Muchas 'teles' y poco dinero
Las crisis tienen muchos inconvenientes y causan mucho sufrimiento. Pero a veces tienen alg¨²n efecto positivo, como poner orden en alg¨²n sector econ¨®mico. El sector audiovisual, y m¨¢s concretamente el televisivo, est¨¢ en puertas de una crisis importante provocada por tres fen¨®menos independientes pero que confluyen.
El primero de tipo tecnol¨®gico. El paso de la televisi¨®n anal¨®gica a la digital (TDT) permite, si se quiere y en Espa?a se decidi¨® que s¨ª se quer¨ªa, incrementar extraordinariamente el n¨²mero de canales disponibles con las mismas infraestructuras existentes. El segundo es la aparici¨®n de una nueva competencia, ya que cada vez es m¨¢s corriente consumir productos audiovisuales a trav¨¦s de otros mecanismos distintos de la televisi¨®n, especialmente Internet. Y el tercero es econ¨®mico, ya que una de las consecuencias de la crisis general ha sido una fuerte reducci¨®n de inversiones en publicidad de muchas empresas (autom¨®vil, inmobiliarias... ) que ha afectado a los ingresos de todos los medios, escritos o electr¨®nicos, que viven en buena parte de la publicidad.
El sector audiovisual est¨¢ en puertas de una triple crisis provocada por la tecnolog¨ªa, la econom¨ªa y la competencia
La televisi¨®n es un sector at¨ªpico en el que el consumidor no paga por lo que consume, sino que quien paga es un tercero (la publicidad o los presupuestos p¨²blicos). Para que un sector as¨ª funcione adecuadamente, debe haber un equilibrio estable entre tres elementos: demanda, oferta y financiaci¨®n de la oferta. La din¨¢mica actual, por los tres fen¨®menos explicados antes, est¨¢ llevando a un desequilibrio importante. La demanda est¨¢ disminuyendo por la competencia de Internet, la oferta est¨¢ aumentando aceleradamente por la aparici¨®n de un n¨²mero incre¨ªble de nuevos canales gratuitos (hemos pasado, m¨¢s o menos, de 10 a 40) y la financiaci¨®n est¨¢ reduci¨¦ndose por la crisis publicitaria y por las restricciones en las cuentas p¨²blicas.
La crisis est¨¢ servida y ya se est¨¢ notando, pues la reacci¨®n de la mayor¨ªa de los operadores ha sido, l¨®gicamente, reducir el coste de los programas. La reducci¨®n de coste supone reducci¨®n de calidad y una degradaci¨®n de formatos, lo que, unido a la ausencia de alg¨²n organismo que, como en toda Europa, ejerza un ligero control sobre los contenidos, est¨¢ llevando a situaciones de verdadera verg¨¹enza en algunas emisiones. As¨ª como, en econom¨ªa general, la inflaci¨®n o el paro son el s¨ªntoma de una crisis no resuelta, en este caso la degradaci¨®n de la calidad es el m¨¢s claro indicador de la necesidad de abordar la racionalizaci¨®n del sector.
La competencia de los nuevos medios respecto a la televisi¨®n es imparable y creciente. Poco se puede hacer por aqu¨ª. La disminuci¨®n de ingresos publicitarios, aunque coyuntural en estos momentos, no se recuperar¨¢ de forma espectacular, y las dificultades en los ingresos p¨²blicos todav¨ªa menos. Por tanto, las ¨²nicas variables de ajuste con las que podr¨ªamos jugar son la aparici¨®n de nuevos ingresos o la reducci¨®n de la oferta, es decir, del n¨²mero de canales.
La primera es de car¨¢cter pol¨ªtico-econ¨®mico y tiene dos aspectos: la introducci¨®n de un canon anual sobre el uso del televisor (algo similar al impuesto de circulaci¨®n de veh¨ªculos), tal como existe en casi toda Europa, destinado fundamentalmente a la financiaci¨®n de las cadenas p¨²blicas, y la conversi¨®n en canales privados de pago de una buena parte de los que ahora son gratuitos, con lo que la demanda real del p¨²blico decidir¨¢ sobre su supervivencia.
La segunda es de car¨¢cter administrativo y permitir¨ªa revisar decisiones de hace unos a?os respecto al n¨²mero de canales y sobre todo a los que emiten en TDT. Hay que facilitar y hasta promover la concentraci¨®n de cadenas privadas generalistas, que es excesiva. Y hay que convocar un "concurso de devoluci¨®n de licencias" de los multiplex de la TDT, de forma que desaparezca la posibilidad y la obligaci¨®n de tener que emitir cuatro programas por MUX, reduci¨¦ndose la cantidad, a?adi¨¦ndose la obligaci¨®n de alg¨²n canal en HD y preparando la posibilidad de la interactividad.
Si el Gobierno espa?ol, y tambi¨¦n el catal¨¢n en la parte que puede, tomaran esta ¨²ltima medida y se estudiaran las condiciones econ¨®micas de la devoluci¨®n, se recuperar¨ªa parte del espectro, se incitar¨ªa el aumento de calidad y se reordenar¨ªa el sector, que tanto a nivel estatal, auton¨®mico como local se encuentra en situaci¨®n precaria sin necesidad.
Joan Maj¨® es ingeniero y ex ministro.
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