El dandi que seduce ancianas ir¨¢ al banquillo
La hija de la heredera de L'Or¨¦al acusa a Banier de sacarle a su madre, de 80 a?os, 1.000 millones de euros
Fran?oise Bettencourt es la hija ¨²nica de la mujer m¨¢s rica de Francia, Liliane Bettencourt, heredera del imperio cosm¨¦tico de L'Or¨¦al. Ambas, junto con el fot¨®grafo, escritor y dandi profesional Fran?ois-Marie Banier, son los protagonistas de un culebr¨®n a tres bandas en el que se mezclan viejos odios familiares, much¨ªsimo dinero y ocasionales apariciones en la palestra que mantienen vivo el caso.
Fran?oise acusa al fot¨®grafo, de 61 a?os, un viejo conocido de la sociedad m¨¢s mundana de Par¨ªs, amigo en su tiempo de Dal¨ª y de Aragon, de extorsionar a su madre a base de presiones psicol¨®gicas y de haberse apropiado de cerca de 1.000 millones de euros gracias a su influencia todopoderosa sobre la anciana, de 80 a?os.
Entre los regalos de la millonaria hay seguros de vida y cuadros de Matisse
El fot¨®grafo tendr¨¢ que responder de las acusaciones ante un juzgado
Hace varios meses que la polic¨ªa francesa especializada en delitos econ¨®micos investiga el asunto, indagando el origen del monumental patrimonio de Banier. Ahora, adem¨¢s, Fran?oise ha denunciado por la v¨ªa penal al artista, que deber¨¢ comparecer en el juzgado el 3 de septiembre para responder a las acusaciones.
La hija, que no habla con su madre desde hace mucho tiempo, explica en el semanario Le Point, por primera vez desde que el caso se hizo p¨²blico, las razones de su denuncia y el porqu¨¦ de su desconfianza ante el fot¨®grafo, que, seg¨²n ella, est¨¢ desvalijando met¨®dicamente a la anciana, cuya fortuna personal, hace a?os, ascend¨ªa a 17.000 millones de euros.
"La decisi¨®n es dolorosa pero inevitable. Una hija no puede aceptar ver a su madre bajo una situaci¨®n de dominio y de aislamiento as¨ª", asegura la hija, que prosigue: "Usted no puede hacerse a la idea de cu¨¢ntos amigos de la familia y antiguos empleados, de los que la sinceridad me consta, han venido a decirme que lo que ocurr¨ªa con ese Banier traspasaba todos los l¨ªmites, que yo deb¨ªa hacer algo".
La madre ha asegurado que los regalos que ella ha hecho a Banier -cuadros de Matisse, seguros de vida por valores astron¨®micos, cheques tan peri¨®dicos como millonarios- siempre han sido bajo su m¨¢s escrupulosa conformidad y discernimiento. Y que, aunque cuantiosos, no significaban sino una parte peque?a de su inmensa riqueza, de la que dispon¨ªa como le daba la gana. En una entrevista al Journal du dimanche aparecida en diciembre de 2008, a?adi¨®: "Mi hija debe entender que soy una mujer libre".
La hija no lo entiende. Ni se cree lo de la libertad. Argumenta que, si fuera as¨ª, su madre no se negar¨ªa a que un examen m¨¦dico psiqui¨¢trico independiente dictamine si se siente presionada o no por la personalidad absorbente de Banier, que, a juicio de Fran?oise, "maneja toda su vida".
A la pregunta de si es el dinero lo que mueve a la hija a acudir a los jueces, ¨¦sta responde: "Los que me conocen saben que el dinero no es el motor de mi vida [...] Pero ya que hablamos de dinero, hablemos francamente y quit¨¦monos las caretas. ?Qui¨¦n se puede creer que los regalos de mi madre a Banier son debido a su mecenazgo como artista, como ¨¦l se ha atrevido a decir? ?Alguien ha visto a un artista subvencionado con mil millones de euros? ?Con mil millones de euros se puede construir El Louvre o El Prado! Adem¨¢s, para que quede claro: si las transferencias de dinero se anulan a lo largo del proceso, cada euro recuperado ir¨¢ a proyectos de inter¨¦s general".
La nieta del fundador de L'Or¨¦al a?ade que, entre las, a su juicio, indignidades cometidas por Banier, la que m¨¢s le hiri¨® fue la de autoproclamarse hijo adoptivo de Liliane en cuanto esta se qued¨® viuda. "?No tard¨® ni unas horas, tras la muerte de mi padre, en sugerir esa idea!".
Banier naci¨® en el burgu¨¦s barrio 16 de Par¨ªs, pero no dentro de una familia rica. Su padre hab¨ªa sido obrero en una f¨¢brica de coches y gracias a cierta tenacidad para escalar, acab¨® regentando una agencia de publicidad.
La heredera de L'Or¨¦al no es la primera anciana que ha sido su amiga del alma. Cuando ten¨ªa 23 a?os, se consideraba a s¨ª mismo irresistible y trabajaba como jefe de prensa de Pierre Cardin por un sueldecito, se encontr¨® en la mesa contigua de un restaurante a la exc¨¦ntrica y riqu¨ªsima anticuaria y decoradora Madeleine Castaing, de 75.
Seg¨²n ha contado ¨¦l, se conocieron, comenzaron a re¨ªr en ese momento y no pararon hasta la muerte de la anciana, en 1992. Ella aseguraba que hab¨ªa encontrado, por fin, "a su jovencito". ?l replicaba que ella era "la madre ideal". Un d¨ªa ella se parti¨® el f¨¦mur y ¨¦l la acompa?¨® en la ambulancia: "Querido, ¨¦ste es nuestro viaje de bodas", dec¨ªa ella tumbada boca arriba camino del hospital.
Pierre Berg¨¦, pareja y socio durante muchos a?os del dise?ador Yves Saint Laurent, lo describi¨® as¨ª: "La principal cualidad de ese seudoescritor y verdadero trepa es saber seducir a las viejas".
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