puede cuestionar su excelencia, por veros¨ªmil que resulte. O somos o no somos: y claro, somos... ay. Al votante indeciso se le ofrece ante todo la certidumbre de la maldad del adversario y se le insta a que no suscite peligrosas dudas sobre la l¨ªnea seguida por los "buenos": eso es hacer el juego al enemigo. Los intelectuales org¨¢nicos de cada bander¨ªa tampoco se salen del gui¨®n, los unos denostando a la derecha corrupta y explotadora como ¨²nica reflexi¨®n pol¨ªtica de la que se sienten capaces, mientras los otros siguen dando lanzadas a la M¨¢trix progre por ellos imaginada como punching ball, para no calentarse m¨¢s el caletre. En este campo, los herejes son perturbadores porque encierran la tentaci¨®n de introducir variables no contempladas por la ortodoxia. No rechazan en bloque la fe aceptada, pero la cuestionan en ciertos aspectos y apuntan perspectivas interesantes que pertenecen a la tierra de nadie, a¨²n inexplorada. Por eso resultan convenientes y yo dir¨ªa que hasta imprescindibles salvo para los disc¨ªpulos de Torquemada.
La desenfadada herej¨ªa representada por UPyD en nuestro panorama pol¨ªtico ha sido probablemente la clave de su notable ¨¦xito y tambi¨¦n causa de incomprensiones o malentendidos. Incluso ha aparecido una especial tribu medi¨¢tica, encargada de prevenir a la poblaci¨®n contra los males que pueden derivarse de la propagaci¨®n pand¨¦mica de la gripe her¨¦tica. Esta tribu tiene dos clanes: los del Oso Gubernamental advierten a los distra¨ªdos que UPyD es de derechas (para los m¨¢s exagerados o en busca de aumento de sueldo, incluso deextrema derecha), aunque ocasionalmente apoye medidas semejantes a las de la izquierda; los del clan de la Mofeta Popular, en cambio, proclaman el ¨ªntimo y astuto izquierdismo de los seguidores de Rosa D¨ªez, que se oculta bajo la piel de cordero de la defensa de la unidad nacional. Algunos no retroceden ante las declaraciones m¨¢s subidas de tono: por lo que yo conozco se lleva la palma -justicia po¨¦tica- un columnista balear que, asombrado por la pervivencia de los herejes, decidi¨® la medida extrema de leer su programa y descubri¨® con l¨®gico sobresalto que su ideario econ¨®mico es neocomunista. Y concluye: "Les votan porque no les conocen". No faltan los que, antes de cada convocatoria electoral, se indignan contra UPyD por querer ir solos por la vida y robar votos a los dem¨¢s, para despu¨¦s reprocharles que no han obtenido tantos como debieran para desbancar a quienes a ellos les molestan. En fin...
Pero lo m¨¢s interesante de estas cr¨ªticas, pintoresquismos aparte, es que revelan muy bien el funcionamiento de la mentalidad ortodoxa contra la her¨¦tica: se denuncia como escandaloso tratar los asuntos pol¨ªticos y sociales cada cual por s¨ª mismo, objetivamente, en lugar de encuadrarlo en una global "forma de pensar" estereotipada de derechas o de izquierdas. Por lo visto, as¨ª no vale. Cada cuesti¨®n suscitada por la realidad que vivimos no debe ser meramente afrontada seg¨²n un realismo neutro que prescinde de opciones previas, sino encuadrado en una inacabable lucha por el poder de ellos contra nosotros. Lo que de veras importa no es solucionar los problemas sino qui¨¦n va a rentabilizar la soluci¨®n o, a¨²n mejor, qui¨¦n va a cargar con la culpa humillante de que no se solucione. Antes de permitir que sea el preboste enemigo quien inaugure el puente, mejor que la gente se ahogue al tratar de vadear el r¨ªo: eso les har¨¢ perder votos... Y quienes no compartan este edificante esquema no pueden ser m¨¢s que traidores emboscados o herejes merecedores de la hoguera.
Sin embargo, anima comprobar que hay cada vez m¨¢s votantes deseosos de herej¨ªas constructivas. Se est¨¢ viendo, por fortuna, en el Pa¨ªs Vasco. Aquellos primeros y denostados herejes de Basta Ya -uno de los antecedentes de UPyD- que en su momento y durante mucho tiempo despu¨¦s defendieron la cooperaci¨®n de urgencia entre socialistas y populares para configurar una alternativa constitucionalista al nacionalismo, que abogaron siempre por la exclusi¨®n de los violentos y quienes les apoyan de las instituciones para no falsear la democracia, que realizaron manifestaciones encabezadas por las v¨ªctimas antes que por los pol¨ªticos, etc... no deb¨ªan de estar del todo equivocados. Su lecci¨®n fue aprendida incluso por quienes con m¨¢s vehemencia la cuestionaron y hoy ya las cosas cambian que da gusto verlas. Quiz¨¢ no siempre, pero a veces la herej¨ªa es eficaz. Lo cual no impide que siga siendo necesaria, como demuestra que Gorka Maneiro, el parlamentario de UPy D, se haya quedado solo en el Parlamento vasco votando contra la un¨¢nime aceptaci¨®n por parte de todos los dem¨¢s grupos del blindaje de los privilegios que derivan de los anacr¨®nicos derechos hist¨®ricos...
Tras primero escandalizarse por sus heterodoxias, algunos restaron luego m¨¦rito a Voltaire diciendo que no eran m¨¢s que t¨®picos de sentido com¨²n: "Es un maestro en decir bien lo que todo el mundo ya sabe", coment¨® una se?ora. A UPyD le pasa algo parecido, que a fin de cuentas sus herej¨ªas decepcionan a los exquisitos porque son puro sentido com¨²n. ?Qu¨¦ le vamos a hacer! No es m¨¢s que sentido com¨²n denunciar que en ciertas autonom¨ªas haya dificultades -las que sean, la m¨ªnima ya es intolerable- para educar o realizar actos administrativos en la lengua com¨²n del Estado. Y es mero sentido com¨²n se?alar que el biling¨¹ismo puede ser en su caso un loable deseo pero nunca un objetivo obligatorio al que supeditar otros intereses, educativos o sociales. No hace falta m¨¢s que sentido com¨²n para considerar una mascarada denigrante el espect¨¢culo del Senado reunido con traductores y pinganillos en la oreja para entenderse entre espa?oles que comparten precisamente para eso una lengua constitucionalmente reconocida. Y defender el derecho a que la educaci¨®n p¨²blica explique valores c¨ªvicos que no son de ning¨²n partido porque ya est¨¢n vigentes -como la tolerancia ante diversas opciones sexuales, el laicismo efectivo, etc...- tambi¨¦n es mero sentido com¨²n. Raros tiempos los nuestros, en que para sentar plaza de herejes basta con pensar con toda la cabeza y no s¨®lo con media.
Muy bien, me dir¨¢ alguno, pero entonces, si la herej¨ªa es tan imprescindible... ?para cu¨¢ndo la veremos tambi¨¦n en UPyD? Bueno, hombre, somos a¨²n j¨®venes y tiernos, d¨¦jenos crecer un poco. Pero en ¨²ltimo t¨¦rmino, respondo por mi parte lo mismo que el torero al que elogiaron diciendo que ya s¨®lo le faltaba morir en el ruedo: se har¨¢ lo que se pueda...
Fernando Savater es catedr¨¢tico de Filosof¨ªa de la Universidad Complutense.
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