Balance del acuerdo
Pocos eran los que dudaban de la necesidad de una reforma de la financiaci¨®n auton¨®mica. Sin embargo, una vez m¨¢s, la reforma ha tendido en centrarse en el cu¨¢nto le toca a cada uno y orillar otros asuntos importantes y reiteradamente apuntados por los expertos. Entre otros, la dificultad para los ciudadanos de comprender las bases del sistema, el no fundamentar en estimaciones t¨¦cnicas solventes el coste de provisi¨®n de los servicios en cada territorio, o la falta de corresponsabilidad fiscal de los gobiernos auton¨®micos.
En cuanto al papel protagonista de Catalu?a, tampoco es novedad: los principales impulsos de reforma del sistema han procedido desde siempre desde Catalu?a. Aunque es verdad que existen algunas diferencias.
La nueva financiaci¨®n no es un desastre para Galicia pero tampoco es para hacer la ola
En primer lugar, el ¨¦xito del propio proceso de descentralizaci¨®n. Si hace 10, 15 o 20 a?os las autonom¨ªas eran un asunto menor (salvo en algunas comunidades, entre las que se encuentra Galicia) hoy la pol¨ªtica auton¨®mica es, con base objetiva, protagonista principal de la prensa regional y habitual en los diarios nacionales. Cualquier metedura de pata, reuni¨®n fuera del gui¨®n o concesi¨®n hecha alrededor de una mesa camilla es conocida en tiempo real, dificultando las negociaciones y exacerbando los sentimientos de agravio comparativo. En la misma l¨ªnea que defend¨ªa Anxo Guerreiro hace unos d¨ªas en este peri¨®dico, ya no podemos seguir sin un marco institucional apropiado al grado de descentralizaci¨®n al que hemos llegado. La reforma del Senado y el reforzamiento de la conferencia de presidentes y las conferencias sectoriales son urgentes. Como lo es la creaci¨®n de un organismo t¨¦cnico aut¨®nomo de evaluaci¨®n de los costes de los servicios p¨²blicos, como el que existe en Australia, el ¨²nico pa¨ªs federal en el que, como en Espa?a, la nivelaci¨®n se fija en las necesidades de gasto y no s¨®lo en la capacidad fiscal de cada uno.
En segundo lugar, hay que anotar la existencia de un estatuto reformado en Catalu?a cuyo cumplimiento conlleva cambios significativos en la financiaci¨®n auton¨®mica. Sumado a la fuerza actual del PSC y con la coordinaci¨®n de un conseller de Finanzas de Champions League como es Antoni Castells, la presi¨®n para el Gobierno central ha sido extraordinaria. Valga como muestra el incremento en el monto global de la reforma. De los 3.000 millones que se manejaban en las discusiones en 2006 hemos pasado a superar los 11.000 millones para poder encajar las mejoras de Catalu?a con el mantenimiento de la cohesi¨®n en el resto.
Si nos centramos en el caso de Galicia y cogemos la calculadora, no es f¨¢cil evaluar en dos palabras c¨®mo hemos salido parados. A mi juicio, las evaluaciones extremas son descartables. El acuerdo no es un desastre; pero tampoco es para hacer la ola. Creo que nos situamos en un terreno intermedio donde seg¨²n lo que miremos y la perspectiva con lo que hagamos podemos sentirnos m¨¢s o menos satisfechos. En lo positivo, seguiremos con una financiaci¨®n por habitante superior a la media e incluso superior a Catalu?a. Nos mantendremos en un 7% de la financiaci¨®n global, al menos a corto plazo, e inyectaremos m¨¢s de 600 millones en las arcas auton¨®micas, gravemente afectadas por un par¨®n recaudatorio sin precedentes.
Esos cientos de millones de m¨¢s pueden compararse con la p¨¦rdida absoluta que algunos suger¨ªan hace apenas un a?o, al aplicar autom¨¢ticamente lo dispuesto en el Estatuto catal¨¢n sin incorporar las compensaciones que finalmente ha introducido el Gobierno central. En lo negativo, el incremento porcentual de recursos en otros territorios es mayor y la din¨¢mica del nuevo modelo no nos conviene, porque penaliza a las regiones en declive demogr¨¢fico. Adem¨¢s, no parece que se haya avanzado en la tarea de perfilar un calendario para la revisi¨®n del Fondo de Compensaci¨®n Interterritorial (FCI). Siendo constructivos, el objetivo deber¨ªa ser consolidar en la comisi¨®n bilateral esos 64 millones sobre los 590 iniciales y, sobre todo, arrancar un compromiso de reforma al alza del FCI. Si consigui¨¦ramos ambas cosas, personalmente me inclinar¨ªa m¨¢s por una evaluaci¨®n del acuerdo positiva para Galicia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.