Las l¨¢grimas de Correa
El l¨ªder de la trama corrupta rompi¨® a llorar cuando las fiscales le preguntaron por sus operaciones econ¨®micas
El cabecilla de la trama G¨¹rtel, Francisco Correa, est¨¢ desesperado en la c¨¢rcel. Dos veces ha pedido la libertad provisional y dos veces se la ha negado el juez. Visiblemente desmejorado y con algunos kilos de menos, su alegato es que siente claustrofobia en la c¨¢rcel y que, adem¨¢s, debe cuidar de su padre, muy mayor, y de su hermano, que padece una minusval¨ªa. El juez Pedreira ha decidido mantenerle preso, inform¨® ayer el Tribunal Superior.
El juez ve inconsistentes sus alegatos: Correa se ha ausentado muchas veces de Espa?a dejando la asistencia debida a sus familiares. La supuesta claustrofobia tampoco convence al juez. Es verdad que un psic¨®logo ha certificado que Correa se siente incapaz de subir a un ascensor, pero, en cambio, no tiene ning¨²n problema para coger un avi¨®n. Hay, pues, riesgo de fuga.
El juez le ha denegado por segunda vez la libertad provisional por riesgo de fuga
M¨¢s de una vez ha estado tentado Correa de tirar de la manta. Sabe que ello acelerar¨ªa su acceso a la libertad provisional. Pero en su entorno le recuerdan que eso es pan para hoy y hambre para ma?ana. Adem¨¢s, romper¨ªa la estrategia de defensa con vistas al juicio: quien acusa, debe probarlo. Por eso resiste Correa, pero su desesperaci¨®n en la c¨¢rcel alguna vez le ha tentado a cantar, seg¨²n fuentes penitenciarias.
Cuando fue detenido por el juez Garz¨®n, un conocido le pregunt¨® qu¨¦ tal estaba. "Bien jodido", respondi¨®, cabizbajo.
Desde la c¨¢rcel, est¨¢ al tanto del despliegue medi¨¢tico sobre sus supuestas fechor¨ªas. Defenderle de la retah¨ªla de delitos que se le imputan, respaldados por kil¨®metros de conversaciones grabadas por la polic¨ªa, no est¨¢ resultando f¨¢cil a sus asesores.
"Si cae Bal¨ªn, caigo yo", dice en una de las grabaciones. Se refiere a Jos¨¦ Ram¨®n Blanco Bal¨ªn, otro de los implicados, ex vicepresidente de Repsol. No le falta raz¨®n. Bal¨ªn es la persona que supuestamente urdi¨® en el extranjero todo el entramado societario del que se sirvi¨® Correa para blanquear "los muchos millones de euros" que oculta en al menos ocho pa¨ªses. Un dinero procedentes de comisiones, contratas y chollos inmobiliarios que, tras ser lavado, habr¨ªa vuelto a Espa?a para sobornar a alcaldes y altos cargos del PP.
Pero son tantas las pruebas que han acopiado contra ¨¦l la polic¨ªa y la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n que casi hacen innecesario que Bal¨ªn le delate o no. Ahora lo sabe Correa. En un interrogatorio se puso a llorar cuando las dos fiscales de Anticorrupci¨®n empezaron a preguntarle, papeles y grabaciones en mano, por sus chanchullos. Agach¨® la cabeza y llor¨®. Luego se repuso y sigui¨® negando las imputaciones.
Bal¨ªn tambi¨¦n sabe que no son pocas las pruebas incriminatorias que se ciernen sobre ¨¦l. Y por su mente tambi¨¦n ha pasado la idea de contarlo todo, a sabiendas del beneficio penal que puede suponerle colaborar con la justicia. Sabe que si tirase de la manta, la fiscal¨ªa ser¨ªa clemente. Pero si Bal¨ªn canta, m¨¢s que Correa, que lo tiene casi todo perdido, son otros altos cargos del PP los que deben temblar. Bal¨ªn sabe demasiado, y no s¨®lo de Correa.
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