China antes que Marte
L¨¢stima que la Luna, objeto de deseo en las noches estrelladas del verano, est¨¦ estos d¨ªas apagada, justo cuando el lunes se cumplir¨¢n 40 a?os de la llegada del hombre al planeta m¨¢s pr¨®ximo a bordo del Apollo 11. Las gentes con m¨¢s de 50 a?os recordar¨¢n pasado ma?ana d¨®nde estaban, y con qui¨¦n, la madrugada del 21 de julio de 1969 cuando Jes¨²s Hermida contaba en la ¨²nica televisi¨®n de Espa?a, en blanco y negro, el alunizaje y el primer paseo lunar. Ahora hemos sabido que Armstrong lo primero que hizo fue coger la primera piedra que vio y guard¨¢rsela por si algo sal¨ªa mal y ten¨ªa que regresar precipitadamente al Eagle, el m¨®dulo del alunizaje. Los astronautas estadounidenses llegaron a la Luna con combustible para s¨®lo 17 segundos m¨¢s de vuelo, mientras en la Tierra, William Safire hab¨ªa preparado para el presidente Nixon una bella eleg¨ªa por si no pod¨ªan regresar. El legendario periodista norteamericano Walter Cronkite dijo, al describir los primeros pasos de Neil Armstrong en el Mar de la Tranquilidad, que, a partir de entonces, cualquier acontecimiento ser¨ªa un mero asterisco de la historia. Como todas las frases redondas en su momento, la de Cronkite result¨® incumplida. El 1969 fue tambi¨¦n el a?o del concierto de Woodstock y de Easy Rider. Y en Espa?a, Franco decid¨ªa tambi¨¦n ese julio que el joven pr¨ªncipe Juan Carlos fuera el pr¨®ximo rey. Desde entonces han pasado cosas terribles, el 11-S; magn¨ªficas, la consolidaci¨®n de la democracia en Espa?a; sorprendentes, la llegada a la Casa Blanca construida por esclavos negros de un presidente afroamericano. No, la historia no ha acabado como predijo Fukuyama en otra sentencia ef¨ªmera.
El acercamiento entre EE UU y China exige cuanto antes la presencia de Obama en Pek¨ªn
En este mundo instant¨¢neo que vivimos nada dura m¨¢s all¨¢ de un par de telediarios. Ya no hay grandes relatos ¨¦picos. Por eso resulta recomendable en estas vacaciones el libro que acaba de publicar Buzz Aldrin, el segundo astronauta que pis¨® la Luna hace cuatro d¨¦cadas tras Armstrong, Magnificent Desolation (Harmony), en el que defiende que EE UU tiene que volver al espacio, directamente a Marte, con vuelos tripulados sin el trampol¨ªn lunar. ?Una colonia estadounidense en un mundo nuevo? Pero no parece que est¨¦ el presupuesto norteamericano para un gasto p¨²blico sideral. La NASA vive una deriva tecnol¨®gica, se ha quedado sin cohetes propulsores y sin objetivos. Hay que recordar que la genialidad de John Kennedy prometiendo poner a un estadounidense en la Luna antes de finales de la d¨¦cada de los sesenta del siglo XX estaba basada en la competici¨®n con la Uni¨®n Sovi¨¦tica en plena guerra fr¨ªa. Tras el asesinato de JFK, su sucesor, Lyndon Johnson, reconoci¨® que el dinero empleado en el proyecto Apollo fue rentable, realmente una ganga: nos permiti¨® mediante el espionaje desde el espacio, dijo, saber el n¨²mero de armas nucleares con las que contaba Mosc¨² y result¨® que eran muchas menos que las que calcul¨¢bamos. "Est¨¢bamos fabricando misiles que no necesit¨¢bamos".
Barack Obama no est¨¢ pensando en el espacio, mucho menos en Marte. Antes tiene que viajar a China. Pek¨ªn debiera haber sido el primer destino l¨®gico del nuevo presidente. Pero antes ha definido su visi¨®n del mundo en Praga (el sue?o de un planeta desnuclearizado), Turqu¨ªa (la mano tendida a los musulmanes), El Cairo (EE UU no est¨¢ en guerra con el islam), Mosc¨² (el dif¨ªcil intento de entenderse con la petrocracia de Putin y su deseo de mantener su antigua esfera de influencia). Y su ¨²ltima escala, por ahora, en ?frica, en Ghana, donde pidi¨® al continente negro que ejerza su autorresponsabilidad y no se esconda tras la excusa del colonialismo para justificar sus guerras y su retraso econ¨®mico. Ahora toca ya Pek¨ªn, la capital del reino de en medio, la otra superpotencia. El poder mundial est¨¢ pasando de Occidente a Oriente, aunque sea una noticia bomba a¨²n prematura el fin del dominio de Occidente y la llegada de un siglo XXI asi¨¢tico o s¨®lo chino. Pero ah¨ª est¨¢ Chim¨¦rica, esa entidad virtual bautizada por el historiador Niall Ferguson, que suma el 25% de la poblaci¨®n mundial y m¨¢s del 30% del PIB del planeta. ?ste es el aut¨¦ntico G-2. Goldman Sachs, el banco estadounidense resucitado, prev¨¦ que la econom¨ªa china superar¨¢ en tama?o a la de EE UU antes de 2027. Sin embargo, debido a su enorme poblaci¨®n, al ritmo actual de crecimiento, un chino necesitar¨ªa 47 a?os para alcanzar el nivel de vida que disfruta hoy el estadounidense medio. La necesaria acomodaci¨®n, competitiva s¨ª, benigna o no, entre Estados Unidos y China, est¨¢ pidiendo cuanto antes la presencia de Obama en la Ciudad Prohibida de Pek¨ªn. El otro viaje, a Marte, queda para m¨¢s adelante. Sin duda, lo realizar¨¢n nuestros hijos. fgbasterra@gmail.com
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