Mirando a J¨²piter
El primer terr¨ªcola que apunt¨® un telescopio a J¨²piter fue Galileo. El ¨²ltimo ha sido Anthony Wesley, un astr¨®nomo aficionado australiano. En ambos casos ha resultado una excelente idea, salvando todas las distancias: entre ellas la que separa Padua de Canberra y los cuatro siglos casi exactos que han pasado desde enero de 1610, cuando el padre de la ciencia moderna descubri¨® que aquella mota de polvo sobre el horizonte era un mundo con al menos cuatro lunas.
Wesley tambi¨¦n se ha cubierto de gloria a su manera. Es un aficionado, pero los astr¨®nomos profesionales ya lo conoc¨ªan, y sab¨ªan que era fiable y solvente, y que ten¨ªa un buen equipo. Cuando hace unos d¨ªas descubri¨® una nueva cicatriz oscura en la superficie del gigante gaseoso, los cient¨ªficos le tomaron en serio, y han podido sumar evidencias a la hip¨®tesis inicial de Wesley: que la cicatriz es la huella de un cometa que acaba de colisionar contra el planeta.
Los cient¨ªficos creen que el objeto ten¨ªa entre 100 y 500 metros de di¨¢metro. La cicatriz es 10.000 veces mayor, con 5.000 kil¨®metros de punta a punta. El radio de la Tierra es de 6.400 kil¨®metros. La palabra cicatriz se habr¨ªa quedado francamente corta si el impacto hubiera ocurrido en nuestro planeta.
J¨²piter tiene la negra. Ya le hab¨ªa pasado algo similar en 1994, cuando se trag¨® uno a uno los 20 fragmentos del cometa Shoemaker-Levy 9, y aquella vez delante de las c¨¢maras. Alguno de aquellos fragmentos ten¨ªa dos kil¨®metros de di¨¢metro, y otros eran similares al objeto de ahora, el cometa de Wesley, a falta de otro nombre. Los astr¨®nomos pensaban que estos sucesos eran extremadamente infrecuentes, pero quiz¨¢ haya que ir restando ¨¦nfasis a ese adverbio. Le va grande a una cosa que te cae del cielo dos veces en 15 a?os.
Pero J¨²piter es precisamente nuestro escudo. El planeta m¨¢s masivo del sistema solar es quien ejerce m¨¢s atracci¨®n gravitatoria sobre estos visitantes del espacio exterior, y quien seguramente se traga la mayor¨ªa de los impactos. Gracias al cometa de Wesley, los cient¨ªficos tienen ahora la ocasi¨®n de sondear la atm¨®sfera de J¨²piter, y tambi¨¦n de analizar con m¨¢s detalle el tipo de fen¨®meno que acompa?a a estos impactos. Puede venir bien en el futuro.
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