Las mui?eiras nacidas en Cuba
M¨²sicos gallegos y cubanos reinterpretan el repertorio de los emigrantes en la isla
Las maletas de los emigrantes que embarcaron en los puertos de Vigo y A Coru?a a hacer las Am¨¦ricas desde el siglo XIX portaban lo imprescindible para construir una vida, pero, aun as¨ª, la gaita siempre ocup¨® un lugar preeminente en el manual abreviado de la supervivencia. Los gallegos de Cuba no s¨®lo llevaron con ellos su legado sonoro y lo cultivaron profusamente, sino que lo ampliaron. De igual modo que la genealog¨ªa de cientos de miles de gallegos pasa por la isla caribe?a, tambi¨¦n las ra¨ªces de la m¨²sica popular germinaron en ese pedazo de tierra abonado por el cruce de muchas culturas.
Hasta las primeras d¨¦cadas del siglo pasado, la comunidad hizo tradici¨®n propiciando el nacimiento de formaciones y g¨¦neros musicales. No por casualidad el himno gallego se estren¨® en La Habana en 1907, de la mano de la prestigiosa Banda Municipal de la capital y con la direcci¨®n de Guillermo Tom¨¢s, una figura clave en la historia de la m¨²sica cubana.
"Es imposible contar la historia musical de Galicia sin Cuba y Argentina"
Artistas de los dos pa¨ªses visitar¨¢n con su espect¨¢culo Vigo, A Coru?a y Santiago
"Es imposible contar la historia de la m¨²sica popular gallega sin Cuba y Argentina", afirma el historiador vigu¨¦s Ram¨®m Pinheiro, especialista en las melod¨ªas gallegas trasatl¨¢nticas. En 2007, Pinheiro cruz¨® el charco para investigar sobre el terreno el legado de los emigrantes en Cuba, que acogi¨® gran cantidad de instrumentistas "y, como a personas de muchas otras profesiones, les dio trabajo". Como recoge en el libro A La Habana quiero ir. Los gallegos en la m¨²sica de Cuba (Sotelo Blanco, 2009), Pinheiro comprob¨® que, si bien el activismo cultural de los gallegos se dispersaba por ateneos, fundaciones y sociedades, su huella sonora alcanzaba las bandas de m¨²sica, la m¨²sica coral, el teatro l¨ªrico, la ¨®pera, la zarzuela y la m¨²sica popular.
"El creador del danz¨®n, el ritmo nacional de Cuba, fue Miguel Fa¨ªlde, hijo de cubana y gallego", advierte. "Pronto se incluy¨® el danz¨®n en el repertorio de las fiestas dominicales de las sociedades, como las que se celebraban en el Jard¨ªn de la Cervecer¨ªa Tropical, hasta el punto de que el hecho de aprender a bailar el danz¨®n para los gallegos residentes en Cuba era la forma popular de ganarse la ciudadan¨ªa". Las alboradas, mui?eiras y jotas conviv¨ªan en el programa de las orquestinas con guajiras, polcas y pasodobles. Los resultados de aquella mezcla tambi¨¦n cuajaron al otro lado del oc¨¦ano en forma de habaneras, muy populares en esta orilla y pr¨¢cticamente en desuso en la isla.
Buceando en archivos, como el del Museo Nacional de M¨²sica de La Habana, Pinheiro dio con algunos tesoros que llevaban d¨¦cadas durmiendo en el olvido. Uno de ellos es la partitura Cuba-Galicia del maestro Tom¨¢s que, junto con obras de Jos¨¦ Castro Chan¨¦, Pascual Veiga, Manuel Quiroga y Juan Parga, fue parte del repertorio de un concierto celebrado en el Teatro Mella de La Habana en febrero de 2008, una ocasi¨®n memorable en compa?¨ªa de Pablo Milan¨¦s y que form¨® parte de los actos organizados coincidiendo con la presencia de Galicia como cultura invitada en la Feria del Libro. El acontecimiento musical que reuni¨® a artistas cubanos y gallegos (instrumentistas, cantantes y bailarines) se reedita este mes en el Teatro Rosal¨ªa de Castro de A Coru?a (d¨ªa 23), el auditorio del Campus Universitario en Santiago (d¨ªa 25) y Teatro Caixanova de Vigo (d¨ªa 30). Descarga ao vivo, nombre que designa este proyecto de investigaci¨®n y de puesta en escena musical sin precedentes, est¨¢ promovido por la compostelana escuela de m¨²sica popular A Central Folque y el prestigioso Instituto Superior de Artes de Cuba.
Uno de los codirectores musicales de la gira es el pianista Alejandro Vargas, cuyo trabajo Trapiche (2008) fue elegido mejor disco de jazz en la isla. Vargas reconoce que esta experiencia supone "un rescate valioso de toda esta coincidencia de ritmos que une dos naciones en un mismo discurso". El ¨¦xito de la canci¨®n mel¨®dica, con gallegos de segunda generaci¨®n como Antonio Mach¨ªn, ensombreci¨® el componente musical gallego hacia los a?os 30; posteriormente, el triunfo de la revoluci¨®n arroj¨® ciertos prejuicios sobre aquellos referentes musicales, que pasaron a ser considerados como muestras de colonialismo.
"Aunque los m¨²sicos venimos de ¨®rbitas art¨ªsticas diferentes, como jazz, folk y cl¨¢sica, conseguimos hacer una fusi¨®n espont¨¢nea en la que todos confluimos de manera natural, sin forzar nada, de ah¨ª que nuestros criterios de direcci¨®n realmente sean escuetos", indica Pedro Pascual, acordeonista y compositor. "Cada vez el encuentro es m¨¢s agradable porque la m¨²sica ya est¨¢ dentro de nosotros", dice el otro gallego implicado, el guitarrista Marcos Teira. "No nos cortamos a la hora de rehacer melod¨ªas, incorporar arreglos atrevidos y cambiar melod¨ªas del siglo XIX, nos dimos libertad para construir algo nuevo".
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