Coge el 'bonus' y corre
Si me vuelvo a encarnar, ya s¨¦ lo que quiero ser en la siguiente vida: banquero. Y si es posible, banquero de un banco grande.
Perm¨ªtanme esta boutade para llamar la atenci¨®n sobre un hecho que tiene cada vez m¨¢s probabilidades de convertirse en una inquietante realidad. Se trata de la posibilidad de que, al final, la mayor parte de los que nos han metido en esta crisis se salgan de rositas. Y, lo que es peor, que salgamos de ella sin haber solucionado una de las causas que m¨¢s han contribuido a generarla: el mecanismo de retribuci¨®n mediante bonus a los altos directivos de las instituciones financieras. Ser¨ªa la forma m¨¢s segura de garantizar la pr¨®xima crisis.
No es demagogia. Es evidente que los banqueros no tienen ning¨²n sentimiento de culpa. Ni de mala conciencia por el hecho de estar utilizando masivamente recursos p¨²blicos procedentes de los impuestos de los ciudadanos. De ah¨ª que quieran volver a las andadas. Vean si no el anuncio de Goldman Sachs, una de las grandes empresas financieras de Wall Street que ha recibido ayudas p¨²blicas. Ha anunciado que tienen intenci¨®n de volver a repartir enormes bonus entre la alta direcci¨®n de la empresa. Es decir, la conducta que ha sido uno de los factores que m¨¢s ha contribuido a lo que estamos sufriendo.
La de banquero es la ¨²nica actividad profesional sin riesgo, y placentera a la vista de las elevadas recompensas
La rabia que ha producido ese anuncio ha obligado al presidente Barak Obama a denunciar la falta de "remordimiento" de los banqueros por los "riesgos excesivos" y la "irresponsabilidad" con que act¨²an. Aunque, de momento, no ha pasado de la denuncia.
En ninguna otra profesi¨®n sucede lo que en estas instituciones que forman el n¨²cleo del nuevo capitalismo que se desarroll¨® en el ¨²ltimo cuarto de siglo al calor de la desregulaci¨®n financiera. Una enfermera o un m¨¦dico que con su inexperiencia o negligencia provocan da?os a un paciente son apartados de su puesto de trabajo, pierden su reputaci¨®n profesional y han de responder civil y penalmente por las consecuencias de su conducta. Igual sucede con cualquier otro profesional. Excepto con los banqueros. Cuanto m¨¢s gorda la arman, m¨¢s probabilidad tienen de que las autoridades vengan en su auxilio. Ya saben, a un banco no se le puede dejar caer por sus "consecuencias sist¨¦micas". Es el para¨ªso de la irresponsabilidad profesional.
Vean el caso espa?ol. Con los avales p¨²blicos y con la creaci¨®n del Fondo de Reestructuraci¨®n Ordenada de la Banca (FROB) (?vaya nombre!), nuestras autoridades han dejado claro que no permitir¨¢n que caiga ninguna instituci¨®n bancaria. Y se sobreentiende que cuanto m¨¢s grande sea el banco o caja, m¨¢s se le ayudar¨¢. No se habla de que esas ayudas p¨²blicas vayan a tener alg¨²n tipo de consecuencias para los malos gestores. Al parecer, s¨®lo ser¨¢ as¨ª en el caso de que la instituci¨®n tenga que ser intervenida por la autoridad monetaria. Pero ni aun en esos casos tendr¨¢n que responder por su mala gesti¨®n, ni mucho menos devolver los bonus cobrados anteriormente por una buena gesti¨®n que se ha demostrado no ser tal. Y hasta cobrar¨¢n por salir. El mundo al rev¨¦s.
?Quiere decir esto que se deber¨ªa dejar caer a los bancos y cajas que hayan sido mal gestionados? No. Estoy de acuerdo en que los bancos son una especie de "bien p¨²blico" que a todos interesa que no caigan y que hay que rescatarlos, aun al coste de utilizar ingentes recursos p¨²blicos.
Pero una cosa son los bancos, y otra, los banqueros. La de banquero no puede seguir siendo la ¨²nica actividad sin riesgo profesional, y placentera a la vista de las elevadas recompensas presentes y futuras (pensiones) que produce.
Algunos piensan que las conductas fraudulentas e imprudentes son casos concretos. Y que casos como el de Madoff ya est¨¢n pagando por ello. Y que muerto el perro, desaparecida la rabia.
Es verdad, hay banqueros honorables y buenos gestores. Pero hay que reconocer que detr¨¢s de las conductas propensas al riesgo y al fraude financiero hay un mecanismo corporativo que act¨²a como c¨¦lula cancerosa. Se trata de la forma como se retribuye a la alta direcci¨®n, mediante incentivos basados en bonus por los beneficios a corto plazo, aunque sean vendiendo productos fraudulentos. Mientras no se extirpe ese mecanismo, seguir¨¢n produciendo met¨¢stasis en forma de crisis.
?C¨®mo extirpar ese c¨¢ncer empresarial? Algunos defienden una mayor autorregulaci¨®n de las propias empresas. Pero eso es lo que ha fallado estrepitosamente en esta crisis. Es algo sobre lo que comienzan a reflexionar algunos economistas. Hasta ahora, la teor¨ªa de la empresa supon¨ªa que las grandes corporaciones tipo Enron, Arthur Andersen, Lehman Brothers ten¨ªan un capital reputacional que imped¨ªa las conductas fraudulentas o de excesivo riesgo de sus directivos. Esa teor¨ªa hace aguas. Por otro lado, se supon¨ªa que los incentivos en forma bonus eran adecuados para estimular conductas eficientes y responsables. Pero hay un conflicto entre incentivo a corto plazo y ¨¦tica en los negocios. Cuanto m¨¢s alto es el incentivo, m¨¢s coste tiene la ¨¦tica.
Veo dif¨ªcil que las cosas cambien. Al menos mientras no se eleve el "l¨ªmite de indignaci¨®n" social ante las exageradas retribuciones del que hablan Lucien Bebchuk y Jesse Fried (Pay without performance, 2004).
Mientras tanto, voy comprendiendo mejor algo que de peque?o le escuchaba en Vigo a mi abuela: "El barco, que sea grande, ande o no ande". Por eso, si tienen ocasi¨®n de reencarnarse, h¨¢ganse banqueros. Si es posible, de un banco grande.
Ant¨®n Costas Comesa?a es catedr¨¢tico de Pol¨ªtica Econ¨®mica en la Universidad de Barcelona.
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