Arias intenta limar la intransigencia de los dirigentes hondure?os
El mandatario costarricense recibe a Zelaya y a Micheletti por separado
El presidente de Costa Rica, ?scar Arias, intenta lograr que dos estatuas se abracen. En su residencia privada, el premio Nobel de la Paz 1987 pretend¨ªa impulsar ayer un acercamiento de sus dos colegas hondure?os: Manuel Zelaya, el derrocado, y Roberto Micheletti, que ejerce desde hace 10 d¨ªas el poder en Tegucigalpa sin una sola voz de apoyo de la comunidad internacional, pero con el respaldo de todas las instituciones del pa¨ªs.
Las expectativas colisionan, sin embargo, con las posiciones intransigentes de Zelaya y de Micheletti, al punto de que ni siquiera llegaron a encontrarse. Ambos se entrevistaron con el mandatario costarricense por separado.
El gobernante depuesto lleg¨® el mi¨¦rcoles y ayer a mediod¨ªa inici¨® su audiencia con Arias tras haber descartado cualquier disposici¨®n a negociar, exigiendo su retorno incondicional al poder y, por si alguien dudaba de su opini¨®n sobre Micheletti, llam¨¢ndole "criminal".
Los dos presidentes de Honduras no se encontraron en ning¨²n momento
Micheletti regres¨® a su pa¨ªs, pero se mantiene la agenda de contactos
Acompa?ado por una comitiva de 22 personas, militares incluidos, el presidente de facto aterriz¨® en San Jos¨¦ ayer por la ma?ana con un mensaje menos violento, pero no menos firme. Tras presentarse como "presidente constitucional de Honduras", Micheletti dijo: "Confiamos plenamente en encontrar la soluci¨®n en el marco de nuestra Constituci¨®n, que garantiza las libertades y una democracia s¨®lida".
Micheletti supo de inmediato que Zelaya se encontraba con Arias, y prefiri¨® entonces quedarse en el aeropuerto, en espera de lo que ocurriera a siete kil¨®metros de distancia. "Medidas de seguridad", fue el argumento. Arias entonces envi¨® a su hermano Rodrigo, ministro de la Presidencia. S¨®lo cuando termin¨® la conversaci¨®n entre Arias y Zelaya, Micheletti accedi¨® a abandonar las instalaciones aeroportuarias para reunirse durante tres horas con el mandatario costarricense. Al t¨¦rmino de la entrevista, se dirigi¨® al aeropuerto para volar a Tegucigalpa. Volver¨¢, asegur¨®, cuando Arias le convoque de nuevo. Su lugar en las negociaciones lo ocupar¨¢ una "comisi¨®n de di¨¢logo" formada por cuatro miembros, entre ellos el ex canciller Carlos L¨®pez.
Zelaya, que contin¨²a en Costa Rica, tambi¨¦n ha delegado en una comisi¨®n, seg¨²n inform¨® la ministra costarricense de Comunicaci¨®n, Maye Antill¨®n, quien afirm¨® que la agenda de contactos contin¨²a conforme a lo prevjsto, "sin l¨ªmite de tiempo". Lo ¨²nico que no se logr¨®, dijo Antill¨®n citando a ?scar Arias, fue el encuentro de Zelaya y Micheletti.
Todo son desaf¨ªos para el intento de di¨¢logo que auspicia Arias, complacido en revivir el protagonismo internacional que tuvo en los a?os ochenta, cuando los conflictos armados desangraban Centroam¨¦rica.
Con todo el dispositivo diplom¨¢tico en alerta y acompa?ado por personal de la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA), Arias trat¨® de no herir sensibilidades ni matar antes del comienzo cualquier posibilidad de un acuerdo entre las partes. Tuvo el cuidado de advertir que dar¨ªa a ambos igual trato de presidentes. Uno es "el elegido por el pueblo" y el otro lo es "en ejercicio", dijo la v¨ªspera.
Y as¨ª fue. Todo el protocolo se activ¨® para atender a los dos por igual. Ambos fueron recibidos por el canciller, Bruno Stagno; a ambos se les otorg¨® el mismo servicio de seguridad y a ambos se les pidi¨® flexibilidad, aunque ninguno la tiene. "Vengo a escuchar, mediante el mediador, qu¨¦ tiene que decir el golpista", subray¨® Zelaya el mi¨¦rcoles, poco despu¨¦s de aterrizar en el aeropuerto.
Dos d¨ªas es el plazo establecido por Arias de manera preliminar para lograr alg¨²n acuerdo. ?El retorno de Zelaya? ?Una amnist¨ªa? ?Elecciones adelantadas? La soluci¨®n depende de la voluntad de los dos presidentes de Honduras, advirti¨® el mediador. Tan incierto era el m¨¦todo que utilizar¨¢n para concretar un eventual acuerdo como el seguimiento y la instituci¨®n que garantizar¨¢ los cumplimientos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.