"Ojal¨¢ pudiera volver con un programa como 'D¨ªa a d¨ªa"
Mar¨ªa Teresa Campos (Tetu¨¢n, 1941) lleva 25 a?os en la "muy querida, despreciada, bendita, maldita, venerada, venenosa e incomprendida televisi¨®n", como ella misma define al medio que la ha catapultado al ¨¦xito. La tarde, el magac¨ªn de TVE-1, fue su prueba de fuego. Corr¨ªa 1984. A partir de ese momento, su hoja de servicios no par¨® de crecer: Parlamento, Pasa la vida, D¨ªa a d¨ªa, Cada d¨ªa, Lo que in-te-re-sa..., hasta llegar a su ¨²ltima aventura, La mirada cr¨ªtica. De todas estas etapas habla en Historias de la tele: una vida ante las c¨¢maras. En este libro tambi¨¦n reflexiona sobre el 11-M, la guerra de Irak, el ¨¦xito y el fracaso..., y no elude hablar de lo que ella denomina "lo imprevisto", el tumor de garganta que le descubrieron en octubre pasado y que la dej¨® fuera de juego de la tertulia matinal de Telecinco.
"No s¨¦ c¨®mo se presenta mi futuro en Telecinco. Estoy a la espera de destino"
Pregunta. En Historias de la tele hace un repaso a su carrera. ?Con qu¨¦ etapa se quedar¨ªa?
Respuesta. Con la que va de 1996 a 2004, que coincide con mi llegada a Telecinco con D¨ªa a d¨ªa. Y guardo muy buen recuerdo de TVE, primero colaborando con Jes¨²s Hermida en Por la ma?ana y despu¨¦s, cuando hered¨¦ su franja, dirigiendo Pasa la vida. Esos a?os significaron mi despegue.
P. Con D¨ªa a d¨ªa bati¨® r¨¦cords de audiencia. ?Le ha pasado factura aquel ¨¦xito?
R. Yo no quiero juzgar mal, pero siempre hay una minor¨ªa que no perdona el ¨¦xito o que una sea muy guapa, lista o joven. En un mundo tan competitivo como la televisi¨®n se despiertan envidias, pero entre mis defectos no est¨¢ el ser rencorosa, as¨ª que he olvidado. Me va bien as¨ª, y vivir en el odio no trae nada positivo.
P. En el libro asegura que su ¨²ltimo destino hasta ahora, La mirada cr¨ªtica, fue una oferta que no pudo rechazar.
R. S¨ª, en ese momento pens¨¦ que era el programa que siempre hab¨ªa querido hacer.
P. Porque a usted, la informaci¨®n la apasiona.
R. S¨ª, aunque yo siempre entiendo mi trabajo desde la pasi¨®n, vengo del mundo de la informaci¨®n. Yo fui directora de informativos de Radio Cadena Espa?ola. Despu¨¦s, ya en televisi¨®n, llev¨¦ la actualidad y el debate a un formato, el magac¨ªn matinal, que hasta entonces era puro entretenimiento. Fue un riesgo, pero sali¨® bien. Con la guerra de Irak logramos m¨¢ximos hist¨®ricos de tres millones. Ojal¨¢ pudiera volver con un programa como D¨ªa a d¨ªa.
P. ?Y c¨®mo se presenta su futuro en Telecinco?
R. No s¨¦, estoy a la espera de destino. Tengo un contrato con la cadena y ella est¨¢ en su perfecto derecho de hacer la estrategia de programaci¨®n que le parezca.
P. A estas alturas, ?c¨®mo le gustar¨ªa que fuera su broche de oro profesional?
R. Es dif¨ªcil decirlo, pero me encantar¨ªa recuperar los grandes shows televisivos. Me encantar¨ªa hacer un gran espect¨¢culo que informara y entretuviera, y que no fuera ni agresivo ni fr¨ªvolo.
P. Alguien ha calculado que a lo largo de su trayectoria ha realizado 30.000 entrevistas, y en su libro destaca algunas que estaban "en su recuerdo" con pol¨ªticos de diferentes partidos como Guerra, Pujol, Zapatero o Rajoy.
R. Creo que es una cifra excesiva, pero han sido much¨ªsimas. En aquellas entrevistas se hablaba de c¨®mo se llegaba a ser ministro o presidente de Gobierno, pero la idea, sobre todo, era acercar a los espectadores sus vidas, que hablaran de sus aficiones, de su familia... Los pol¨ªticos parece que siempre van con la lecci¨®n aprendida, y en aquella secci¨®n, que se llamaba 'Su se?or¨ªa es persona', de lo que se trataba era de mostrar el lado humano.
P. Tambi¨¦n reproduce la conversaci¨®n con lo que usted denomina "mis personajes favoritos".
R. S¨ª, es gente que me marc¨® y que quise, como Terenci Moix, Roc¨ªo Jurado o Alfredo Kraus. Ese artista tan grande, ese divo de la ¨®pera, vino al programa en el peor momento; se hab¨ªa muerto su mujer hac¨ªa poco, y fue tan amable, tan caballeroso...
P. Asimismo habla de su encuentro con un personaje de la catadura del ex director de la Guardia Civil Luis Rold¨¢n, que puso a Felipe Gonz¨¢lez contra las cuerdas.
R. Mi ¨²ltimo contrato con Telecinco inclu¨ªa varios especiales, as¨ª que yo asum¨ª ese trabajo.
P. Me imagino que en este caso no habr¨ªa mucho feeling.
R. Me encontr¨¦ con un gordito con una cara como un piano, que no se inmuta por nada. Supongo que cuando uno pierde el honor y la dignidad a esos niveles, ya da igual lo que digan de ti. Y no hubo feeling, pero s¨ª correcci¨®n.
P. Mientras escrib¨ªa el libro, le detectaron un tumor. ?C¨®mo vivi¨® su particular tiempo de desolaci¨®n, como describ¨ªa Terenci Moix su estado de ¨¢nimo poco antes de su muerte?
R. Con la tranquilidad de saber que, afortunadamente, se cogi¨® a tiempo. Ahora trato de olvidarme de ello.
P. Despu¨¦s de su baja volvi¨® a La mirada cr¨ªtica. Supongo que fue la mejor terapia para ahuyentar fantasmas.
R. Entre la operaci¨®n, el tratamiento y las vacaciones de Navidad, estuve alejada de la tertulia dos meses. Y s¨ª, el regreso supuso volver a vivir y recuperar la normalidad.
P. Hace unas semanas acudi¨® a El programa de Ana Rosa. Fue una forma de acallar rumores sobre viejas rencillas.
R. Yo asumo que Ana Rosa consiguiera m¨¢s audiencia que yo en una cadena donde me hab¨ªa dejado tanto, y eso despierta mucho morbo. A la gente le gustar¨ªa ver c¨®mo nos tiramos de los pelos, y con eso s¨ª que la cadena alcanzar¨ªa el n¨²mero uno.
P. ?Pero usted colaborar¨ªa en su magacine, tal como han recogido los medios?
R. En el supuesto caso de que el proyecto nos divirtiera y estuvi¨¦ramos de acuerdo las dos, y yo no s¨¦ lo que piensa ella, pues miel sobre hojuelas.
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