Verdor mediterr¨¢neo
Guadalmina Spa & Golf Resort, vacaciones tranquilas en la Costa del Sol
Un verano m¨¢s, este hotel marbell¨ª alivia con su buena aireaci¨®n el bochorno del terral (viento sur) y la masificaci¨®n urban¨ªstica de la Costa del Sol. Su emplazamiento, lo suficientemente alejado del n¨²cleo urbano y en primera l¨ªnea de playa, tiene sus adictos desde que vio la luz en 1959 como casa club del segundo campo de golf m¨¢s veterano del litoral malague?o. Fiel a su hotel de toda la vida, una clientela variopinta de golfistas centroeuropeos y veraneantes espa?oles de secano se mestizan hasta casi diluirse por los jardines, pasadizos, vericuetos, terrazas, miradores y sombrillas mar¨ªtimas que conforman sus amplias instalaciones, preferidas a otros lugares m¨¢s rutilantes de la costa por su ambiente familiar y el anonimato que pueden guardar frente a los paparazzo. Aqu¨ª se rod¨®, en 1973, la pel¨ªcula de Melvin Frank A touch of class (Un toque de distinci¨®n), protagonizada por George Segal y Glenda Jackson, quien recibi¨® su segundo oscar a la mejor actriz (tras Mujeres enamoradas).
GUADALMINA SPA & GOLF RESORT
PUNTUACI?N: 7,5
Categor¨ªa: 4 estrellas. Direcci¨®n: urbanizaci¨®n Guadalmina Baja, s/n. San Pedro de Alc¨¢ntara, Marbella (M¨¢laga). Tel¨¦fono: 952 88 22 11. Fax: 952 88 22 91. 'Web': www.hotelguadalmina.com. Instalaciones: aparcamiento vigilado, jardines, piscina, campo de golf de 45 hoyos, gimnasio, spa, salas de convenciones para 400 personas, sal¨®n de estar, comedor, restaurante al aire libre. Habitaciones: 160 dobles, 2 j¨²nior suites y 16 suites. Precios: desde 120 euros + 7% IVA, la habitaci¨®n doble; desayuno incluido.
Oleaje como fondo
Durante las horas de sol, la espina vertebral del hotel es su Beach Club, quiz¨¢ no tan glamuroso en Marbella como el Nikki, pero m¨¢s arraigado a la tradici¨®n veraniega local. Sobre la piscina vuela la terraza del restaurante Acqua, delicioso de noche, cuando se recogen las hamacas y apenas cabe distinguir el tintineo de los platos entre el oleaje. El golf sit¨²a ah¨ª mismo su hoyo 10, as¨ª como el tee del 11 y el recorrido el 12, donde hay que afinar para no perder la bola en los jardines circundantes.
La ¨²ltima reforma, hace tres a?os, sacrific¨® algo de tono mediterr¨¢neo en los dormitorios, que fue sustituido por un excesivo rigor decorativo de luces c¨¢lidas y muebles oscuros, supuestamente m¨¢s elegantes. De noche, la atm¨®sfera relaja. Pero, de d¨ªa, aumenta la sensaci¨®n de calor y de retiro cartujo, poco favorables al optimismo que debiera inspirar un hotel vacacional.
Un complemento a la playa, o despu¨¦s de firmar una buena tarjeta de golf, es el nuevo centro termal instalado bajo la zona de terraza y cafeter¨ªa chill out. Un rinc¨®n demasiado kitsch, opina la clientela de toda la vida.
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