El clero y la crisis pol¨ªtica iran¨ª
La victoria de Ahmadineyad y las denuncias de 'pucherazo' ahondan la divisi¨®n entre los patriarcas pol¨ªtico-religiosos de la Rep¨²blica Isl¨¢mica. Juegan su propia partida de ajedrez ante el relevo generacional
A pesar de haber transcurrido m¨¢s de un mes desde el anuncio de los resultados oficiales que adjudicaban la victoria aplastante a Mahmud Ahmadineyad, Ir¨¢n se encuentra muy lejos de cerrar el cap¨ªtulo de estas elecciones presidenciales. Por el contrario, tras un prolongado e impuesto silencio, el ayatol¨¢ Hachem¨ª Rafsanyani, segundo hombre fuerte en el sistema pol¨ªtico iran¨ª, volvi¨® a agitar hace unos d¨ªas unas aguas que comenzaban a calmarse a fuerza de represi¨®n. El debate en torno a la naturaleza y el futuro de la Rep¨²blica Isl¨¢mica, y el papel que la ¨¦lite clerical jugar¨¢ en ¨¦l, est¨¢ m¨¢s vigente que nunca.
Las diferencias entre Rafsanyani y el l¨ªder espiritual, el ayatol¨¢ Al¨ª Jamenei, ya eran conocidas mucho antes de este proceso electoral, pero se hicieron evidentes para el mundo entero tras la ratificaci¨®n p¨²blica de las preferencias de Jamenei por Ahmadineyad, a quien dio un respaldo absoluto en su serm¨®n de la Universidad de Teher¨¢n el 19 de junio. Ese mismo d¨ªa, Rafsanyani hab¨ªa viajado a Qom con el objetivo de reunirse con otros cl¨¦rigos y negociar una postura com¨²n frente a la crisis pol¨ªtica. Sin embargo, s¨®lo el gran ayatol¨¢ Yusuf Sanei se reuni¨® con ¨¦l. Otros cl¨¦rigos de alto rango como los ayatol¨¢s Abdolkarim Musavi Ardebili -que cuestion¨® los resultados oficiales-, Makarem Shirazi -que fue muy cr¨ªtico durante el primer mandato de Ahmadineyad pero pidi¨® a los reformistas que aceptasen los resultados- y Safi Golpayegani -que intent¨® mediar entre ambas facciones tras la elecci¨®n-, se abstuvieron de participar de la reuni¨®n.
La c¨²pula del poder ronda los 80 a?os. Sus miembros deber¨¢n dar paso a otros referentes
Ahmadineyad prepara la reforma constitucional necesaria para un eventual tercer mandato
El gran ayatol¨¢ Al¨ª Montazeri, uno de los m¨¢s prestigiosos y respetados en el mundo chi¨ª, dej¨® muy clara su posici¨®n sobre la ilegitimidad de un gobierno no elegido por el pueblo en una fatua emitida como respuesta a las preguntas del conocido cl¨¦rigo reformista Mohsen Kadivar. Sin embargo, la marginalidad forzada de Montazeri respecto a la estructura clerical-estatal, tras haber sido cesado por el mismo Jomeini en 1989, minimiza su capacidad de influencia sobre la clase religiosa iran¨ª, muy leal al l¨ªder y dependiente del Estado.
La Asociaci¨®n de Cl¨¦rigos Combatientes (Rohaniyun), una de las dos asociaciones pol¨ªtico-clericales m¨¢s influyentes en Ir¨¢n, y la Asociaci¨®n de Profesores de las Escuelas Cor¨¢nicas de Qom, que re¨²nen a una cantidad importante de cl¨¦rigos y seminaristas reformistas, ser¨ªan los ¨²nicos grupos que han respaldado p¨²blicamente las protestas de Mir Hussein Musavi.
Las conservadoras Asamblea de Cl¨¦rigos Combatientes (Rohaniyat) y Asociaci¨®n de Seminaristas de las Escuelas Cor¨¢nicas de Qom, de nombres muy similares a las anteriores y mayoritarias dentro de la casta clerical, han permanecido en silencio hasta el momento. Un silencio que algunos analistas atribuyen a la inexistencia de consenso interno sobre el camino a tomar como grupo pol¨ªtico ante la p¨¦rdida de legitimidad y credibilidad que la instituci¨®n clerical y el propio Gobierno est¨¢n experimentando desde mucho antes del 12 de junio.
Compuesta por varios cientos de miles de cl¨¦rigos y seminaristas, la clerec¨ªa chi¨ª dej¨® de ser independiente del Estado iran¨ª tras la Revoluci¨®n Isl¨¢mica de 1979, y debe gran parte de su poder pol¨ªtico, social y econ¨®mico al sistema de gobierno surgido de esa revoluci¨®n. Su supervivencia como ¨¦lite radica, por lo tanto, en el mantenimiento del statu quo, lo que se materializa en su reproducci¨®n como clase en los seminarios de Qom, la preservaci¨®n de sus puestos de trabajo a cargo del Estado y de sus funciones sociales en los ¨¢mbitos de la justicia, la educaci¨®n, la caridad y el control ideol¨®gico de la poblaci¨®n a trav¨¦s de los medios de comunicaci¨®n y la oraci¨®n de los viernes.
Un Gobierno en crisis no favorece la estabilidad que les garantice esa supervivencia de clase. Y las fricciones en el seno de la ¨¦lite est¨¢n dejando muy claro que tras 30 a?os en el poder, la actual generaci¨®n de patriarcas pol¨ªtico-religiosos est¨¢ jugando su ajedrez particular de cara al relevo generacional que se avecina.
La c¨²pula del poder, representada por Jamenei, Rafsanyani, Ahmad Yannati, Mahmud Shahrudi, Mahdavi Jani y otros cl¨¦rigos que formaron parte del grupo revolucionario de Jomeini, rondan los 80 a?os y no tardar¨¢n en dejar paso a nuevos referentes. Es en este contexto en el que hizo su aparici¨®n Mahmud Ahmadineyad con su sorpresiva victoria presidencial de 2005. Su principal apoyo provino del conservador ayatol¨¢ Taqi Mesbah Yazdi, quien sostiene una visi¨®n mucho m¨¢s restringida de las funciones de las elecciones en el sistema iran¨ª, en contraposici¨®n con Jamenei, Rafsanyani, Montazeri y los cl¨¦rigos reformistas como Mohamed Jatam¨ª, Mehdi Karrubi y Al¨ª Abtahi. Para Yazdi las elecciones ser¨ªan ¨²nicamente para recomendar un candidato al l¨ªder, quien no necesariamente tendr¨ªa que aceptarlo. Si bien su posici¨®n ideol¨®gica es minoritaria dentro de la ¨¦lite clerical, su respaldo a la actual Administraci¨®n de Ahmadineyad, a la que considera "el primer Gobierno realmente isl¨¢mico", lo ha convertido en un personaje muy poderoso desde el punto de vista pol¨ªtico.
Teniendo en cuenta esta combinaci¨®n de posicionamiento ideol¨®gico y de apoyo pol¨ªtico, la abrumadora victoria electoral de Ahmadineyad y el respaldo expl¨ªcito del l¨ªder podr¨ªan ocultar otro tipo de desaf¨ªo al sistema pol¨ªtico iran¨ª en el futuro cercano, muy diferente al que, seg¨²n el Gobierno, representan los partidarios de Musavi por poner en duda los resultados electorales.
Al igual que lo que ha sucedido con otros presidentes latinoamericanos que han reformado la Constituci¨®n para permitir su reelecci¨®n indefinida, Ahmadineyad podr¨ªa sentirse tentado a repetir la experiencia presidencial m¨¢s all¨¢ de los dos mandatos consecutivos permitidos. Aunque el proceso de reforma constitucional es complicado y est¨¢ controlado por el Consejo de Guardianes y el l¨ªder, Ahmadineyad podr¨ªa utilizar el "apoyo popular" para lograr la reforma necesaria y un eventual tercer mandato. Seg¨²n algunas fuentes, parlamentarios pertenecientes a la agrupaci¨®n pol¨ªtica del presidente habr¨ªan comenzado a discutir en el Majlis la necesidad de esa enmienda, amparados en los resultados electorales, el andamiaje ideol¨®gico de Yazdi y el visto bueno de Jamenei. Por otra parte, esta semana el Consejo de Discernimiento presidido por Rafsanyani decidi¨® que Gholam-Hossein Elham, actual ministro de Justicia y miembro no clerical del Consejo de Guardianes, deb¨ªa abandonar alguno de sus dos cargos por resultar incompatibles. El pulso pol¨ªtico por controlar los engranajes del proceso legislativo que permitir¨ªan esta reforma constitucional ya habr¨ªa comenzado.
En medio de esta disputa de poder entre los miembros de la ¨¦lite pol¨ªtica el papel de la Guardia Revolucionaria (Sepah-e Pasdaran) no es secundario. Creado como ej¨¦rcito ideol¨®gico durante la guerra contra Irak, el Sepah ha pasado a convertirse en un poderoso grupo econ¨®mico con una creciente influencia pol¨ªtica, a pesar de que se han mantenido al margen de las disputas facciosas durante los 30 a?os de vida de la Rep¨²blica. Sin embargo, tras las elecciones del 12 de junio y las posteriores protestas callejeras, Mohammed Al¨ª Jafari, actual comandante en jefe de la guardia, realiz¨® amenazantes declaraciones contra los reformistas, abandonando la tradicional posici¨®n de no intervenci¨®n en pol¨ªtica interna. Su lealtad al l¨ªder es incuestionable, y su papel como garante de la estabilidad del Gobierno est¨¢ siendo crucial, por lo que representa el principal instrumento de fijaci¨®n de la ¨¦lite clerical al frente del Estado. Esto hace necesario asegurar que sus mandos y tropa contin¨²en siendo fieles al sistema y al l¨ªder, y que respondan a los deseos particulares de este ¨²ltimo ante una eventual sucesi¨®n en el cargo de l¨ªder espiritual.
El reemplazo de Jamenei tendr¨¢ que darse tarde o temprano, y el ambiente de crispaci¨®n y divisi¨®n que se evidencia dentro del clero iran¨ª hace dif¨ªcil prever un candidato con respaldo mayoritario de la Asamblea de Expertos, de la ¨¦lite clerical y de los iran¨ªes en general. La recuperaci¨®n de la confianza perdida en el sistema y en los cl¨¦rigos resulta por lo tanto fundamental para la continuidad de la Rep¨²blica, y para ello es necesario que la actual crisis pol¨ªtica se resuelva satisfactoriamente para la mayor¨ªa de los iran¨ªes.
Luciano Zaccara es director del Observatorio Electoral TEIM de la Universidad Aut¨®noma de Madrid e investigador visitante de la Universidad de Exeter, Reino Unido.
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