Costa Rica fracasa en su intento de mediar entre los bandos hondure?os
Zelaya anuncia que regresar¨¢ por la fuerza y Micheletti insiste en que ser¨¢ juzgado
El presidente derrocado de Honduras, Jos¨¦ Manuel Zelaya, y su sustituto de hecho, Roberto Micheletti, han quemado el ¨²ltimo cartucho del di¨¢logo con la mediaci¨®n del presidente costarricense, ?scar Arias, que trata de buscar una soluci¨®n a la crisis abierta con el golpe de Estado del pasado 28 de junio.
Los representantes de Zelaya han dado por fracasadas las conversaciones. La mediaci¨®n de Arias, a la cual apostaba gran parte de la comunidad internacional, no ha ablandado la actitud de las delegaciones en un punto que resulta crucial, el retorno de Zelaya. Nadie garantiza ahora que las partes se mantengan en los caminos del di¨¢logo, pues Zelaya pide al mundo aplicar "las medidas coercitivas necesarias para someter" a Micheletti y anunci¨® que regresar¨¢ por la fuerza a suelo hondure?o para retomar el poder, acompa?ado por una caravana desde Managua. El Gobierno de hecho lo espera con los brazos abiertos, pero para procesarlo por los supuestos delitos que cometi¨® como gobernante al intentar forzar un refer¨¦ndum ilegal para abrir ventanas a la reelecci¨®n presidencial.
El mandatario depuesto exige al mundo m¨¢s dureza contra los golpistas
El regreso de Zelaya volvi¨® a ser la piedra angular en la segunda propuesta de Arias, escrita tres d¨ªas despu¨¦s de fracasar una primera hoja de ruta. El retorno del gobernante defenestrado ya no era el punto primero, pero s¨ª el sexto. Adem¨¢s encabezaba el calendario propuesto, con fecha 24 de julio. Es decir, hoy. Pero con condiciones: Zelaya deber¨ªa renunciar a promover una reforma constitucional, algo a lo que no est¨¢ dispuesto.
Para los representantes de Micheletti, los otros 10 planteamientos no son m¨¢s que un "etc¨¦tera" que someter a consultas en Tegucigalpa. Ni siquiera la amenaza de sanciones econ¨®micas ha hecho mella en el Gobierno interino, aislado por la diplomacia internacional, al punto de haberse convertido en "la Norcorea de Centroam¨¦rica", como retrat¨® Arias.
No importa si hay amnist¨ªa, si hay comisiones que verifiquen el proceso, si se adelantan las elecciones, previstas para octubre. Ni siquiera importa tanto si se instala un Gobierno de uni¨®n nacional que mezcle ministros de todos los partidos. Zelaya s¨®lo regresar¨¢ para someterse a juicio, dice Micheletti, que goza del respaldo del Poder Judicial, el Congreso, el Tribunal Electoral y el Ej¨¦rcito. "Vuelvo a Honduras a cumplir con el mandato presidencial que me dio el pueblo", responde Zelaya. Sepultado el intento de paz con la mediaci¨®n de Arias, crece el miedo a los enfrentamientos.
Los acontecimientos en Honduras revelan con claridad el papel geopol¨ªtico que juega este pa¨ªs de ocho millones de habitantes, la mitad pobre. El presidente de Venezuela, Hugo Ch¨¢vez, y sus aliados de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra Am¨¦rica (ALBA) adoptaron a Zelaya desde que se les uni¨®, en 2008. Critican tambi¨¦n a Estados Unidos por no aplicar medidas m¨¢s duras contra el Gobierno de hecho y desde el principio descalificaron como mediador a Arias, a quien los bolivarianos le tienen, en el mejor de los casos, desconfianza.
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