Un cartel de la droga lanza la mayor ofensiva contra el Gobierno mexicano

La Polic¨ªa Federal se est¨¢ acercando mucho y deprisa a la c¨²pula del cartel m¨¢s peligroso de M¨¦xico. Este raro honor no lo ostenta La Familia por la cantidad de coca¨ªna o de efedrina que es capaz de importar a trav¨¦s del puerto de L¨¢zaro C¨¢rdenas para luego exportar a Estados Unidos, ni siquiera por las decenas de plantaciones de amapola bajo su control en Michoac¨¢n. El poder de La Familia, y de ah¨ª su peligrosidad, es que funciona como un Estado paralelo y como una religi¨®n. A una orden de El Chango o El Chayo, sus l¨ªderes (el primero m¨¢s guerrero; el segundo, m¨¢s rezador), un ej¨¦rcito de sicarios se arma con rifles de alto poder y granadas de fragmentaci¨®n y se lanza contra el objetivo marcado por su general o su pastor. El viernes, el objetivo era claro: la Polic¨ªa Federal. Y el s¨¢bado amaneci¨® con cinco agentes muertos y 18 heridos.

Grupos de sicarios mataron a cinco agentes de seguridad en varias comisar¨ªas

La ¨²ltima batalla empez¨® el viernes. La Polic¨ªa Federal detuvo a un tipo apodado La Minsa. Al parecer, este sujeto, de nombre Arnoldo Rueda Medina, desempe?aba un papel principal en la estructura de La Familia. En poco tiempo hab¨ªa pasado de jefe de sicarios a coordinador de coordinadores, s¨®lo por debajo de El Chango y El Chayo. Sus funciones, seg¨²n los investigadores, eran mantener el contacto con los proveedores internacionales de droga y precursores qu¨ªmicos, as¨ª como designar y por tanto destituir (una labor ¨¦sta algo m¨¢s sangrienta) a los jefes de La Familia en plazas importantes: Guanajuato, Aguascalientes, San Luis Potos¨ª... El caso es que, al ser presentado ante los medios de comunicaci¨®n, La Minsa llor¨®. Su reacci¨®n se pudo deber, seg¨²n los investigadores, a que tal vez imaginaba la orden que, ya en ese momento, hab¨ªan dado El Chango y El Chayo a sus sicarios: hab¨ªa que rescatarlo o matarlo, no se pod¨ªa dejar a un tipo con tanta informaci¨®n en manos de la polic¨ªa.

La madrugada del s¨¢bado fue un infierno. Los medios locales ya califican la reacci¨®n de La Familia como "la mayor ofensiva contra los federales y el Ej¨¦rcito en la historia del crimen organizado". En Michoac¨¢n, pero tambi¨¦n en los Estados de Guerrero y Guanajuato, comandos de sicarios atacaron instalaciones policiales y urdieron emboscadas a patrullas. Hasta un hotel de L¨¢zaro C¨¢rdenas en el que desde hace semanas se alojan las fuerzas federales fue objeto de un ataque. El resultado despu¨¦s de una noche de espanto fue de cinco uniformados muertos (tres federales y dos soldados) y otros 18 polic¨ªas heridos.

Aunque La Minsa sigue en poder de los interrogadores y a muchos kil¨®metros de Michoac¨¢n, la ira de La Familia sigue hirviendo en las plazas donde su poder es mayor: Apatzing¨¢n, L¨¢zaro C¨¢rdenas, P¨¢tzcuaro, Zit¨¢cuaro y, por supuesto, Morelia, la capital del Estado. En Gucamayas, municipio de L¨¢zaro C¨¢rdenas, fuerzas de la Polic¨ªa Federal y sicarios de La Familia segu¨ªan manteniendo ayer un duro enfrentamiento.

La guerra del Gobierno de M¨¦xico contra La Familia comenz¨® hace casi un a?o. La medianoche del 15 de septiembre de 2008, coincidiendo con el grito de la Independencia, un grupo de sicarios arroj¨® granadas contra la multitud que festejaba la fecha en la plaza de Morelia. A¨²n hoy no se sabe de qui¨¦n parti¨® la orden ni con qu¨¦ objetivo. Pero s¨ª se tiene constancia de lo que consiguieron. Que el presidente Felipe Calder¨®n diese instrucciones a la Polic¨ªa Federal y al Ej¨¦rcito para que pusieran orden en su Estado natal. El orden no ha llegado, pero s¨ª la constataci¨®n de que en M¨¦xico existen otros poderes no leg¨ªtimos y a veces m¨¢s efectivos que el del propio Estado. La Familia es uno de ellos. El Chango y El Chayo controlan los prost¨ªbulos, las m¨¢quinas tragaperras, la pirater¨ªa, la venta de armas y el tr¨¢fico de drogas, pero tambi¨¦n negocios legales como gasolineras, tiendas de comestibles...

Hace s¨®lo unas semanas, los federales detuvieron a un buen pu?ado de alcaldes, fiscales y polic¨ªas que estaban en n¨®mina de la organizaci¨®n. Ahora le ha tocado el turno a La Minsa.

La c¨²pula est¨¢ cada vez m¨¢s cerca, pero, por lo visto en las ¨²ltimas horas en Michoac¨¢n, a¨²n se necesitar¨¢ mucha sangre y muchas balas para llegar hasta ella.