De perseguidos a aclamadores
La c¨²pula asociativa gitana de Valencia ha pasado de plantar cara al pol¨ªtico para reivindicar sus derechos a rendirle pleites¨ªa
Francisco Hern¨¢ndez, uno de los hombres que inici¨® en Valencia el llamado "movimiento gitano" a finales de la d¨¦cada de los 60, suele contar una an¨¦cdota. Hace pocos a?os, en una reuni¨®n con asociaciones gitanas dijo a los presentes que, si algo le atemorizaba, era que aquello que ¨¦l hab¨ªa ayudado a crear acabara siendo motivo de verg¨¹enza. ?l esperaba una reacci¨®n airada, ya que estaba acusando a los presentes de haber ayudado a convertir algo reivindicativo, ligado a la persecuci¨®n de un pueblo, en algo ligado a la genuflexi¨®n frente al pol¨ªtico y a las subvenciones para vivir bien. Pero, seg¨²n Hern¨¢ndez, "todos aplaudieron". Nadie se dio por aludido.
Eso ayuda a entender la escena, ya conocida, del d¨ªa 18 de mayo, en unas jornadas sobre educaci¨®n y pueblo gitano, en el Centro Cultural La Petxina de Valencia. Educadores de la Comunidad Valenciana hab¨ªan sido convocados administrativamente para acudir. Y, sin que lo supieran de antemano, apareci¨® el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, cuando era inminente su comparecencia judicial como imputado en el caso G¨¹rtel. Entonces, el vicepresidente de la Federaci¨®n Auton¨®mica de Asociaciones Gitanas, Francisco Santiago Camacho, le dijo en p¨²blico: "Los gitanos de la Comunidad Valenciana, todos, estamos contigo". Los ac¨®litos llegados para la ocasi¨®n aplaudieron y corearon. La presidenta de la Federaci¨®n de Mujeres Gitanas, Manuela Bustamante -hermana del diputado gitano auton¨®mico del PP Manuel Bustamante- insisti¨® en que all¨ª se quer¨ªa al presidente "como al t¨ªo Paco que le hemos puesto". Y como t¨ªo, entre gitanos, se reconoce de manera casi sagrada a la persona mayor poseedora de una trayectoria de honor.
"No es raro que el asociacionismo gitano traslade la red familiar"
"Los talleres de formaci¨®n congregan la mayor cantidad de ayudas"
D¨ªas antes, una nota de prensa anunciaba que el conseller de Inmigraci¨®n y Ciudadan¨ªa, Rafael Blasco, hac¨ªa oficial la colaboraci¨®n del Gobierno valenciano con la FAGA en Valencia para reforzar el programa "Comunikal¨®" -que debe vincular el mundo gitano con el audiovisual- y se habilitaba una l¨ªnea espec¨ªfica de ayudas. Seg¨²n la nota, eso pasaba gracias a los esfuerzos de la Administraci¨®n y de los representantes gitanos m¨¢s conocidos, como Francisco Santiago Camacho, Manuela Bustamante, Manuel Bustamante y algunos otros. Meses antes, la Generalitat otorgaba otras ayudas a algunas asociaciones gitanas, dos de ellas juveniles. Eran subvenciones de m¨¢s de 500.000 euros para escuelas-taller. "Hoy en d¨ªa no es raro que, en muchos casos, el asociacionismo gitano traslade la red familiar, la verdadera organizaci¨®n del gitano en la vida, al formato de asociaci¨®n, que es lo que ha venido dado por la sociedad paya". Lo explica Demetrio G¨®mez, impulsor del organismo internacional juvenil de activismo gitano Forum European Roma Young People. "Por eso encontramos el fen¨®meno de asociaciones juveniles y de mujeres derivadas de las de toda la vida [las de hombres adultos] con miembros del mismo linaje al frente". "El liderazgo asociativo acaba convirti¨¦ndose as¨ª en vitalicio o hereditario", reflexiona G¨®mez.
"Los talleres de formaci¨®n son los que congregan mayor cantidad econ¨®mica de ayudas p¨²blicas de golpe, y por eso son buscados por quienes pueden aspirar a ello", explica Miguel Santiago. Bien conocido en el ambiente gitano valenciano, est¨¢ al frente de la Asociaci¨®n Gitana del Barrio de la Fuensanta en Valencia -que forma parte de la FAGA-, y es asesor laboral en el sindicato CCOO. La necesidad de aplicaci¨®n de auditor¨ªas independientes en las asociaciones realmente beneficiadas est¨¢ en la boca de muchos. "As¨ª se supervisar¨ªa que nunca hubiese nada irregular". Algunos c¨¢lculos indican que el actual asociacionismo puede representar realmente s¨®lo al 1% de la sociedad gitana. Pero hace de interlocutor pol¨ªtico con cualquier partido. Santiago acaba de enviar una carta a la FAGA en Valencia recordando que hace "varios a?os" que su misma asociaci¨®n no ha sido convocada para ninguna reuni¨®n -algo que, se supone, deber¨ªa hacerse con alguna regularidad- y pide debatir "el funcionamiento" de la federaci¨®n. Respecto al episodio "del T¨ªo Paco", hasta exige que la FAGA se retracte p¨²blicamente de esas manifestaciones, e indique que s¨®lo son fruto de quienes las dijeron, no de "todos" los gitanos. Incluso tres personas que participaron como ponentes en esas jornadas firmaron luego un manifiesto desvincul¨¢ndose y pidiendo el voto a la oposici¨®n (aunque sin mucho ¨¦xito, como se ha visto).
Ricardo Borrull, presidente de Ense?antes con Gitanos, envi¨® una carta a un peri¨®dico local criticando duramente el devenir del acto; otra carta -esta vez sin firmar- llegaba a este peri¨®dico para explicar con detalles documentados c¨®mo la antigua reivindicaci¨®n gitana se hab¨ªa convertido en pleites¨ªa. Abundantes blogs y foros de internet siguen repicando la pol¨¦mica hasta hoy, sin que el triunfo electoral europeo del PP la haya borrado de la red.
Mirada de sospecha
Una de las diferentes federaciones gitanas de la Comunidad Valenciana aporta en su sitio web hasta 32 asociaciones como integrantes de la misma. En Valencia no faltan barrios que en teor¨ªa tienene varias asociaciones, pero que est¨¢n inactivas en la pr¨¢ctica, aunque mantengan su nombre en el mercado para conseguir migajas de recursos. Nada raro, pero muy delicado en una situaci¨®n como la del colectivo gitano, p¨¦simamente considerado, fuertemente afectado por el empleo precario, y muchas veces en situaciones de infravivienda. En unas recientes jornadas obre gitanos y medios de comunicaci¨®n, la periodista Rosa Solbes incidi¨® en que cuando una asociaci¨®n de mujeres le brinda a Camps su apoyo p¨²blico, eso no suscita comentarios denigrantes en foros medi¨¢ticos sobre la totalidad del colectivo. Pero s¨ª ha sucedido intensamente esta vez con los gitanos. "Con los gitanos se aplica una mirada diferente", reflexion¨®. Un tipo de mirada que se acab¨® reconociendo, tristemente, como de sospecha. Sin que el camino asociativo la haya cambiado ni un mil¨ªmetro.
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