El Papa y el presidente de EE UU ponen en com¨²n su visi¨®n del mundo

El encuentro entre dos de las m¨¢s grandes figuras de este comienzo de siglo, el papa Benedicto XVI y Barack Obama, fue, como ten¨ªa que ser, una oportunidad para destacar las m¨²ltiples coincidencias entre ambos, especialmente en la voluntad de un mundo m¨¢s justo y pac¨ªfico, dejando a un lado otras diferencias importantes en materia de doctrina y moral.

?sta no era una visita cualquiera para Obama. La prueba es que, por primera vez en su historia como presidente, lleg¨® a una cita en punto, ni un minuto m¨¢s tarde. Sab¨ªa que enfrente ten¨ªa, tal vez, al ¨²nico hombre que le puede hacer sombra hoy en cuanto a universalidad, influencia y n¨²mero de seguidores.

El Papa y el presidente de Estados Unidos conversaron a solas durante alrededor de media hora en la biblioteca del Vaticano, donde al final se sum¨® la primera dama norteamericana, Michelle Obama. El Papa pregunt¨® a su invitado sobre los resultados de la reuni¨®n del G-8, a lo que Obama contest¨® que hab¨ªa sido "muy productiva". Ante el ruido incesante de las c¨¢maras fotogr¨¢ficas, el Papa le coment¨® al presidente que todav¨ªa no acaba de acostumbrarse a ser fotografiado.

Benedicto XVI elogi¨® el discurso que pronunci¨® Obama en El Cairo

Los dos l¨ªderes trataron tambi¨¦n la situaci¨®n en Cuba y Honduras

Aunque protestante, Obama sabe de la importancia de la Iglesia cat¨®lica, que le subvencion¨® y ayud¨® considerablemente durante su etapa como activista social en Chicago. Tambi¨¦n conoce sus normas de fe, que aprendi¨® en una escuela cat¨®lica en Indonesia.

La agenda de la reuni¨®n inclu¨ªa muchos de los temas que Obama hab¨ªa tratado poco antes en L'Aquila: la lucha contra el hambre, el deterioro del medio ambiente, el peligro de la proliferaci¨®n nuclear y otras amenazas para la paz mundial, especialmente en Oriente Pr¨®ximo. El Papa elogi¨® el discurso pronunciado por Obama en El Cairo el pasado 4 de junio y anim¨® al presidente a trabajar juntos por el di¨¢logo interreligioso. Tambi¨¦n conversaron sobre Cuba y Honduras. Adem¨¢s, el presidente le entreg¨® una carta, cuyo contenido no fue desvelado, del senador Edward Kennedy, gravemente enfermo en la actualidad.

"Hay asuntos en los que est¨¢n de acuerdo, otros en los que est¨¢n en desacuerdo y otros en los que est¨¢n de acuerdo en seguir trabajando", explic¨® el viceconsejero nacional de seguridad de la Casa Blanca, Denis McDonough. Si, en efecto, hubo desacuerdos, quedaron muy bien disimulados por un ambiente de gran cordialidad. Aunque podr¨ªa creerse que el Papa, un conservador en materia doctrinal, se sent¨ªa m¨¢s a gusto con George Bush, lo cierto es que, posiblemente, se ha creado una relaci¨®n mucho m¨¢s c¨¢lida y productiva con el actual presidente. El portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, asegur¨® que Obama hab¨ªa quedado "muy impresionado", si bien ni recibi¨® la bendici¨®n ni rez¨® con el pont¨ªfice.

El mensaje de Obama frecuentemente tiene un tono de espiritualidad y trascendencia que coincide con el de esta instituci¨®n. La biograf¨ªa del presidente norteamericano est¨¢ influida por su fe, que ¨¦l ha vivido tanto desde la perspectiva social como personal. Es un hombre que conecta con la tradici¨®n religiosa de su sociedad, aunque defienda el car¨¢cter laico de su legislaci¨®n, y que ha pronunciado memorables discursos sobre el hecho religioso, incluido uno en la universidad de Notre Dame, un s¨ªmbolo del poder cat¨®lico en EE UU. Para decepci¨®n de la izquierda de su partido, Obama no ha eliminado, por ejemplo, las ayudas oficiales que Bush aprob¨® para las organizaciones religiosas con fines sociales.

Obama est¨¢ impulsando, adem¨¢s, algunos de los proyectos que mejor caben en la agenda de la Santa Sede: la paz entre israel¨ªes y palestinos, el desarme, la multilateralidad de las relaciones internacionales y, m¨¢s a corto plazo, la reforma del sistema financiero.

Precisamente a la humanizaci¨®n del capitalismo alud¨ªa la ¨²ltima enc¨ªclica del Papa, que ayer le regal¨® al presidente. Un texto sobre la necesidad, compartida por Obama, de imponer mayores controles a la actividad financiera para evitar la codicia y desastres como la actual crisis financiera.

Pero hay otros asuntos en los que la relaci¨®n entre estos hombres inteligentes y pragm¨¢ticos ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil, que tienen que ver con las responsabilidades de los Gobiernos en los temas que la Iglesia considera de moral personal, como el aborto o la investigaci¨®n con c¨¦lulas madres. Obama es partidario de proteger legalmente ambos derechos. El Papa, por el contrario, los considera un atentado a la dignidad del ser humano. Pero tambi¨¦n en esto hicieron ayer un acercamiento.