Peligra una inversi¨®n estrella

La creaci¨®n de 25.000 puestos de trabajo en la Comunidad de Madrid pende de un hilo. Est¨¢ en peligro el proyecto del parque empresarial de La Carpetania, en Getafe, dise?ado con la ambici¨®n de convertir la regi¨®n en un polo de investigaci¨®n industrial europeo, con una inversi¨®n p¨²blica y privada estimada en 1.500 millones.

La par¨¢lisis del proyecto surge de la crisis econ¨®mica y las desavenencias entre los dos impulsores del proyecto: el Ayuntamiento de Getafe, dirigido por el socialista Pedro Castro, y la Comunidad de Madrid, que lanz¨® el proyecto en 1999 cuando Alberto Ruiz-Gallard¨®n era su presidente, y que puede darle carpetazo con Esperanza Aguirre (ambos del PP).

El proyecto aspiraba a convertir Getafe, junto con Hamburgo (Alemania) y Toulouse (Francia), en capital de la aeron¨¢utica. Las condiciones eran buenas: suelo industrial, la presencia de la empresa aeron¨¢utica EADS-CASA, y la buena relaci¨®n entre administraciones. Para gestionar el proceso, Comunidad de Madrid y Ayuntamiento crearon un consorcio urban¨ªstico en el que participaban al 60% y el 40% respectivamente. El objetivo era recalificar cinco millones de metros cuadrados y vend¨¦rselo a grandes empresas.

La operaci¨®n se dividi¨® en dos fases. La primera se complet¨® en 2006: firmas como Siemens o General Electric crearon 8.000 puestos de trabajo. Al iniciar la segunda fase, de tres millones de metros cuadrados, las perspectivas eran suculentas: EADS, el gigante aeroespacial europeo, se comprometi¨® a adquirir, antes de que los terrenos estuvieran ni siquiera expropiados, 400.000 metros cuadrados para trabajar en los aviones Airbus y en sus proyectos militares y espaciales (Eurofighter y Arianne).

Contando con otras empresas interesadas en el proyecto, como Corrugados, y las industrias auxiliares que las rodear¨ªan, se abr¨ªa la posibilidad de emplear hasta a 25.000 trabajadores de diferente cualificaci¨®n -entre ellos 5.000 ingenieros- y contar con un aporte considerable de I+D+i.

Pero este a?o arreci¨® la crisis econ¨®mica -con su repercusi¨®n en las arcas p¨²blicas-. Adem¨¢s, en el consorcio empezaron los rifirrafes entre el Ayuntamiento y la Comunidad, coincidiendo con enfrentamientos entre el alcalde Castro y la presidenta Aguirre. Hace unas semanas todo estall¨®.El detonante fue una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, que declar¨® que la Comunidad de Madrid deber¨ªa pr¨¢cticamente doblar el precio que hab¨ªa pagado a algunos propietarios por terrenos expropiados en la primera fase del proyecto de La Carpetania. La sentencia fijaba precios de hasta 155 euros por metro cuadrado.

Aplic¨¢ndole ese precio a los terrenos pendientes de expropiaci¨®n en la segunda fase -para los que el consorcio zanj¨® un precio de 67 euros-, el monto de la operaci¨®n subir¨ªa a 843 millones de euros, en lugar de los 588 previstos, un 43,3% m¨¢s. El Gobierno regional adujo entonces que la expropiaci¨®n era inviable y anunci¨® que s¨®lo continuar¨ªa en el proyecto si los terrenos se negociaban con los propietarios. Una opci¨®n que supondr¨ªa renunciar a los plazos acordados con algunas empresas y que dejar¨ªa malherido el proyecto.

El Ayuntamiento de Getafe desestima cualquier posibilidad que no sea la expropiaci¨®n porque implicar¨ªa un proceso demasiado largo -son 200 propietarios con los que negociar individualmente-, y los acuerdos sobre la propiedad del suelo que ha firmado EADS con el Consistorio y el Instituto Madrile?o de Desarrollo (IMADE) impedir¨ªan retrasar la operaci¨®n m¨¢s all¨¢ de 2010.

"De no conseguir en ese plazo los terrenos, la empresa se ir¨¢", afirman desde el Ayuntamiento. Un portavoz de la compa?¨ªa confirma que para ellos "las condiciones en Madrid son extremadamente interesantes: tiene un gran tejido e infraestructuras para crear un Silicon valley espa?ol (en referencia al valle californiano con empresas de tecnolog¨ªa punta), pero de no cumplirse los plazos se estudiar¨¢n otras posibilidades". Y lo que parece claro es que si el pez gordo desaparece, se llevar¨¢ consigo las industrias auxiliares interesadas en La Carpetania.

La disputa entre Ayuntamiento y Comunidad se convierte progresivamente en cenagosa. Se acusan de ocultarse informes y actuar deslealmente. Pedro Castro se comprometi¨® a negociar un aval con el Instituto de Cr¨¦dito Oficial (ICO); la Comunidad asegura que no fue capaz de conseguirlo, y ¨¦l dice que el ICO est¨¢ a la espera de que el Gobierno de Aguirre le haga llegar la documentaci¨®n para oficializar el aval. Luego las dos administraciones acordaron que el consorcio dejara de ser beneficiario de las expropiaciones. Seg¨²n la Comunidad, eso equivale a que el Ayuntamiento asume que las expropiaciones son inviables, y devolvi¨® a Getafe todas las competencias sobre suelo que ¨¦ste hab¨ªa cedido a Gallard¨®n en 1999 para que gestionara el proceso. El Ayuntamiento sostiene que acept¨® retirar al consorcio como beneficiario para que entre Comunidad y Ayuntamiento, m¨¢s s¨®lidos jur¨ªdicamente, resolvieran la crisis presupuestaria.

La Comunidad rechaza volver a negociar si no se desestima la expropiaci¨®n. "Es demasiado caro", explica un portavoz de la Consejer¨ªa de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenaci¨®n del Territorio: "Es imposible asumir un gasto as¨ª ahora". Otra preocupaci¨®n del Gobierno de Aguirre son los expropiados: "Habr¨¢ que negociar con ellos, ?no?", plantea el mismo portavoz.

Getafe ha demostrado su predisposici¨®n a cualquier arreglo que permita salvar los plazos que fija el acuerdo con EADS, lo cual ser¨ªa imposible por otro medio distinto de la expropiaci¨®n. "El Ayuntamiento no est¨¢ tirado al monte. Quiere que esto salga adelante", asegura Pedro Castro. Propone reconstituir el consorcio al 50%, que el Ayuntamiento asuma el 60%, o incluso que intervenga el Gobierno por medio de la Sociedad Estatal de Promoci¨®n y Equipamiento de Suelo (SEPES), una opci¨®n cuya viabilidad esta sociedad estudia a¨²n. El Partido Socialista de Madrid (PSM) quiere que intervenga el Ministerio de la Vivienda.

Mientras, los sindicatos est¨¢n del lado del Ayuntamiento. Exigen a Aguirre que se deje la piel en el proyecto. Representantes de algunas de las empresas con intereses en La Carpetania tambi¨¦n se muestran sorprendidos por los problemas que plantea la Comunidad. En el horizonte aparece una nueva sombra: que las firmas ya asentadas se vayan.