El amor a Tiziano triunfa en Londres

Londres est¨¢ invadida de turistas y, en este verano gris y lluvioso, los chubascos dispersos invitan al visitante a refugiarse en los museos: no s¨®lo tienen techo, son gratis. La Galer¨ªa Nacional, que preside de forma estrat¨¦gica uno de los grandes iconos tur¨ªsticos de la capital brit¨¢nica, la plaza de Trafalgar, estaba ayer a reventar de visitantes.

Las manadas de alegre muchachada entraban en sonora cola a ¨²ltima hora de la ma?ana por la puerta principal. En las escaleras que conducen a la planta segunda, donde se despliegan los tesoros de la galer¨ªa, una pareja de maduros turistas italianos parec¨ªa al borde de la t¨ªpica discusi¨®n absurda de quienes quiz¨¢ ya llevan demasiados d¨ªas juntos. Aqu¨ª y all¨¢, los tel¨¦fonos m¨®viles eran el objeto m¨¢s preciado del visitante.

El cuadro se utiliz¨® para ocultar otro con el retrato de una bella mujer

En un banco discretamente apartado, apoyadas contra la pared, dos chicas j¨®venes se afanaban por engullir sendos bocadillos. Una botella medio llena de Coca-Cola, de considerable calibre, coronaba la imagen m¨¢s bien absurda del improvisado pic-nic en uno de los m¨¢s venerados templos art¨ªsticos de la capital brit¨¢nica. A sus espaldas, en el otro lado del muro, reinaba la paz y la armon¨ªa. En una sala discreta y apartada, cerrada con puerta pero de libre acceso, apenas una decena de curiosos se han acercado a ver El triunfo del amor, un tiziano que se exhibe en p¨²blico por primera vez desde 1960.

La tela estar¨¢ expuesta desde ayer y hasta el 20 de septiembre en el museo londinense cuyos restauradores han recuperado sus colores iniciales. Luego ser¨¢ trasladada al Museo Ashmolean de Oxford, que lo adquiri¨® despu¨¦s de que su anterior propietario lo entregara al Estado a cambio de exenciones fiscales.

Seg¨²n Catherine Whistler, curator del Ashmolean, Tiziano pint¨® El triunfo del amor hacia 1540 por encargo del patricio veneciano Gabriel Vendramin. En un principio fue utilizado como "t¨ªmpano" o cubierta para ocultar otro cuadro. Se trataba del retrato de una hermosa mujer con la mano derecha en el pecho. La posibilidad m¨¢s veros¨ªmil es que Vendramin quisiera mantener as¨ª s¨®lo para sus ojos y los de sus elegidos el rostro de la que quiz¨¢ era su amante, o su amor plat¨®nico.

La tela de Tiziano, que representa a Cupido con arco y flecha, de pie encima de un le¨®n, con un paisaje veneciano al fondo, podr¨ªa ser un mensaje elegido por el patricio veneciano: el amor y el ideal de belleza imponi¨¦ndose a las pasiones bestiales.

La National Gallery ha tenido el acierto de mostrarlo en una salita ni grande ni peque?a, apartada del bullicio de los dem¨¢s pabellones. La peque?a exposici¨®n se redondea con otras tres obras a modo de complemento aleg¨®rico. Por un lado, los reversos de Mujer de perfil (obra de un disc¨ªpulo de Botticelli hacia 1490) y Retrato de un hombre, un jacometto pintado entre 1475 y 1498. En la pared de enfrente cuelga un segundo tiziano, Alegor¨ªa de la prudencia (1550-1565), en el que se funden los rostros de un hombre joven, otro en plena madurez y un tercero en la vejez.